Es noticia
Sánchez pide para el 20-D una "gran mayoría socialista" y tener "un voto más que Rajoy"
  1. Elecciones Generales
PUESTA DE LARGO DEL PROGRAMA SOCIALISTA PARA LAS GENERALES

Sánchez pide para el 20-D una "gran mayoría socialista" y tener "un voto más que Rajoy"

El candidato llama al voto útil en el tirón final de la precampaña. Avisa de que el cambio no vendrá "ni de la derecha que apoyó al trío de las Azores ni de la que propone desplegar tropas españolas en Siria"

Foto: Pedro Sánchez con la número dos de la lista por Madrid y coordinadora del programa, Meritxell Batet, este 21 de noviembre. (EFE)
Pedro Sánchez con la número dos de la lista por Madrid y coordinadora del programa, Meritxell Batet, este 21 de noviembre. (EFE)

El 20 de diciembre pinta un panorama nebuloso. Plagado de incertidumbres y posiblemente fragmentado. Los partidos asumen que nada será como antes, como hasta ahora, y que no se repetirá una mayoría absoluta. El PSOE es consciente. Y quiere jugar por la primera plaza que se resisten a concederle las encuestas. El mensaje oficial es que ganar es posible y que puede ser la primera fuerza. Pero Pedro Sánchez este sábado lanzó un mensaje clásico en todas las campañas, un llamamiento al voto útil y a la estabilidad. Demandó a los electores una "gran mayoría" y tener "un voto más" que Mariano Rajoy.

El secretario general del PSOE no recurrió al compromiso rubricado por José Luis Rodríguez Zapatero para las elecciones de 2004. Entonces, el candidato adelantó que sólo gobernaría si su partido volvía a ser primera fuerza después de los ocho duros años de José María Aznar en La Moncloa. Lo consiguió. La dirección de Sánchez llegó a analizar si convenía o no reproducir esa promesa de cara a estas generales. Se desechó. El escenario, como justificaban sus estrategas, es completamente distinto al de hace 11 años, y el PSOE no podía renunciar del todo a conquistar el poder quedando segundo y a través de alianzas. No obstante, federaciones como Andalucía o Asturias sí estaban de acuerdo con que emulase lo dicho por Zapatero.

El candidato no llega a explicitar el compromiso que enunció Zapatero en 2004: que no gobernaría en caso de no convertirse en primera fuerza del país

Sánchez no ha llegado a tanto. Pero hoy sí manifestó esa llamada al voto útil, para que se concentre en el PSOE la voluntad de todos aquellos que quieren un "cambio que une". Lo hizo en la puesta de largo del programa socialista para el 20-D [léelo aquí en PDF]. Un acto convocado en el centro cultural Conde Duque de Madrid. Mucho más modesto que lo que se previó inicialmente, que era la clausura -con foto de todos los barones, expresidentes y exlíderes del partido incluida- de la Conferencia Política. Pero los atentados terroristas de París abortaron la convención, y Ferraz tuvo que improvisar un nuevo evento en la capital, ante unas 200 personas. La sala, no obstante, se quedó pequeña. Las primeras filas quedaron ocupadas por miembros de la ejecutiva federal y de la lista por Madrid -Rafael Simancas, Zaida Cantera, Ángeles Álvarez-; al gurú del área económica, Jordi Sevilla, a la exministra de Medio Ambiente Cristina Narbona; al portavoz en la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo; y la líder del PSOE-M, Sara Hernández, o el número dos de la UGT, Toni Ferrer.

"Es posible"

"Hoy me atrevo a pedir a los españoles algo que aún no les había pedido: una gran mayoría socialista a partir del próximo 20 de diciembre. Necesitamos una gran mayoría socialista para impulsar el cambio que con paso firme y seguro construya un futuro para la mayoría de los españoles. Sin que nadie se quede atrás, con oportunidades para todos", demandó el candidato. Una "amplia mayoría" para el mismo PSOE, reivindicó que puso en pie "la España de los derechos" en los años ochenta, con Felipe González, la "España de las libertades", con Zapatero, en los 2000, y la "España de las oportunidades", con él al frente, desde el 20-D. "Y para lograrlo tan sólo necesitamos una cosa: un voto más que el partido de Rajoy. Es posible. Podemos hacerlo. Sólo nosotros lo lograremos", remató. Un mensaje de ánimo a las tropas del PSOE, aún algo frías, y que servía para enfatizar que no hay más camino que él o el PP.

