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El PSOE sueña con los 130 escaños para poder gobernar con Podemos o con Ciudadanos
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es la cifra de referencia en LA SEDE FEDERAL

El PSOE sueña con los 130 escaños para poder gobernar con Podemos o con Ciudadanos

Ferraz considera que la combinación de la caída del PP, la "polarización" de la campaña y el bajón del empuje de la formación de Pablo Iglesias pueden hacerles crecer hasta en 20 actas respecto a 2011

Foto: Pedro Sánchez, este 5 de octubre en una asamblea abierta sobre educación en Arganda del Rey, en Madrid. (EFE)
Pedro Sánchez, este 5 de octubre en una asamblea abierta sobre educación en Arganda del Rey, en Madrid. (EFE)

Ganar, ganar, ganar. En el PSOE se ha instalado la percepción de que es posible ganar en las generales del 20 de diciembre. Y más aún lo cree Ferraz. De hecho, cuando se pregunta a Pedro Sánchez o a los miembros de su equipo, la consigna que sale de su boca es la misma: no hablar de pactos, únicamente de la posibilidad de vencer al PP tan solo cuatro años después de su aplastante victoria en las urnas. Cuando no hay micros ni cámaras delante, los matices llegan, y no todos los dirigentes son tan optimistas, ni todos ven tan al alcance de la mano quedar como primera fuerza del país en apenas dos meses, un 'sorpasso' que, por lo demás, ninguna encuesta del CIS -sí alguna privada- pronostica. En el cuartel general del partido, no obstante, sí se empieza a barajar una cifra de referencia: la de los "130-135 diputados". Ahí está la frontera que permitiría el acceso al Ejecutivo, bien de la mano de Podemos o bien de la mano de Ciudadanos. Sánchez ya adelantó este martes, no obstante, que no será presidente "a cualquier precio".

La horquilla es manejada por el comité electoral del PSOE, producto de las encuestas, el escrutinio de los últimos comicios y "estudios cualitativos", y varios de sus integrantes la repiten, insistiendo en que no es una entelequia ni una "utopía", sino un umbral "realista". Otros apuntan que se trata más de una "aspiración", o como elemento "motivador".

Ese listón de 130-135 sillones puede ser elevado o bajo, según se mire. Los socialistas cosecharon en 2011 un total de 110 escaños, un 28,76% de los votos. En aquel momento, fue el peor resultado de la historia del partido en democracia. Claro que entonces el juego era prácticamente a dos, entre un PP crecido hasta la mayoría absoluta y un PSOE hundido por la gestión de la crisis, con IU y UPyD con el viento a favor pero sin constituir ninguna amenaza seria.

El PSOE confía en recortar distancias con el PP en las provincias intermedias, subir en Andalucía, Valencia o Extremadura, y caer algo en las grandes urbes

En las europeas de 2014, se derrumbó hasta el 23,01%, y en las municipales del pasado 24 de mayo, las primeras nacionales con Sánchez como secretario general, recuperó un mínimo aliento, hasta el 25,02%, aunque a cambio reconquistó plazas locales y autonómicas de peso, como el gobierno de Sevilla o de la Comunidad Valenciana, Extremadura, Castilla-La Mancha y Aragón. Y en las catalanas del 27-S, el último 'round' antes de las generales, el PSC aguantó el tipo. Descendió cuatro escaños de los 20 que tenía, pero no colapsó. Parar el golpe ha insuflado nuevas energías en Ferraz.

Las comparaciones con otros comicios

El umbral queda muy bajo, sin embargo, si se tiene en cuenta que ni UCD, ni PSOE ni PP han alcanzado La Moncloa con una cifra de escaños –entre 130 y 135– tan reducida. En el Congreso se sientan 350 parlamentarios, así que la mayoría absoluta está fijada en los 176 diputados. José María Aznar gobernó con 156 actas en 1996, y José Luis Rodríguez Zapatero, con 164 y 169 diputados en 2004 y 2008 respectivamente. Mariano Rajoy sacó 186 asientos en 2011, en coalición con el PAR en Aragón y con UPN en Navarra. Pero ahora se espera una Cámara baja muy fragmentada, en que la mayoría absoluta se va a vender mucho más cara y donde harán falta mucho diálogo y mucho pacto.

