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Los barones del PSOE cierran filas pese al malestar y piden a Lozano que rectifique
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COMITÉ FEDERAL DE APROBACIÓN DEFINITIVA DE LAS CANDIDATURAS DEL 20-D

Los barones del PSOE cierran filas pese al malestar y piden a Lozano que rectifique

Dan públicamente respaldo a Sánchez para sofocar la polémica antes del 20-D. Susana Díaz evita las declaraciones para no avalar a la exdiputada de UPyD. Javier Fernández falta por razones personales

Foto: Pedro Sánchez y su ejecutiva, minutos antes del arranque del Comité Federalde este 17 de octubre. (EFE)
Pedro Sánchez y su ejecutiva, minutos antes del arranque del Comité Federalde este 17 de octubre. (EFE)

Un resumen oficial diría que se trató de un Comité Federal del PSOE corto, de poco más de dos horas de duración, con una aprobación de las listas al Congreso y al Senado por casi unanimidad, donde el partido evidenció la unidad en torno a su secretario general y candidato. Y eso ocurrió, pero no sólo eso. Porque la dirigencia socialista pudo percibir un claro mar de fondo, un malestar espeso por el fichaje de Irene Lozano, la exdiputada de UPyD que de la noche a la mañana salto a las candidaturas, y como número cuatro por Madrid.

El de este sábado fue el Comité Federal de Irene Lozano. Se la mencionó mucho en pasillos, ante la prensa, aunque nadie la citó expresamente dentro de la reunión del máximo órgano de poder del PSOE. Ni siquiera Pedro Sánchez la mentó explícitamente y defendió ante sus compañeros su controvertida apuesta por una mujer a la que muchos recriminan sus "insultos" al partido. Todo fueron expresiones tácitas. Recordó, a puerta cerrada, que el PSOE no es "patrimonio exclusivo de sus militantes", sino propiedad de la "ciudadanía progresista que quiere cambiar España. Agradeció la "generosidad" de la federación madrileña por aceptar la llegada de independientes, miembros de otras federaciones y cuadros ajenos a su vida orgánica. Y dijo, en abierto, que el partido demanda "trabajo duro" y "ejemplaridad" a los que se incorporan a las candidaturas del 20-D, como les reclama "honradez", "decencia" y "rebeldía ante la injusticia".

Pero tras la enorme tormenta desatada en las últimas 48 horas por la sorpresiva incorporación de Lozano, la consigna que se respiraba era que había que cerrar filas antes del 20-D. Urgentemente. Lo hicieron públicamente los barones regionales, uno detrás de otro, aunque todos ellos insistieron en que la exdiputada de UPyD debe rectificar, o "pedir disculpas" -expresión del extremeño Guillermo Fernández Vara-, o hacer un gesto de distensión con los socialistas, pues muchos se sienten agraviados por sus palabras desde el escaño de la formación magenta. Tesis a la que, por cierto, se abonó el expresidente Felipe González. Poco más. Nada de correr riesgos a dos meses de las generales.

Ambiente "tenso"

Pero quien no habló, ni para bien ni para mal, fue Susana Díaz. Llegó tarde al Comité Federal por un parón en el AVE que procedía de Sevilla -de hecho, Sánchez comenzó su intervención sin que ella y sus colaboradores hubieran llegado- y rehusó hacer declaraciones a los periodistas, tanto a la entrada como a la salida, y ni siquiera quiso mantener una conversación distendida con los informadores, sin cámaras ni micrófonos delante. Tampoco lo hizo nadie de su equipo. La presidenta de la Junta cuida meticulosamente sus palabras y sus silencios, y el de este sábado fue atronador. Prueba del enfado que generó el fichaje de Lozano.

Andalucía ya evidenció su desaprobación ayer viernes, en la reunión de la Comisión Federal de Listas. El secretario de Organización, Juan Cornejo, mano derecha de Díaz, se ausentó deliberadamente cuando tocó dar el visto bueno a la lista de Madrid, la que encabeza el propio Pedro Sánchez. El PSOE-A, dijo, no puede votar en contra del secretario general, y no lo hará nunca, pero tampoco puede "avalar" a Lozano por sus "insultos" a Andalucía, ya que dijo en el pasado que la comunidad estaba "cerca de parecerse a una dictadura perfecta". Este sábado, la delegación andaluza al completo votó a favor del dictamen de las listas, como había advertido, pero eludió avalar a Lozano. De hecho, se podía observar el gesto de contrariedad en el rostro de Díaz. La jefa de la Junta tampoco quiso intevenir ante sus compañeros, contrariamente a lo que suele suceder en otros comités, donde marca posición desde el principio.

Otra federación molesta es Asturias, que hizo constar el acta del dictamen de la Comisión de Listas su desacuerdo con la inclusión de Lozano. Este sábado, el presidente del Principado, Javier Fernández, no viajó a la capital por razones personales, ya programadas, aunque mañana sí acudirá al acto de presentación de los cabezas de cartel.