Sánchez se reivindica y reivindica al PSOE frente a los populares y frente a Ciudadanos. De hecho, la formación de Albert Rivera, que ha ascendido hasta el segundo puesto en algunas encuestas, fue de nuevo el otro gran blanco de las críticas del líder socialista. Para empezar, volvió a tirar de la equiparación con el PP, al hablar de la "vieja" y la "nueva derecha" o de la "suma de las derechas". Y para continuar, invocó una de las imágenes más movilizadoras para la izquierda: la del 'No a la guerra' de 2003.

"Capitalismo con eslóganes renovados"

"El cambio que necesita España -dijo- no vendrá ni de una ni de la otra derecha. Ni de la que instaura los copagos en sanidad [el PP] ni de la que pretende ampliarlos [C's]. Ni de la que congela el salario mínimo ni de la que aspira a seguir congelándolo. Ni de la que apoyó al trío de las Azores ni de la que propone desplegar tropas españolas en Siria", denunció. No introdujo matices. Es cierto que C's es partidario de que España intervenga en el país asiático, pero siempre con cobertura internacional, de forma conjunta con otros países, y en el marco de la ONU y de la OTAN. Fue, por cierto, una de las pocas alusiones al terrorismo yihadista durante su alocución.

Enhebró más andanadas contra la formación naranja, como cuando habló de la necesidad de una "economía moderna de verdad" y no de la "desregulación de los mercados" que defienden "la derecha vieja y la nueva derecha", y que realmente remite a "algo muy viejo" y que se llama "explotación laboral". "Eso es lo mismo de siempre y contra lo que siempre hemos luchado, el capitalismo de amiguetes con eslóganes renovados". Es decir, que C's es, a ojos de los socialistas, la marca blanca del PP, la misma derecha pero con aderezos cosméticos.

Sánchez equipara a PP y C's y habla de ellos como “vieja“ y “nueva“ derecha. Y frente a Podemos, insiste en que no es tiempo de nuevas “divisiones“

Sánchez se aferró a que la "gran mayoría de españoles quieren cambio" y en el PSOE "hay voluntad", "capacidad" y "muchas ganas de cambio". El que propone el partido es el que combina los valores de sus más de 130 años de vida (progreso, igualdad, solidaridad, justicia social) y los de la modernidad. Un cambio "solvente y decente", porque los españoles no respaldarán "las recetas fracasadas" empleadas hasta ahora, "tanto si vienen de la vieja derecha como si vienen de la nueva derecha".

El combate a Ciudadanos, pues, impregnaba todo el discurso, de unos 50 minutos, de Sánchez, de principio a fin. Podemos, en cambio, apenas afloró durante su intervención, más allá de proclamar que es "hora de unir", y en consecuencia el cambio no puede venir de los que "a estas divisiones quieren añadir otras nuevas, entre los de arriba y los de abajo, los nuevos y los viejos", ya que no se trata de marcar la frontera entre nueva y vieja política, sino de apostar por la "buena política", la que quiere representar el PSOE.

Exactamente lo mismo predicó la número dos de la lista por Madrid y coordinadora del programa, Meritxell Batet: su partido es el que quiere atajar los retos del crecimiento, la desigualdad y el fortalecimiento de la democracia "de la misma manera y con la misma intensidad". Así como "la derecha de siempre", el PP, "se desentiende de la desigualdad" y se concentra en crecimiento, a la "izquierda voluntarista" le ocurre lo contrario, que "no tiene propuestas creíbles de crecimiento", y "la nueva derecha ofrece cosmética", dando lecciones de "ejemplaridad democrática" a un PSOE que ha luchado por ella "desde el exilio y contra el terrorismo".

Las prioridades

¿Y en qué consiste ese "cambio" que preconizan los socialistas? El secretario general no anunció medidas nuevas, porque el programa ya es conocido y está aprobado y publicado, pero sí marcó prioridades.Y, en concreto, desgranó cuáles serán los cinco primeros grandes acuerdos que tomaría su Consejo de Ministros, en caso de llegar a La Moncloa.

Los 5 primeros pasos: derogar la reforma laboral, impulso a la educación, ingreso mínimo vital, pacto contra la violencia machista y ponencia constitucional

Primero, impulsar la reindustrialización y el empleo digno, que comprende la derogación "de principio a fin" de la reforma laboral de Rajoy y la negociación, en paralelo, de un nuevo Estatuto de los Trabajadores. Dos, convocar a la comunidad educativa y a los Gobiernos autonómicos para que el próximo curso escolar sea el del "gran acuerdo" por la ciencia y la educación y se triplique en cuatro años la inversión en educación pública.