En el comité electoral y en el comité estratégico -un club más restringido que reúne a dirigentes y asesores-, sin embargo, creen que es "realista" alcanzar la meta de los 130 escaños. Distintos responsables consultados por El Confidencial explican que ese incremento de 20 actas es posible, en primer término, por una razón básica: porque se acrecentará "la polarización" conforme vaya acercándose la campaña, un escenario que beneficia "objetivamente" a los socialistas pues les sitúa en un espacio de confrontación directa con su enemigo natural, el PP. La misma dirección hará lo propio para acentuar ese combate a dos: Sánchez y sus lugartenientes reiteran que la "única alternativa que puede ganar en España es el PSOE".

Los socialistas acentuarán su combate con el PP, situándole como su adversario, y ya lanzan el llamamiento al voto útil para derribar a Rajoy

El llamamiento al voto útil será, en consecuencia, un mensaje fundamental en la estrategia socialista. Ya lo anticipó por ejemplo César Luena, el secretario de Organización, este lunes, cuando valoró los resultados de las elecciones portuguesas, en que ha crecido el respaldo a su partido hermano, aunque siguió por debajo de los conservadores del primer ministro, Pedro Passos Coelho: es importante que "cuando hay un fuerte apoyo a la izquierda, la alternativa que se pueda configurar reciba el apoyo mayoritario".

"La voluntad de concentrar el voto y el apoyo en el partido que puede ganar y que puede ser alternativa es la opción más interesante para el conjunto de la sociedad y de la izquierda", remarcó el número dos socialista a la salida del desayuno informativo del 'president' valenciano, Ximo Puig. Lo mismo dijo Sánchez este martes en la Cope: la "gran lección" de Portugal es que "la izquierda, cuando va fragmentada, lo que hace es que tenga una mayoría en el Parlamento, pero gobierne la derecha". Pero esa advertencia vale también para Ciudadanos: está "por ver" que pueda llegar a entenderse con Albert Rivera. “Tengo una duda sobre ellos, no se aclaran si pactarían con PP o PSOE”. Apremió al líder de la formación naranja a aclarar si facilitarían el cambio político o darían continuidad a Mariano Rajoy.

Las cuentas de Andalucía, Valencia y Cataluña

La ejecutiva socialista, así como las cúpulas territoriales, considera que las últimas contiendas electorales han venido a reforzar esa idea de pugna entre PP y PSOE. "El 20-D es el examen a la derecha, a los recortes de Mariano Rajoy, a su corrupción. Es un examen a un Gobierno, y los ciudadanos deben dar la respuesta: si quieren que siga o no el PP", subraya un miembro del aparato valenciano.

Desde esa perspectiva, Ferraz calcula que el PP se despeñará, y aunque Sánchez no logre capitalizar toda esa caída, sí espera que algunos escaños caigan de su lado. Uno a uno, territorio a territorio, como expresan desde el comité electoral. Insisten en que en 2011 el PSOE se quedó "muy menguado", se desmoronó desde los 169 asientos a los 110, y de golpe, de modo que entienden que por debajo es difícil caer mucho más. Ponen como ejemplo que hubo provincias donde tradicionalmente la batalla estaba en otros comicios más igualada y se descompensó mucho la balanza hace cuatro años.

Dicho de otro modo: según explica un cualificado miembro del comité de estrategia, el PSOE puede avanzar en las circunscripciones intermedias, las que distribuyen entre cuatro y siete escaños, donde en lugar de quedar 3-1 (como en La Rioja) o 4-2-1 (en Zarazoga), puede recortar distancias. Sitios además donde, por efecto de la Ley Electoral, será muy complicado que Podemos obtenga representación, al necesitar un porcentaje de voto muy alto.

Las comunidades que más escaños reparten son Andalucía (60, en 2015 pasará a 61, porque ganan uno Málaga y Cádiz, y pierde uno Jaén), Cataluña (47), Madrid (36) y Valencia (33, aunque podría perder uno). En Andalucía y Valencia, los socialistas esperan mejorar sus resultados de 2011. En el primer caso, Susana Díaz aspira a convertirse en primera fuerza y encadenar cuatro victorias consecutivas. El PSOE-A logró cuatro años atrás 25 diputados, por los 33 del PP. Ahora confía en confirmar sus 25 sillones y, si es posible, mejorar algo. Fuentes muy próximas a la presidenta de la Junta prefieren ser "cautos" con los números y no alimentar expectativas: se trata de ganar al PP por cuarta vez, y ya se verá con cuántos parlamentarios, porque la fragmentación hace complicado echar cuentas.

