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El PSOE se ve con más opciones para gobernar, pero no tiene ningún pacto atado
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LA RESACA DEL PACTO PARA LA MESA DE LA CÁMARA BAJA

El PSOE se ve con más opciones para gobernar, pero no tiene ningún pacto atado

Ferraz entiende que situar a López en la Presidencia del Congreso gracias al acuerdo es la "evidencia" de que "lidera el cambio" y de que es el partido de la "centralidad". Pero la investidura sigue en el aire

Foto: Pedro Sánchez confirma el acuerdo para que Patxi López se haga con la jefatura del Congreso, este 12 de enero. (EFE)
Pedro Sánchez confirma el acuerdo para que Patxi López se haga con la jefatura del Congreso, este 12 de enero. (EFE)

El PSOE se ha apuntado un tanto. Ha ganado una batalla. Y así lo cree Ferraz. Pero ganar la guerra es harina de otro costal. Y aún queda tiempo para verlo.

Quizá sea una metáfora muy pedestre, pero vale para dibujar qué siente la dirección socialista tras lograr encumbrar a Patxi López como presidente del Congreso gracias a los votos de Ciudadanos y la ayuda indirecta del PP -no le votará, pero tampoco presentará candidato alternativo-. Considera que su primera victoria, la de arrebatar a los populares la jefatura de la Cámara Baja, le da más "posibilidades" para acceder al Gobierno y desalojar a Mariano Rajoy, aunque no tenga nada amarrado para la investidura. Ni con la formación de Albert Rivera ni, por descontado, con Podemos, que sigue enrabietado por perder toda opción de dividirse en cuatro grupos parlamentarios -uno nacional y los otros correspondientes a cada una de las plataformas de confluencia de las que participóen Galicia, Cataluña y Valencia-. La guerra de la investidura presidencial, por tanto, está lejos. Aunque por ahora las vibraciones son positivas y se cree que quien tiene la presión sobre sus hombros es Pablo Iglesias.

Pedro Sánchez reaparecía el lunes en España tras el parón navideño exhibiendo determinación. Se le veía con el rostro más descansado y sacando optimismo. Así lo percibieron sus compañeros de la ejecutiva federal y también lo reflejaban las cámaras en la rueda de prensa posterior. Él decía que le habían sentado bien las vacaciones. Pero lo que había pasado es que la guerra interna se había apaciguado, él había logrado ganar tiempo y el objetivo de situar al exlendakari (y miembro de su guardia pretoriana) Patxi López en la Presidencia del Congreso parecía más al alcance de la mano. El pacto se redondeó este martes, unas horas antes de la sesión constitutiva de las Cortes, que arranca este miércoles a las 10 de la mañana. Una alianza con Ciudadanos y de estos a su vez con el PP -según el relato oficial- para aupar a López. Aunque tanto para los populares como para C's, y para muchos dentro del PSOE, se trataba de un simple pacto a tres, pues de lo contrario no habría cuadrado el reparto de los nueve puestos de la Mesa.

Sin controlar la Mesa

Todos podían vender a la opinión pública una cierta victoria. El PSOE se podía colgar la medalla de la jefatura de la Cámara y una vicepresidencia para la andaluza Micaela Navarro. Ciudadanos, el galón de estrenarse en el Congreso con dos secretarías y ejercer el papel de moderador con los dos grandes. El PP se quedaba sin el sillón de presidente pero obtenía tres puestos -dos vicepresidencias y una secretaría- que, sumados a los dos de los de Rivera, ponen a su disposición el control del órgano de gobierno de la Cámara. Y evitaba la imagen de una derrota en la votación, que hubiera sido humillante para el partido que aún ocupa La Moncloa. Podemos quedó fuera del acuerdo pero con sus votos le alcanza para acceder a una vicepresidencia y una secretaría.

