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Pedro Sánchez intenta desactivar la idea de que quiera liderar un frente anti-PP
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LA DISPUTA POR EL CENTRO EL 20-D

Pedro Sánchez intenta desactivar la idea de que quiera liderar un frente anti-PP

El candidato del PSOE subraya en Inca que los socialistas quieren "hacer frente al PP" para combatir sus políticas. Acusa a Rajoy de querer arrogarse "el patrimonio y la herencia" de Adolfo Suárez

Foto: Pedro Sánchez, visita un comercio de Palma de Mallorca, antes de participar en el mitin de campaña en Inca, este 5 de diciembre. (EFE)
Pedro Sánchez, visita un comercio de Palma de Mallorca, antes de participar en el mitin de campaña en Inca, este 5 de diciembre. (EFE)

La batalla está en el centro. Quiere reconquistarlo el PP, puja por él Ciudadanos, que lo defiende como su espacio natural, y lo desea también el PSOE. Más aún cuando el CIS declara que hay un 41,6% de indecisos. La guerra está también en el voto útil. Sufragio a sufragio. Pero Pedro Sánchez lucha para evitar que se instale la idea de que quiere promover un pacto de todos contra el PP, como ayer viernes pareció deslizar desde Barcelona.

Si hay una imagen histórica del centro, del político seductor que, llegado del franquismo, supo transformar España en tiempo récord, pasando "de la ley a la ley", sin traumas, es Adolfo Suárez. Un hombre elogiado como pocos cuando dejó la refriega política y vilipendiado con acritud en sus últimos años de Gobierno. Hoy, 34 años después de su salida de La Moncloa, casi dos después de su muerte, sigue siendo una referencia. Albert Rivera imita su pose en su cartel del 20-D. Mariano Rajoy se pasea por Ávila, feudo histórico del PP pero tierra también del primer presidente de la democracia, para situarse en ese viscoso espacio que todos codician y defender su gestión. Y lo hizo acompañado por el hijo del fundador de UCD, Adolfo Suárez Illana, antaño candidato del PP en Castilla-La Mancha. Fracasado, por cierto.

Pedro Sánchez no quiere dejar al jefe del Ejecutivo que asiente la imagen de nuevo Suárez. Y tampoco que se la cuelgue Rivera. Él sale en la carrera del 20-D con el lema 'Un futuro para la mayoría' y con el mensaje nítido de que el PSOE, y sólo el PSOE, es el que "garantiza" el cambio. Y es él el que predica diálogo, y no Rajoy, que gobierna desde su castillo de La Moncloa sin hablar con nadie. Eso dice reiteradamente la doctrina socialista.

Este sábado, Sánchez rebatió al presidente esa pretensión de convertirse en émulo del líder de UCD. Fue en Inca (30.000 habitantes), Mallorca, en el recinto Can Ramis, junto a la presidenta de Baleares, Francina Armengol; el cabeza de lista por las islas al Congreso, Ramón Socías, y el alcalde de la localidad, Virgilio Moreno. "Ayer escuché a Mariano Rajoy intentar arrogarse el patrimonio y la herencia de Adolfo Suárez, un político completamente distinto" al expresidente porque desde 2011, "lo único que ha hecho ha sido gobernar solo y contra todos, convirtiendo la mayoría absoluta en absolutismo". "Solo y contra" varios colectivos: los trabajadores, a los que "impuso" su reforma laboral que el PSOE quiere derogar en su totalidad, o solo y contra el mundo de la cultura, percha de la que colgó su promesa de rebajar el IVA hasta el 10% en cuanto llegue al Gobierno. Sánchez ya no habla de reducirlo hasta el 5%, porque para que se le pueda aplicar a los productos culturales un impuesto superreducido necesita pactarlo con Bruselas.

El "muro de la soberbia"

La mayor parte del discurso de Sánchez se cimentó sobre esa crítica al PP. Los socialistas quieren asentar la idea, y en eso sí les ayuda el CIS al ubicarles como segunda fuerza (aunque a menos de dos puntos de Ciudadanos), de que ellos siguen siendo la alternativa a los populares. Por eso emplazó a los españoles a "derribar" todos los "muros" construidos por Rajoy en los últimos años, de la "indiferencia", de la "soberbia". O por eso afeó al presidente su condición de "maestro del eufemismo y del engaño" por disfrazar la emigración forzada de jóvenes al llamarla "movilidad exterior", o por calificar de "austeridad" lo que son "recortes", o por encubrir la "vergonzosa amnistía fiscal" bajo la denominación de "regularización de activos ocultos y robados" que los socialistas "devolverán" a las arcas públicas si vuelven al poder. Y suma y sigue: dependencia, desiguladad, adelgazamiento de la hucha de las pensiones...

Sánchez también quiso aclarar la oferta que ayer viernes hiciera en el almuerzo-coloquio Primera Plana organizado por 'El Periódico de Catalunya' en Barcelona. Allí tendió la mano a Ciudadanos, Podemos y otras formaciones para pactar un "programa común" con el que hacer realidad el "cambio" que los socialistas entienden que quiere el país. Siempre y cuando, eso sí, él saque un voto más que Rajoy el 20-D. "Hay continuidad si gana Rajoy con un voto más que el PSOE, pero si gana el PSOE con un voto más al PP, habrá cambio político y podremos hablar con el resto de fuerzas con un programa común, se llame Ciudadanos, Podemos, IU o PNV. Se llame como se llame".

