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La izquierda se fragmenta en múltiples combinaciones para el 20-D
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REGISTRO DE LAS COALICIONES ELECTORALES

La izquierda se fragmenta en múltiples combinaciones para el 20-D

Todos gritaron unidad, pero al final casi hay más dispersión que nunca. No sólo por el divorcio de IU y Podemos, sino por las idas y venidas de pequeños grupúsculos y excuadros socialistas descolgados

Foto: Alberto Garzón, rodeado de candidatos de Unidad Popular, este 6 de noviembre en el espacio Ecooo de Madrid. (EFE)
Alberto Garzón, rodeado de candidatos de Unidad Popular, este 6 de noviembre en el espacio Ecooo de Madrid. (EFE)

Las piezas del puzle para el 20-D van encajando. No queda otra, porque los plazos van cumpliéndose. Y este viernes, 6 de noviembre, a las doce de la noche, vencía uno, el del registro de las coaliciones ante la Junta Electoral. Y dentro de diez días se cumplirá otro tiempo, el de la presentación de las listas en las 52 circunscripciones. Entonces se conocerá con exactitud el quién es quién. Pero al menos ya existe un anticipo: las alianzas. O la ruptura de ellas. Porque si algo ha demostrado esta carrera hacia las generales es que la unidad de la izquierda se ha probado un fracaso. Por mucho que hayan atronado los deseos y las proclamas de confluencia. El principal divorcio, el de IU y Podemos, oficializado hace justo un mes. Pero luego los viajes de ida y vuelta y los movimientos de pequeñas formaciones han alterado el tablero casi hasta el último minuto.

El primer mapa que deja esta etapa es más bien un 'collage' distinto, según el territorio que se mire. A vista de pájaro, sí emerge no obstante una conclusión: la división en tres grandes bloques de la izquierda: el de IU-Unidad Popular, el de Podemos, y obviamente, del PSOE. Pero entre los dos primeros hay espacios mixtos de convergencia, como en Galicia o Cataluña. Aparte de un grupúsculo, X la Izquierda, impulsado por el exjuez Baltasar Garzón.

En las dos comunidades citadas el acuerdo se ha cerrado, de hecho, in extremis. En Galicia, el pacto, registrado ante la Junta Electoral Central (JEC), lo suscribieron finalmente Podemos, Esquerda Unida (EU), Anova y las mareas. El nombre común, y que aparecerá en las papeletas, es En Marea, con las siglas de los tres partidos debajo y entre paréntesis. Y habrá dos logos, el de las mareas y el de Podemos, según confirmaron a El Confidencial fuentes de la coalición. Se suma también a la alianza Espazo Ecosocialista, pero no Equo. Ambas formaciones, muy pequeñas, sí están dentro de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), que dio la sorpresa en las autonómicas de 2012 al hacerse de golpe en su debut con nueve diputados y que tenía como hermanos mayores a Anova y a EU, la marca gallega de IU.

Número siete por Barcelona

En Cataluña, Esquerra Unida i Alternativa (EUiA), el partido hermano de IU que goza de personalidad jurídica propia, se sumó finalmente a la coalición En Comú Podem, junto a Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) -su socio de siempre-, Podemos y Barcelona en Comú -la plataforma de la alcaldesa de la ciudad condal, Ada Colau-, tras días de tensísimas negociaciones y cruce de reproches. EUiA se levantó de la mesa el pasado día 4, cuando su militancia apostó por la confluencia pero rechazó las "vergonzosas" condiciones impuestas por el resto de socios. Su coordinador, Joan Josep Nuet, diputado en el Congreso en la última legislatura y actual parlamentario en la Cámara catalana, estalló contra ellos y amenazó con suscribir el pacto con IU y Unidad Popular, marchándose así con Alberto Garzón.

Este mismo viernes, las negociaciones se recondujeron. EUiA lograba colocar a su candidato, Joan Mena, de 7 por Barcelona (y no de 9), y hacerse con la cabecera de lista en Tarragona.