La presidenta ni siquiera interviene ante los suyos. Su silencio fue elocuente, igual que la ausencia de Luz Rodríguez, relegada a la lista de Guadalajara

Las candidaturas salieron elegidas sin problemas, con sólo tres votos en contra y 6 abstenciones. Pero las cifras y palabras de elogio y de confianza hacia el secretario general no lograron sepultar el ambiente "tenso" con que muchos dirigentes definieron la cita del Comité Federal. Se vieron algunos rostros, de circunstancias. Silencios elocuentes y ausencias notables, como la de Luz Rodríguez, la secretaria de Empleo y miembro del 'comité de sabios' que asesora a Sánchez en su programa, que se vio relegada a la cabecera de cartel de Guadalajara para ceder su puesto de número cuatro por Madrid a Irene Lozano. La reunión, celebrada esta vez en la Fundación Diario Madrid -y no en Ferraz-, acabó pronto porque sólo hubo una decena de intervenciones, y acabó con la sensación de que había que apretar filas antes del 20-D, pero con las espadas en alto para lo que suceda después.

[Consulta las candidaturas completas a Congreso y Senado aprobadas por el Comité Federal aquí en PDF]

El presidente extremeño fue quien evidenció ayer el malestar que rumiaba buena parte del PSOE, al requerir a Lozano que pidiera "disculpas" públicamente por sus palabras. Este sábado se ratificó en su posición. Ratificó que había hablado con ella la víspera y que habían quedado en verse en Madrid, pero seguía considerando "necesario" un perdón por parte de la exdiputada. "Han pasado por mis manos millones de euros de presupuesto y nunca nada se me pegó en las manos, y te molesta que alguien te pueda acusar de todo lo contrario". Dicho esto, manifestó su respaldo a Sánchez por su decisión: "Tiene todo el derecho del mundo a hacer lo que tiene que hacer. No tengo la menor duda de que lo ha hecho pensando en lo mejor para nuestros resultados electorales".

"Cualquier apertura del partido es positiva"

En la misma línea, el jefe del Ejecutivo manchego, Emiliano García-Page: "Venimos prácticamente todos a dar un voto de confianza al secretario general. Si confiamos en él para presidente del Gobierno, obviamente hay que confiar en él para que elija las listas dentro de una España que está cambiando". El presidente autonómico se mostró "seguro" de que "en muy pocos días" Lozano reconocerá públicamente que hay mucha gente "honrada y trabajadora en el PSOE". Él no habló de disculpas, sí que hable en favor del partido. Que dé marcha atrás. Page atribuyó el runrún al sentimiento "autocrítico" que anida en la izquierda y a que están aún "muy vivas" algunas de las declaraciones de la exparlamentaria magenta. "Hemos llevado muy mal el argumento de algunos que desde el 15-M decian 'PP y PSOE, la misma mierda es'", recordó. Francina Armengol, presidenta de Baleares, aunque elogió la "apuesta valiente" de Sánchez, sí reconoció que hacía falta un "gesto" por parte de Lozano.

El valenciano Ximo Puig subrayó que "cualquier apertura del partido es positiva". "Debemos sumar para que haya un cambio en España", verbalizó ante la nube de periodistas que aguardaban a los barones a la entrada. Puig tampoco exigió un acto de contrición a Lozano. Consideró que está "implícita" esa rectificación con su paso a las candidaturas socialistas, porque "piensa que el partido ha cambiado". "Esta cuestión puede causar malestar, pero el PSOE siempre ha demostrado que es un partido que ha sido capaz de integrar a personas que vienen de otras organizaciones", remachó el president de la Generalitat.

“Venimos prácticamente todos a dar un voto de confianza al secretario general“, asegura Page

Quien defendió con más entusiasmo la entrada de Lozano fue la secretaria general de los socialistas madrileños, Sara Hernández. Su fichaje, dijo es la "prueba evidente" de que hay "muchas" personas que quieren sumarse al proyecto "ilusionante" de Sánchez, mientras otras "huyen" del barco del PP. La líder del PSOE-M defendió la "valía" de Lozano como diputada en el Congreso. Hernández subrayó que se ha mantenido un "equilibrio adecuado y correcto" en la elaboración de la candidatura, y eso que en los primeros puestos ha sido evidente la mano de Ferraz. La lista de Madrid, dijo, es la de la "unidad interna del partido, con la incorporación de compañeros que han tenido opciones diferentes", es la "lista de la convivencia, de la pluralidad".

Carme Chacón, secretaria de Relaciones Internacionales de la ejecutiva, y en otros momentos más crítica, sí destacó la labor de Lozano como parlamentaria, aunque dijo "comprender" que otros compañeros reclamen disculpas.

Quien sí protestó sin rodeos fue Tomás Gómez, decapitado por Sánchez en febrero como líder del PSOE-M. Subrayó que jamás hubiera aceptado una "ocurrencia" como el fichaje de la ex de UPyD de haber continuado al frente de la federación, entrada que le produce "dolor y pena".

Los barones, que suelen tomar la palabra en los comités, se inhibieron esta vez. Sólo intervinieron cuatro: Miquel Iceta (PSC), Idoia Mendia (Euskadi), Luis Tudanca (Castilla y León) y Sara Hernández (Madrid), esta para explicar el acuerdo con Sánchez sobre la lista, orgullo que apuntaló el presidente del PSOE-M, Manuel Robles.

