Ciudadanos decepciona en las urnas: los 40 escaños lo convierten en un grupo irrelevante

Las expectativas generadas por Ciudadanos en la gran cita del año con las urnas, llamadas a ser las elecciones generales más importantes de la democracia reciente, no solo no se han cumplido sino que han terminado por ser decepcionantes. Los 40 escaños obtenidos por Albert Rivera y su equipo -con el 99,43% escrutado- convierten al partido en un grupo prácticamente irrelevante y ponen de manifiesto que el proyecto naranja de la regeneración no ha calado entre los españoles y Rivera no ha logrado consolidarse como el líder del cambio, a pesar de haber sumado tres millones y medio de votos.

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La situación de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados quedará relegada a la cuarta fuerza política, muy por detrás de Podemos y las distintas marcas que apoyan a Pablo Iglesias (Compromís, las Mareas...), que juntos consiguieron alcanzar los 69 diputados. La suma del PP de Mariano Rajoy (123) y los de Rivera se queda en 163 escaños, lejos de la mayoría necesaria para gobernar. Aun así, Ciudadanos insiste en que desde su posición promoverán las medidas más urgentes de su programa, como el cambio en la ley electoral o las comisiones de investigación que han puesto en marcha en las comunidades donde pactaron la investidura de la lista más votada, como en Madrid. De lo que no hay dudas es de que la formación que lidera Rivera votará en contra de cualquier Gobierno en el que esté Podemos, incluso si renunciaran al referéndum catalán como condición imprescindible. "Estamos a años luz en la política económica y en todo lo demás como para apoyarles", aseguró un miembro de la Ejecutiva.

Precisamente ha sido en Cataluña donde Ciudadanos ha sufrido uno de sus mayores golpes electorales, consiguiendo solo un 13,04% del voto y cinco diputados, y posicionándose en quinto lugar por detrás de En Comú Podem, ERC, DL y PSC. Y todo ello a pesar de liderar la oposición en el Parlament de la mano de Inés Arrimadas, y después de que muchas encuestas consideraran la posibilidad de que Ciudadanos quedara en segundo lugar estas elecciones. Un jarro de agua fría teniendo en cuenta la importancia que para esta formación -nacida en Barcelona y donde se ha constituido como la firme oposición al nacionalismo- tenía conseguir una fuerte representación este 20 de diciembre en el resto de España.

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También en Castilla y León, donde la formación aspiraba a sacar un diputado en prácticamente todas las circunscripciones, lo consiguó en solo tres: Valladolid, León y Salamanca. En Madrid sí lograron 'salvar los muebles' al obtener siete escaños (uno más que el PSOE y uno menos que Podemos), y en la Comunidad Valenciana se quedaron en cinco diputados mientras que la primera fuerza, el PP, llegó a los 11. En Murcia, otro de los territorios en que los de Rivera tenían grandes esperanzas, consiguieron dos escaños, igual que los socialistas.

A pesar de que los resultados obtenidos no cumplieron con las expectativas, como reconocen varios miembros de la cúpula del partido, Albert Rivera 'sacó pecho' en su valoración ante afiliados, simpatizantes y más de 100 medios de comunicación, asegurando que "ahora hay más españoles que quieren cambios y ya no vale con la resignación". El candidato a la Presidencia del Gobierno afirmó que a partir de este domingo en España "se ha consolidado una fuerza de centro, algo que no ocurría desde la Transición" y advirtió de que a partir del 20 de diciembre se inicia una nueva etapa política en el país en que Ciudadanos "sí será decisivo para formar mayorías en grandes asuntos".

Una campaña, 15 días, cuarta fuerza

Las semanas de campaña electoral coincidieron con el 'pinchazo' que Ciudadanos ha ido sufriendo, primero en las encuestas y, por último, en las urnas este 20-D. Desde el partido reconocen que la campaña de "acoso y derribo" del resto de las formaciones complicó notablemente su esprint final, y aunque hay cierta autocrítica, especialmente en lo que respecta a los debates electorales e incluso a la incapacidad para responder a reproches como el contrato único, insisten en que el castigo real ha sido la ley electoral. Especialmente si se tiene en cuenta que Ciudadanos obtuvo la mitad de los votos que el PP y, sin embargo, se hizo con la cuarta parte de escaños. Respecto a Podemos, los resultados reales entre las formaciones emergentes quedaron muy igualados pero la suma con las candidaturas unitarias, como las Mareas o Compromís, auparon a Iglesias hasta el tercer puesto.

Tanto Rivera como miembros de la ejecutiva aseguran que no consideran una equivocación la declaración pública del líder naranja cuando afirmó el viernes pasado que se abstendría en caso de que el PP ganara las elecciones y pudiera formar Gobierno. "Yo puedo dormir tranquilo porque los españoles han sabido lo que íbamos a hacer con su voto antes de confíar en nosotros", dijo Rivera tras la jornada del domingo.

La insistencia de Ciudadanos en cerrar puertas a prácticamente todas las opciones terminó precisamente el viernes a solo dos días del 20-D, cuando reconoció que barajaba la abstención para que gobernara la lista más votada y que no daría su apoyo a una alianza de izquierdas entre Sánchez e Iglesias para evitar "un pacto de perdedores". Tras los resultados confirmados, el futuro mapa político español se acerca cada vez más a un escenario de completa ingobernabilidad.

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