Pero el sillón más lucido es el de presidente. Y ese se lo lleva el PSOE. De ahí la lectura en verde que extraía este martes el núcleo duro de Pedro Sánchez. Distintos dirigentes consultados por este periódico insistían en una misma idea: es un "primer paso", aunque todavía no hay nada mínimamente cerrado con Podemos y Ciudadanos, los interlocutores a los que el secretario general ha señalado directamente como potenciales aliados para su investidura. En las federaciones críticas, esa visión más optimista se matiza.

"Veo a Pedro con la misma determinación que mostraba cuando yo le conocí -confiesa una integrante de la ejecutiva-. El pacto para la Mesa no es tanto un balón de oxígeno, porque implicaría que estaba casi sin respiración, y últimamente no estaba así, después de las turbulencias de las últimas semanas", cuando los barones le hostigaban y le reclamaban un congreso ordinario ya para propiciar su relevo. "Si esto fuera una partida de ajedrez, diría que es un movimiento que le ha salido muy bien. Que se ha comido un peón, pero aún no ha hecho jaque mate", añade esta fuente.

Las alternativas a la vista

"Lo que demuestra el acuerdo es que somos el partido de la centralidad y los que tenemos más posibilidades de gobernar, precisamente por eso. Es la evidencia de que lideramos el cambio", apuntalaba una dirigente de la máxima confianza de Sánchez.

“Si fuera una partida de ajedrez, diría que la jugada ha salido bien. Pedro se come un peón, pero no ha hecho jaque mate“, dice una integrante de la ejecutiva

El propio secretario general, sin ser tan explícito, había abonado esa tesis en la reunión con sus parlamentarios por la mañana, antes de conocerse el acuerdo, y ya por la tarde en declaraciones a los medios, cuando se había oficializado la entente: el PSOE ocupa un "territorio central" por su "capacidad de diálogo" y con López se abre una "nueva etapa en el Congreso y en la vida pública" del país.

Pedro Sánchez confirma el acuerdo con Ciudadanos para que Patxi López sea presidente del Congreso

¿En qué medida allana el camino de la investidura? La respuesta de Ferraz aquí es más difusa. En el entorno de Sánchez insisten en que por ahora solo se ha hablado de la Mesa, y que ahora es Mariano Rajoy el que debe intentar conseguir su reelección, y si choca contra el muro del 'no' -el rechazo del PSOE es seguro-, entonces será el turno del secretario general.

En la ejecutiva hay quien cree que es "una posibilidad a explorar" intentar arrancar el 'sí' a Ciudadanos y demandar a Podemos su abstención, vista la alianza que ha desatascado la negociación de la Mesa. También tiene contraindicaciones, porque Sánchez y Rivera únicamente suman 130 escaños, solo siete más que el PP. Pero el secretario general no descarta, en absoluto, el acercamiento a Pablo Iglesias. De hecho, este martes insistió en que si Podemos "no ha querido" el acuerdo es por sus "contradicciones internas", pero su mano sigue "tendida", porque las "políticas" son las que importan, y con la formación morada el PSOE comparte medidas de "ámbito social y de regeneración democrática". Los votantes quieren que las dos fuerzas "se entiendan" y hagan posible un Gobierno de izquierdas.

"Los tres del búnker"

Pero Podemos se alejó más aún de los socialistas. Iglesias ya advirtió de que si no se le permitía disponer de cuatro grupos en el Congreso, el entendimiento de cara a una investidura "será muy complicado". Y después escribió en Twitter que "los tres del búnker" ya comenzaban a cabalgar juntos.

La reacción airada de Podemos no sorprendió a los socialistas. Ya esperaban que se agarrara al argumento de la gran coalición. Por eso Sánchez, preventivamente, remachó que el suyo era un pacto únicamente con Ciudadanos, pese a que ni la formación naranja ni el PP validaron ese relato. Pero miembros de la ejecutiva subrayaban a El Confidencial que Iglesias "tendrá muy difícil justificar que no haya pacto por su empeño en tener cuatro grupos y por el referéndum de autodeterminación en Cataluña". "Los ciudadanos quieren que los políticos se preocupen de sus problemas, no de estos temas. Además, ¿la nueva política es tener más asesores, más dinero, más portavoces?", se preguntaba una responsable de la dirección con asiento en el Congreso. "Tienen discursos tramposos y muy absurdos. No tienen nada fácil salir de esta. Y si no ceden, serán los culpables de que vayamos a nuevas elecciones. Ellos están ahora mismo en el peor de los escenarios", analizaba otro miembro del círculo de Sánchez.

