Rivera debuta en el Congreso sin saludar a Rajoy y compartiendo bancada con Iglesias

Llegó el 13 de enero, día elegido para la constitución de las nuevas Cortes después de que las elecciones generales de diciembre cambiaran por completo el panorama político español. En total, 212 diputados pisaron por primera vez el hemiciclo del Congreso este miércoles tan frío que amaneció en Madrid, en el que los 40 diputados de Ciudadanos y los 69 de Podemos y sus distintas marcas se convirtieron en protagonistas por ser la novedad. Hubo también atentas miradas a algunos debutantes en las bancadas del bipartidismo, como la comandante Zaida Cantero, que logró su escaño el 20-D.

Albert Rivera fue de los últimos en tomar asiento, y lo hizo justamente después de que Mariano Rajoy hiciera unas breves declaraciones a los medios de comunicación, en las que volvió a hacer un llamamiento a los partidos constitucionalistas para formar el futuro Gobierno del país. El presidente en funciones trató de hacer un guiño a los socialistas, asegurando que el pacto alcanzado con PSOE y Ciudadanos para constituir la Mesa -y cuyo presidente será Patxi López- ha sido “un acuerdo en la buena dirección”. Guiño que, sin embargo, los dirigentes socialistas no percibieron porque saludo entre Rajoy y Pedro Sánchez no hubo. Ni tampoco con López.

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El líder de Ciudadanos, en traje y corbata, apuró un café en vaso de cartón y ocupó por primera vez un sillón del hemiciclo. Rivera consiguió situarse en la zona que su partido quiere ocupar el resto de la legislatura. La bancada del centro. A su derecha, dos de los pesos pesados de la formación que dirige. El exeuroparlamentario y actual diputado por Barcelona, Juan Carlos Girauta, y su mano derecha, el diputado electo José Manuel Villegas. Detrás de Rivera se sentó Toni Cantó, que lució muy desenvuelto en el hemiciclo gracias a su experiencia como parlamentario en el equipo de UPyD. El resto del equipo naranja -todos ellos con carpetas del color que corresponde- se tuvo que dispersar a lo ancho del hemiciclo.

Las sillas todavía no son definitivas y todos los diputados trataban de sentarse al lado de algún colega del partido, como en los primeros días de clase en los que buscas hacerte un amigo para el resto del curso. La anécdota llegó cuando Podemos no logró hacerse con las sillas de la izquierda -las ocupa fundamentalmente el PSOE- y Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Carolina Bescansa (bebé incluido) completaron la fila del centro en la que estaba el líder de Ciudadanos. Eso sí, al menos se hicieron con los asientos de la izquierda.

Sin duda fue Bescansa la que protagonizó la imagen más comentada del día. Y fue cuando, para rellenar unos papeles, le pasó su hijo a Iglesias, que siguió balanceándolo. Los 'flashes' de las cámaras se disparaban solos y el revuelo comenzó en la sala. Después, el secretario general de Podemos devolvió el niño a su madre, que cubierta con un fular dio el pecho a la criatura. Los comentarios no cesaban.

El PP no tuvo problemas para tomar asiento. La bancada de la derecha no suscita interés en los rivales políticos. Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, José Manuel García-Margallo y el resto de diputados ‘repetidores’ ocuparon los asientos habituales y pasaron revista a la hora de la votación cuando sonaban nombres desconocidos para ellos. Y había muchos. El único saludo que se produjo entre líderes nacionales fue el del presidente en funciones con Pablo Iglesias.

Rivera pasó de largo al depositar su voto, igual que Patxi lópez que, salvo improbables sorpresas, saldrá elegido presidente de la Mesa. Para haber llegado a un acuerdo a tres bandas, tal y como anunciaron las tres formaciones de una u otra manera este martes, parecía que estaban todos enfadados.

El político barcelonés y su equipo estuvieron arropados por el líder madrileño Ignacio Aguado y la dirigente catalana y jefa de la oposición en el Parlament, Inés Arrimadas. También Carina Mejías, Carlos Carrizosa y alguna diputada autonómica como Eva Borox miraban atentos desde la tribuna de invitados. El presidente de Ciudadanos contó además con la presencia de su novia, que cuando vio al barcelonés levantar la vista, no dudó en lanzar un saludo con las manos para demostrarle su apoyo.