Una propuesta que se entendió como un pacto o frente anti-PP. Albert Rivera lo rechazó tajantemente, Pablo Iglesias cree que Sánchez actúa a la desesperada, preocupado por sacar más diputados para que "Susana Díaz no le mueva el sillón" y la ministra de Fomento, Ana Pastor, hizo hincapié en que el líder del PSOE se ha quitado "la careta", al mostrar su disposición a pactar con todos para arrebatarle el mando al PP.

El entorno del aspirante rubrica que sólo tiene en mente “ganar las elecciones“, para una vez llegado a La Moncloa entablar diálogo con todas las fuerzas

"Los socialistas hacemos frente, sí, hacemos frente al paro, a la precariedad, a la desigualdad y a la corrupción del PP. ¡Y haciendo frente al PP defendemos a la mayoría y haciendo frente al PP ganaremos los socialistas el 20-D, haciendo frente al PP!", exclamó este sábado, en uno de los pasajes más celebrados por los simpatizantes baleares. Sánchez enfatizó que el "voto útil es más útil que nunca", y "el único partido que puede garantizar el cambio es el PSOE". "El único", abundó.

El entorno del aspirante presidencial apuntaló el mensaje. En ningún caso, insistieron las fuentes consultadas por El Confidencial, Sánchez estaba ofreciendo a Podemos y C's un frente de todos contra el PP. Lo único que tiene en la cabeza es "ganar las elecciones", aunque su voluntad, una vez que llegue a La Moncloa, será dialogar con todos los partidos sobre políticas concretas, informa Efe. En ese sentido, el secretario general ha venido contestando, cuando se le preguntaba por alianzas postelectorales, que lo importante era "el para qué", no "con quién". Pero nunca habrá gran coalición con el PP.

"Hechos y no palabras"

El candidato interpeló a los emergentes. Sobre todo a Ciudadanos, que pugna por ocupar la segunda plaza del podio. La estrategia del PSOE es presentar a Albert Rivera de la mano del PP, machacando la idea de que, si está en su mano, dejará a los conservadores en La Moncloa, así que no suponen ningún "cambio". Insistió en que si se apoya la reforma laboral del Gobierno, su política educativa o los copagos, "tienes 20 años menos, pero eres del PP". Al presidente de la formación naranja le echó en cara su indefinición en un asunto tan sensible como la educación, porque responde "no sé", se burló, cuando se le pregunta qué parte de la Lomce derogará.

Quizá fue más explícita Armengol en ese dibujo de Ciudadanos: "Decidlo a todo el mundo -gritó a la parroquia socialista congregada-: 'Si queréis quitar a Rajoy, al PP, votad al PSOE', que es el único voto útil para quitar al PP". En estos días se oirán "muchos cantos de sirena", pero Rivera encarna sólo "la derecha disfrazada". La presidenta balear puso como ejemplo lo que ocurre en el Parlament de las islas, en el que C's "no ha pactado nada" con la izquierda y sostiene "un discurso ideológico más duro que el PP". Así que es "un engaño", por lo que "el cambio pasa por el PSOE", clamó.

Tengo muchas ganas de ganar a la derecha. Y pido lo siguiente para ganar las elecciones: trabajo, compromiso y sonrisa

Los socialistas quieren apuntalar la idea de que Podemos va a la baja y no sirve para batir a Rajoy. Sánchez caricaturiza a Pablo Iglesias como aquel que trabaja por la "izquierda desunida" y como el que pretende suplantarles. Quiere hacer "lo que hizo el PSOE" durante sus años en el Gobierno. "Le voy a dar una buena noticia: el 20-D lo vamos a volver a hacer los socialistas". Otra formulación del llamamiento al voto útil: estos días lleva reiterando el mensaje de que si la mayoría se divide, "se frena el cambio".

Inca es una localidad gobernada por el PSOE. Como Baleares, en su poder gracias a un pacto con MÉS -socio en el Ejecutivo- y Podemos. Los ejemplos de gestión de Moreno y Armengol sirvieron a Sánchez para apuntalar su discurso. Ferraz considera palancas para el candidato el punto de inflexión operado en muchos ayuntamientos y en las comunidades conquistados tras el 24-M. El secretario general repasó los logros de los 140 días de Govern socialista, como también hizo Armengol, que reivindicó su plan para parados manores de 45 años y para menores de 30, o la apertura de centros de salud por las tardes, o la sanidad para todos. "Hechos, y no palabras", subrayó.

Sánchez expuso algunas de las principales propuestas de su programa [aquí en PDF] en varias áreas, y se detuvo en la necesidad de la reforma constitucional. Al final, la arenga, calcada a la lanzada en la apertura de campaña, en Getafe (Madrid): "Yo tengo muchas ganas de ganar a la derecha. Hemos esperado cuatro años. Y os pido lo siguiente para ganar las elecciones: trabajo, compromiso y sonrisa". Sonrisa para hacer frente a unas encuestas que, al menos por ahora, no pintan bien.

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La batalla está en el centro. Quiere reconquistarlo el PP, puja por él Ciudadanos, que lo defiende como su espacio natural, y lo desea también el PSOE. Más aún cuando el CIS declara que hay un 41,6% de indecisos. La guerra está también en el voto útil. Sufragio a sufragio. Pero Pedro Sánchez lucha para evitar que se instale la idea de que quiere promover un pacto de todos contra el PP, como ayer viernes pareció deslizar desde Barcelona.

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