"Decencia" y "honradez"

Sánchez, durante su discurso en abierto, enhebró una defensa genérica de las candidaturas. "A quienes no continúan en las listas, gratitud. A quienes sí lo hacen y a los que se incorporan por primera vez, venidos de dentro y fuera, lo que os pediremos será exigencia de trabajo duro y ejemplaridad, escuchando y dialogando, teniendo siempre presente a quienes representamos", aseguró Sánchez."Porque somos los únicos que podemos garantizar el crecimiento justo y sostenible, avanzar en derechos y ampliar sus libertades", argumentó. El secretario general y candidato a La Moncloa resaltó en su discurso en abierto [consúltalo aquí en PDF] que, aun siendo importante la "honradez" y la "decencia", sus compañeros no debían perder el sentido de "rebeldía ante la injusticia". Deben tener en mente, apremió, que han de ser "dignos de apoyo".

Sánchez defiende que el PSOE no es “patrimonio exclusivo“ de sus militantes, sino también de la ciudadanía progresista

Sánchez, ante la tempestad interna, subrayó qfeue el PSOE está "más fuerte y unido" que se hallaba en 2011, en las últimas generales, mientras que el PP llega al 20-D "agotado y dividido" porque no tiene un proyecto para España. Así que los socialistas "volverán a hacer historia". "Estamos aquí en pie, en carcha para cambiar España una vez más. Lo hicimos dos veces [en 1982, con Felipe González y en 2004, con José Luis Rodríguez Zapatero] y lo vamos a volver a hacer una tercera". "Nosotros somos los herederos vivos de ese partido centenario que hace 136 años se conjuró en la lucha política por la igualdad de todos los españoles". Y, como ha venido enfatizando la dirección en los últimos días, combina trayectoria con un liderazgo nuevo, "experiencia y equipo renovado", y parte hacia el 20-D con "gaas de ganar". "Nos mueve el hambre de cambiar España".

El secretario general siempre pone apellidos a ese "cambio", el que es "valiente" pero a la vez "seguro", el que "une" frente a la "fractura" que ha provocado la derecha. El líder insistió en que todas las encuestas coinciden en que la "única oportunidad" de cambio "se llama PSOE". "Por eso, porque depende de nosotros y porque conozco a este partido, estoy seguro de que ganaremos las próximas elecciones".

Un perfil en verde de su partido por contraposición al negro paisaje que ha dejado el PP de Mariano Rajoy, "incapaz de regenerarse, ni de responder con contundencia a los casos de corrupción que le asedian". Y ahí recordó las contundentes declaraciones del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en una entrevista en 'El Mundo', criticando a los compañeros suyos que se "avergüenzan" de ser del PP. "Nadie debería votar con vergüenza, ni confiar en quienes les avergüenzan. Ni lo merecen ellos, ni los millones de españoles honestos y trabajadores", denunció.

En el entorno de Sánchez también se reconoce que quizá haga falta algún “gesto“ por parte de Lozano

En los pasillos de la Fundación Diario Madrid -en Ferraz se ha instalado hasta el fin de campaña un 'call center' para animar a la movilización- se podían percibir las caras serias, las críticas por las formas empleadas por el secretario general, sin anticipar el fichaje de Lozano a prácticamente nadie, las dudas por la rentabilidad que reportará la entrada de la exdiputada. Las quejas por que no se haya tirado del "fondo de armario" socialista en lugar de buscar fuera. En la dirección reconocían incluso que quizá sí que oficialice algún tipo de "gesto" en los próximos días, para que se visualice la asunción, por parte de Lozano, de los principios socialistas y la puntualización de sus declaraciones pasadas.

Asistieron unos 250 dirigentes, y sólo hubo tres votos en contra (de Izquierda Socialista y de Ávila) y seis abstenciones, más otros que no votaron, como la secretaria palentina, Miriam Andrés, y quien iba de cabeza de lista por la provincia y fue relevado, Julio Villarrubia. Un ambiente "tenso" y "gélido", anormal para algunos, teniendo en cuenta que quedan dos meses para los decisivos comicios del 20-D. Pero ahora no queda otra cosa, convenían incluso los más molestos, que mirar hacia delante y pensar en las elecciones. Luego, como sintetizaba una cualificada dirigente, "puede que los lunares se vean verrugas". Y que para entonces llegue el momento que los detractores de Sánchez anhelan: el de ajustar cuentas con él y tumbarle si las urnas condenan a los socialistas.

Un resumen oficial diría que se trató de un Comité Federal del PSOE corto, de poco más de dos horas de duración, con una aprobación de las listas al Congreso y al Senado por casi unanimidad, donde el partido evidenció la unidad en torno a su secretario general y candidato. Y eso ocurrió, pero no sólo eso. Porque la dirigencia socialista pudo percibir un claro mar de fondo, un malestar espeso por el fichaje de Irene Lozano, la exdiputada de UPyD que de la noche a la mañana salto a las candidaturas, y como número cuatro por Madrid.

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