En Ferraz se cree que el PP quedará cerca en diputados, y que Podemos y C's se repartirán unas 50 ó 60 actas, y el resto para los minoritarios

En Valencia, el PP dobló en asientos a los socialistas (20 frente a 10) en 2011. El aparato valenciano confía en equilibrar el resultado, por el "batacazo esperable" de los conservadores, ya fuera de la Generalitat desde el verano, y una de sus bazas serán sus listas, en el armario hasta la próxima semana. En Cataluña, en cambio, las perspectivas son de bajada desde las últimas generales. Entonces el PSC aportó 14 escaños gracias a sus 922.000 votos. En las autonómicas del 27-S, el partido de Miquel Iceta cosechó 522.209 sufragios, y aunque en Nicaragua -la sede de los socialistas catalanes- y en Ferraz están convencidos de que en diciembre la formación mejorará sus datos por la "polarización" y por "el tirón de Sánchez" en la comunidad, se considera que esa meta de las 900.000 papeletas está aún muy lejana, y un horizonte más asumible es el de los 700.000 votos, lo que dejaría al PSC con entre 10 y 12 actas. Son, al menos, los números de un alto cargo de la dirección del partido en Cataluña.

Finalmente, en Madrid depende de qué referencia se tome: el 15,28% (porcentaje que obtuvo Antonio Miguel Carmona en la capital) o el 25,43% (el que logró Ángel Gabilondo en la comunidad). Ello hace que la horquilla oscile entre ocho y 11 escaños. En 2011 fueron 10 los diputados que lograron asiento, con un 26,05% de los sufragios. Sánchez apostó por 15 actas, pero esas fueron las que llegaron desde Madrid en 2008, aunque con cerca de un 40% de los votos, frontera hoy inalcanzable.

También se contempla arañar algún acta en Extremadura (allí fue el PSOE primera fuerza en las autonómicas), que reparte 10 asientos, y en Castilla-La Mancha (21). En los distritos más poblados, tipo Madrid o Barcelona, las cosas están más "complicadas" por la pujanza de los emergentes.

El fiasco de Catalunya Sí que es Pot

Pero ¿cómo cambia el escenario al no haber convergencia de la izquierda alternativa? En la dirección asumían que la alianza de Podemos e IU podía perjudicar sus expectativas, porque una candidatura más potente podría recabar más sufragios y, por tanto, acceder al reparto de escaños, sobre todo por los restos, que en estos comicios del 20-D tienen pinta de ser fundamentales y capaces de dirimir las generales. Pero ese efecto, coinciden tanto en Ferraz como en federaciones como Valencia y Andalucía, y también en el PSC, se ha "desinflado" en los últimos meses, en paralelo al bajón de la formación de Pablo Iglesias en las encuestas y en las urnas.

Los socialistas consideran que les beneficia que Podemos e IU vayan por separado, pero señalan que el efecto de la unidad ya se había deshinchado antes

El ejemplo más paradigmático es, para los socialistas, el pobre resultado de Catalunya Sí que es Pot el 27-S, que no llegó a alcanzar al PSC en su momento de mayor debilidad. La lista de Podemos, ICV-EUiA y Equo, liderada por Lluís Rabell, se quedó dos escaños y un punto por debajo de los datos de los ecosocialistas en solitario en las autonómicas de 2012.

"Las andaluzas, las autonómicas y municipales y las catalanas han probado que no ha habido 'sorpasso', aunque sí nos ganaron en algunas grandes ciudades. Y ahora vemos que la gente se aproxima otra vez más al PSOE que a Podemos. Ahora competimos contra una IU reformulada, poco más", observa un miembro del comité electoral, muy cercano a Sánchez.

Otros dirigentes rebajan los cálculos optimistas y señalan que se situarán en torno a los 110 escaños actuales. Bajar a 100 tocaría un nuevo suelo

"Hace un tiempo, que fueran juntos, significaba que si Podemos tenía fortaleza, podían sumar con la confluencia. Ahora, con la caída de Podemos y de IU, daba igual cómo fueran. No van a sacar buenos resultados", completa un máximo responsable del PSOE-A, que apuntala su argumentación señalando que las idas y venidas respecto a la convergencia que han dado tanto Pablo Iglesias como Alberto Garzón les han ido perjudicando. Al final, ya no hay duda: el divorcio es definitivo. En su última reunión, este martes, Podemos e IU sellaron su distanciamiento definitivo y cada formación irá por su lado. Una dirigente muy cercana a Sánchez, y con silla en el comité de estrategia, subraya que la separación de las dos fuerzas "beneficia" algo al PSOE, porque pondrá más caro el escaño, pero el desgaste de ambas de los últimos meses ya hacía poco eficaz la suma para sus intereses.