Los socialistas aducen que Podemos tendrá difícil justificar que se niega a un pacto de izquierdas por los cuatro grupos o por el referéndum catalán

Este será un elemento fundamental para las próximas semanas: quién aparece, ante los ojos del electorado, como el responsable de ir a nuevos comicios. Y en el PSOE calculan que Podemos puede patinar si no pone por delante su agenda social, razón por la que, a su juicio, han recibido muchas papeletas de exvotantes socialistas. Ferraz también confía en que la formación naranja acabe cediendo para evitar la repetición de las generales, en las que podría achicarse su espacio ante el previsible crecimiento del PP en aras de la gobernabilidad.

"Podemos viene a desalojarnos"

En las federaciones críticas ven con más sombras el acuerdo de este martes. Un barón de peso considera que el PSOE no ha ganado con la negociación, pues Ferraz solo coloca a Patxi López, pero no tiene el control de la Mesa, que queda en manos de PP y C's. "Ha blindado la Cámara para Rajoy. Patxi no va a mandar un carajo y encima no hay quien se crea que Pedro no ha pactado con la derecha. La gente no se chupa el dedo", apunta.

"Este acuerdo dificulta el diálogo con Podemos. Además, Pablo ya puso una nueva condición, lo de los cuatro grupos. Podemos viene a desalojarnos, no a darnos el Gobierno", indican desde el entorno del presidente asturiano, Javier Fernández. "Si las posibilidades de Rajoy son nulas, las de Pedro son muy remotas, y seguimos en el escenario de que lo más probable es ir a nuevas elecciones. La suma sigue siendo muy complicada. El pacto de la Mesa no alumbra nada. La investidura es otra cosa", aducen en el equipo de la andaluza Susana Díaz.

En las federaciones críticas no creen que se haya avanzado más y advierten de que Sánchez ni siquiera se ha garantizado el control de la Mesa

Un alto cargo cercano al presidente manchego, Emiliano García-Page, cree sin embargo que el acuerdo "ayuda", aunque la fórmula sea difícil de predecir ahora mismo. El PSOE, con sus 90 escaños, necesita a su lado a Podemos (69) e IU (dos) y, bien la abstención de Ciudadanos (40), o bien el apoyo del PNV y la abstención de fuerzas separatistas como ERC (nueve) o Democràcia i Llibertat (ocho). El 'sí' de C's y la abstención de la formación morada podría ser posible, pero condenaría a Sánchez a una situación más inestable.

Los próximos a Sánchez se sentían satisfechos porque entendían que su jefe también se apuntaba un tanto en el frente interno. La casa socialista ya está más tranquila y ni el lunes en la ejecutiva ni el martes en la reunión de grupo se oyeron voces críticas. Las federaciones más distantes del lídersiguen pensando que habrá nuevas elecciones y que el congreso ordinario debe celebrarse antes para decidir el futuro cartel electoral. El secretario general, sin embargo, quiere que el cónclave se celebre cuando se haya despejado la gobernabilidad. En cualquier caso, la fecha no quedará fijada hasta el 30 de enero, en la reunión del comité federal. Para entonces ya habrá más elementos sobre la mesa y quizá se vislumbre si la investidura es algo más factible o pura ciencia ficción.

[¿Qué partidos deberían pactar para formar Gobierno?]

El PSOE se ha apuntado un tanto. Ha ganado una batalla. Y así lo cree Ferraz. Pero ganar la guerra es harina de otro costal. Y aún queda tiempo para verlo.

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