Las alianzas en Galicia y Cataluña se registraron en las últimas horas. El desenlace de En Comú Podem pegó una vuelta cuando se reincorporó EUiA

Tanto en un caso como en otro, en Galicia y Cataluña, los votos que consigan En Marea y En Comú Podem se imputarán a las respectivas coaliciones, no a ninguno de los partidos con matriz estatal que los integran. La pretensión de ambas es llegar a formar grupo parlamentario propio en el Congreso, objetivo nada fácil porque deberían obtener un 15% de los sufragios en cada una de las provincias donde se presenten. ¿Y si no se llega al listón? Los componentes de En Marea han pactado que la decisión se adoptará de forma "colectiva", y podrían intentar unirse a los parlamentarios de En Comú Podem o a los de Podemos, directamente. Pero no está previsto que los representantes de EU, por ejemplo, decidan marchar con sus compañeros de IU. Es una posibilidad que sí permite el artículo 24 del reglamento de la Cámara baja: la figura del diputado asociado.

IU y ocho aliados más

Galicia y Cataluña son las excepciones a la regla. En ninguna otra comunidad han logrado converger Podemos e IU para el Congreso. La federación de Cayo Lara se presenta bajo la coalición Unidad Popular, el paraguas común que empleará en toda España. La alianza fue formalizada a las 20.15 horas del viernes en el registro de la JEC. La forman Izquierda Unida, Unidad Popular en Común -la marca montada por tres abogados del bufete Boye-Elbal-, Chunta Aragonesista, Izquierda Asturiana, el navarro Batzarre-Asamblea de Izquierdas, Construyendo la Izquierda-Alternativa Socialista (CLI-AS), Entre Tod@s Sí Se Puede Córdoba, Segoviemos e Izquierda Castellana. Nueve partidos en total.

De Unidad Popular salieron, en las últimas horas, Decide en Común, el partido auspiciado por Alberto Sotillos, el socialista que compitió contra Pedro Sánchez, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias por el liderazgo del PSOE el año pasado. Y también Por Un Mundo + Justo, una pequeña formación altermundista. Sotillos se había integrado en la lista por Madrid patrocinada por Alberto Garzón, y se había hecho con el puesto número cinco. Era su fichaje estrella. Pero cuando tocó negociar el acuerdo político, las cosas se torcieron.

Garzón ha sufrido las fugas de Decide en Común, la formación del exdirigente socialista Alberto Sotillos, y Por Un Mundo + Justo, pero retiene a Chunta

"Hicimos varias enmiendas al borrador de IU y se rechazaron todas. Quisimos saber dos cosas: cuánto dinero iban a pedir y qué porcentaje nos correspondería -relata Sotillos a este periódico-. Luego les dijimos que Decide en Común no podía asumir déficit de campaña con recursos propios porque estamos en contra de los créditos bancarios y porque además no tenemos capacidad económica para afrontarlo, más cuando no sabemos ni la cantidad ni el porcentaje". Sotillos explica que se ofreció pagar de vuelta a IU el porcentaje de subvenciones que le pudiera corresponder hasta abonar el déficit, pero que si había que poner dinero encima de la mesa debía cubrir la federación esa parte, y esta se negó. Garzón, preguntado sobre esto en la presentación de Unidad Popular, no quiso entrar en detalles por "elegancia", pero sí deslizó que Decide en Común planteaba condiciones económicas "inasumibles" y un "trato privilegiado" -en pie de igualdad con IU-, y que no se podían cerrar acuerdos en virtud de la "supervivencia de las organizaciones".

El cómputo de votos

PUM+J se descolgó porque rechazaba que en las papeletas hubiera siglas y logos de partidos, y por el "protagonismo excesivo" de estos sobre los ciudadanos, porque la candidatura no era ya de "confluencia amplia" y por la decisión de financiarse "contrayendo deudas con bancos", según la versión ofrecida por la cabeza más visible de la formación y rival de Garzón en las primarias presidenciales, Miguel Ángel Vázquez.