Tercer acuerdo: aprobar el ingreso mínimo vital, la gran apuesta social del PSOE, que permitiría que 700.000 hogares vulnerables tengan una ayuda y se logre erradicar, al final de la legislatura, la pobreza infantil. Cuarto, convocar un "gran acuerdo social, institucional y político contra la violencia de género". Y en el quinto Consejo de Ministros, proponerle al Congreso la apertura de una "ponencia para la reforma de la Constitución" que responda a los cinco grandes ejes marcados por los socialistas: fortalecimiento del Estado del bienestar, regeneración democrática, nuevos derechos y libertades, construcción de la España federal y la inclusión de la Unión Europea.

El PSOE insiste, y hoy también lo hizo Sánchez, en que está "preparado" para ganar y gobernar, y de ahí que haga hincapié en sus medidas y su programa, y en presentarlo como una apuesta realista y materializable, que sirva además para derribar los "muros invisibles" que atenazan, a su juicio, a la sociedad española (el de la desigualdad, el de la distancia con las instituciones, el de la indiferencia y el de las "mentiras". En varias ocasiones, el candidato intentó resumir su oferta electoral en pocas ideas, para extraer la síntesis de esas 274 páginas. Se trata, dijo, de procurar una economía justa, que permita "crecer para repartir", y de "decencia", de una democracia "limpia y moderna".

Ley y diálogo para Cataluña

Tuvo que introducir la agenda catalana. Esta última semana ha quedado copada informativamente por los atentados de París, pero la tensión independentista continúa y la próxima semana volverá con más fuerza, a medida que se vaya acercando la asamblea de la CUP y se confirme la próxima investidura de Artur Mas. Sánchez volvió a su mensaje de "firmeza" en la aplicación del Estado de derecho y diálogo.

Recordó que apoyó sin reparos al presidente del Gobierno en la presentación del recurso contra la declaración de inicio de la ruptura con España aprobada el 9 de noviembre en el Parlament, y también que la crisis no se puede salvar "sólo con la ley". La solución socialista, la "única viable encima de la mesa", es la reforma constitucional, que dé vida a un nuevo marco de convivencia que reconozca las "singularidades" territoriales y los mismos derechos para todos. "Dentro de la ley hay espacio para hablar, fuera de la ley, sólo hay frustración y fracaso. Y en ese diálogo no vamos a entrar", advirtió a los soberanistas.

El cuadro final es un "programa ganador con un equipo ganador", se felicitó Sánchez, con los "valores de la mayoría" y un "Gobierno para la mayoría". Un programa "de izquierdas", que incorpora "con orgullo los principios del PSOE", "aunque la mercadotecnia aconseje no definirse", verbalizó entre aplausos Batet. "Somos claros y estamos orgullosos", añadió, sacando pecho de un documento, el programa del 20-D, cuyo parto ha sido largo -un año-y que ha contado con la participación de "más de 800 expertos y 50 grupos de trabajo", que ha sido enriquecido con la aportación de "200.000 militantes, 2.000 internautas y 3.828 enmiendas [al borrador]", el 20% procedentes de no afiliados.

Optimismo para el último mes antes de la cita con las urnas y a 14 días del arranque oficial de la campaña. Claro que el cielo no está del todo despejado para los socialistas. Y los que hoy asistieron al Conde Duque parecían no corresponder a esa pretendida euforia: hubo aplausos, sí, pero tampoco entusiasmo. La parroquia sigue estando fría.

[Consulta el programa del PSOE para el 20-D en PDF]

El ejemplo del exministro Ernest Lluch: igual que se venció a ETA, se derrotará al yihadismo

El 20 de diciembre pinta un panorama nebuloso. Plagado de incertidumbres y posiblemente fragmentado. Los partidos asumen que nada será como antes, como hasta ahora, y que no se repetirá una mayoría absoluta. El PSOE es consciente. Y quiere jugar por la primera plaza que se resisten a concederle las encuestas. El mensaje oficial es que ganar es posible y que puede ser la primera fuerza. Pero Pedro Sánchez este sábado lanzó un mensaje clásico en todas las campañas, un llamamiento al voto útil y a la estabilidad. Demandó a los electores una "gran mayoría" y tener "un voto más" que Mariano Rajoy.

Campañas electorales Pedro Sánchez Meritxell Batet Mariano Rajoy Ciudadanos Terrorismo
El redactor recomienda