Y es que, en efecto, las siglas sí estarán impresas en las papeletas, con nombres distintos según la provincia. Por ejemplo, en Aragón la coalición se llamará IU-CHA-Unidad Popular en Aragón; en Madrid o Andalucía, IU-Unidad Popular en Común; en Andalucía; en Valladolid, IU-Unidad Popular en Común-Izquierda Castellana. El anagrama de IU no se perderá.

En realidad, UP es, sobre todo, IU. Porque de la coalición no participan ni sus tradicionales socios de ICV, porque han pegado portazo las pequeñas formaciones que 'blanqueaban' la confluencia -Decide en Común y PUM+J- y porque se ha desentendido Izquierda Abierta, el partido coliderado por Gaspar Llamazares y Montse Muñoz, que arrastra el enojo con la dirección de Lara después de que su coportavoz fuera "expulsada" de los órganos al no pedir su alta como militante de la nueva federación madrileña. De modo que IzAb entiende que las listas de Unidad Popular representan una "confluencia de juguete" en las que figuran "militantes del PCE y mariachis". Garzón, igual que su número dos, Sol Sánchez, procedente de Attac, ha defendido que su plancha está plagada de independientes: de hecho, afiliados puros a IU entre los diez primeros sólo hay dos, además de él mismo, Enrique Santiago y Marga Ferré. Los gasparistas, no obstante, sí participaron en las primarias de Unidad Popular en Madrid y Sevilla.

Ni Alberto Garzón ni Pablo Iglesias podrán contar con los votos obtenidos por En Marea y por En Comú Podem. Un dato especialmente relevante para IU, que sí siente más el agua al cuello. Para formar grupo, necesita o 15 diputados o bien recabar un 5% de los sufragios en todo el Estado. Pero tendrá que descontar lo que las alianzas en las que participa pesquen en Galicia o Cataluña.

Equo y Compromís

Equo, que en principio pensaba converger con IU bajo la plataforma Ahora en Común, al final se marchó, por decisión de la cúpula y las bases, con Podemos, con mejores expectativas electorales. Su candidato y colíder, Juantxo López de Uralde, encabezará previsiblemente la plancha por Álava.

La federación valenciana de IU, Esquerra Unida del País Valencià (EUPV), no participa finalmente de otro acuerdo cerrado en el último día de plazo, el que suscriben Podemos y Compromís, la coalición que integra al Bloc -el socio mayoritario-, a Iniciativa del Poble Valencià -la formación de la vicepresidenta de la Generalitat, Mònica Oltra- y a Els Verds. La alianza se presenta con el nombre de Compromís-Podemos-És el Moment, y su número uno por la capital autonómica es el actual diputado Joan Baldoví.

IU se sintió "humillada" por las condiciones que le llevaron sobre la mesa. El propio Garzón se quejaba este viernes de que nunca hubo negociaciones serias. Con su decisión, no obstante, EUPV tiene difícil su supervivencia. Ya quedó arrasada en las autonómicas y municipales, en las que salió de Les Corts y del Ayuntamiento de Valencia. Para el 20-D, el cabeza de cartel es Ricardo Sixto, parlamentario en el Congreso en esta última legislatura.

En Valencia, la unión de Podemos y Compromís ha dejado por el camino a EUPV, que se siente dolida

En la comunidad, además de IU-Unidad Popular y Podemos-Compromís-És el Moment, compite otra coalición más, la de Esquerra Republicana del País Valencià-Esquerra Nacionalista Valenciana y Els Verds del País Valencià. La marca unitaria es Ara, País Valencià.

La radiografía en el resto del país

En Navarra, han fraguado dos coaliciones de signo contrario. Una, de derechas, entre Unión del Pueblo Navarro (UPN) y PP, que ya se presentaron juntos en 2011 y que incluye el compromiso de los foralistas de investir a Mariano Rajoy como presidente. Y otra, de izquierdas, entre los cuatro partidos que sustentan al Gobierno navarro -Geroa Bai (la formación de la presidenta, Uxue Barkos), Izquierda-Ezkerra (IU y Batzarre), Podemos y EH Bildu-, aunque esta sólo se presenta para el Senado, y no para el Congreso.

El espectro de la izquierda no se acaba con las combinaciones citadas. También se presenta el 20-D la candidatura X la Izquierda, impulsada por el exjuez Baltasar Garzón y su plataforma, Convocatoria Cívica, y por el grupo impulsado por la exdirigente juvenil del PSOE Beatriz Talegón, Somos Izquierda. Esta acabó yéndose de esta lista una semana después de participar de su creación. También se marchó el Partido Humanista. X la Izquierda está decidida a registrar listas, aunque no figurará en ellas el exmagistrado. En esta formación confluyen pequeñas organizaciones como Compromiso Socialista, Convocatoria Cívica, Ezkerra-Berdeak, Los Verdes, Gira Madrid-Los Verdes, Nova Esquerda Socialista Galega y Unión de Izquierda Socialista de Aragón.

Falta un repaso final a las demás coaliciones de este 20-D. En Aragón, la que comparten el PP y el Partido Aragonés (PAR), reeditando así la unión de 2011. En el Principado, Rajoy se alía con Foro Asturias, el partido fundado por el exministro Francisco Álvarez-Cascos, después de años de tensiones y broncas -Foro nació como secesión del PP, de hecho-. En Canarias, los populares se unen a Asambleas Municipales por Fuerteventura.

En el archipiélago hay otra coalición: la del PSOE con Nueva Canarias. Los nacionalistas de izquierdas cambian de compañeros de viaje, ya que en 2011 concurrieron con Coalición Canaria.

El PP ha cerrado acuerdos con UPN en Navarra, Foro Asturias en el Principado, el PAR en Aragón y con Asambleas por Fuerteventura en Canarias

En el País Vasco, se reedita la alianza de la izquierda abertzale entre Sortu, Eusko Alkartasuna, Aralar y Alternatiba. La coalición deja la marca Amaiur, con la que compitió para las generales de hace cuatro años, y aplica el nombre que tiene en las instituciones vascas y navarras, el de EH Bildu.

En Cataluña, no sólo comparece una lista unitaria ante los electores. Convergència Democràtica de Catalunya, la formación de Artur Mas, se alía con Demòcrates de Catalunya -la escisión soberanista de Unió- y Reagrupament -escisión de ERC-, bajo la marca Democràcia i Llibertat, y con el actual conseller de la Presidencia en funciones, Francesc Homs, en cabeza. No se repite la unión con ERC y las entidades soberanistas del 27-S, Junts pel Sí.

El repaso acaba en Cantabria y Baleares, donde no hay coaliciones para este 20-D. En las islas, el posible pacto de MÉS y Podemos, que apoyaron la investidura de la socialista Francina Armengol como presidenta (los nacionalistas entraron incluso en el Gobierno autonómico) no cogió vuelo y rivalizarán en las urnas. Hay que sumar otras alianzas más singulares y que escapan al panorama tradicional, como la formada por Recortes Cero-Los Verdes, que tiene como principal proclama la redistribución de la riqueza.

El mapa que deja este 6 de noviembre es, por tanto, poliédrico y complejo. Y, para los intereses de la izquierda, desolador. Nunca se habló tanto de la confluencia. Y casi se podría decir que nunca como hasta ahora se presentó a unas generales tan dispersa.

Las piezas del puzle para el 20-D van encajando. No queda otra, porque los plazos van cumpliéndose. Y este viernes, 6 de noviembre, a las doce de la noche, vencía uno, el del registro de las coaliciones ante la Junta Electoral. Y dentro de diez días se cumplirá otro tiempo, el de la presentación de las listas en las 52 circunscripciones. Entonces se conocerá con exactitud el quién es quién. Pero al menos ya existe un anticipo: las alianzas. O la ruptura de ellas. Porque si algo ha demostrado esta carrera hacia las generales es que la unidad de la izquierda se ha probado un fracaso. Por mucho que hayan atronado los deseos y las proclamas de confluencia. El principal divorcio, el de IU y Podemos, oficializado hace justo un mes. Pero luego los viajes de ida y vuelta y los movimientos de pequeñas formaciones han alterado el tablero casi hasta el último minuto.

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