El efecto del sistema D'Hondt

Además de la "indefinición" y de los errores que los socialistas atribuyen a Iglesias, indican que al PSOE le viene bien que se haya "mitigado" el "clima de indignación" ciudadana, al igual que se perciban los primeros síntomas de la recuperación, puesto que eso ayuda a los electores a dejar atrás los primeros tiempos de la crisis, gestionados por Zapatero.

En Valencia, la competencia es con Compromís, socio de gobierno de Ximo Puig, cuya alianza con Podemos no está aún clara. Los socialistas son conscientes de la fortaleza de la coalición de Mònica Oltra, pero esperan capitalizar la presidencia de la Generalitat y las primeras medidas adoptadas por el Consell. En cualquier caso, el PSPV hará campaña "contra el PP", no contra sus aliados de la izquierda, y espera poder convertirse en primera fuerza en la comunidad.

En algunas federaciones grandes creen también posible llegar a los 130 escaños. Aunque esa barrera no es fácil. "Tendría que consolidarse la percepción de que solo con Pedro se puede vencer a la derecha, y eso es posible. Pero para eso tendríamos que mejorar en Valencia, Aragón, Murcia, Madrid, y mantenernos en Andalucía y Cataluña con tendencia al alza. Y que Podemos se siguiese desinflando, y ellos y C's no tuvieran presencia en todo el territorio. Además, el PP está en caída libre", analiza un miembro del aparato del PSPV que conoce bien la 'fontanería' de Ferraz. Un responsable manchego llama la atención sobre los efectos demoledores de la Ley Electoral y de la fórmula d'Hondt, que castiga a las terceras y cuartas fuerzas en las circunscripciones más pequeñas, que reparten pocos escaños, que son la mayoría. "Podemos e IU pueden ser cuarta fuerza en muchos sitios. Si son cuarta, no rascan ni un diputado. Y aun siendo tercera, se quedan sin parlamentario en muchos sitios", pronostica.

"El PP ha hecho todo y de todo"

El miedo a Podemos ya ha pasado en el partido. Nada que ver con lo que sentía hace un año, cuando la formación morada escalaba en las encuestas. Pero en federaciones como Andalucía creen demasiado optimista tocar los 130 escaños, porque eso supone rebasar el 30% de los votos, línea roja que aún no ha cruzado ni en urnas ni en sondeos. "Pero superaremos el 28% de Rubalcaba, seguro", afirma confiado un miembro del comité electoral. Otras fuentes del partido indican que un horizonte más realista es el de los 118-120 asientos en el Congreso. Valgan los resultados de 1977 y 1979: en las primeras elecciones, el PSOE consiguió 118 actas, con un 29,32%, y en las siguientes, 121, con un 30,4% de las papeletas. Sin embargo, esos números no son extrapolables a hoy: en Ferraz inciden que ahora habrá dos partidos que se acerquen al 30%, por lo que el contexto de la distribución de escaños "cambia".

Lo que está claro es que la frontera psicológica, por abajo, está en el resultado de 2011 o en el umbral de los 100 diputados, que marcaría un nuevo suelo del partido y un revés imposible de superar sin una nueva crisis interna. De ahí que haya quienes crean que ahora difícilmente se pueda mejorar el dato de hace cuatro años, porque lo que se gane en algunos territorios, se retrocederá en otros (como Madrid, Cataluña o Euskadi). Bajar de los dos dígitos "ni se contempla", sentencia un miembro del comité de estrategia.

Andalucía no es tan optimista y ve más complicado llegar a las 130 actas. Sánchez asegura, por su parte, que no gobernará “a cualquier precio“

En resumidas cuentas, Ferraz cree que el PSOE rondará los 130 escaños, por los 140 que puede tener el PP (en caso de que venza), mientras que Podemos y C's "se repartirán en torno a 50-60 diputados". El que quede tercero tendrá una mínima ventaja, y en la sede federal no se tiene ya claro que pueda serlo Iglesias. El resto, hasta los 350, iría para las fuerzas minoritarias.

La frontera de los 130 diputados no es casual. Los socialistas consideran que, por debajo de ella, será muy difícil aspirar a gobernar, ya que haría falta sumar a más de un grupo. O sea, asociarse con Podemos y Ciudadanos, una alianza que parece imposible a priori, por mucho que Ferraz insista en que tiene más capacidad de alianza que el PP, que "solo" podría echar mano de Albert Rivera. En el equipo de Sánchez defienden, no obstante, que el candidato y secretario general debe intentar gobernar aunque sea segunda fuerza y si la distancia con los populares no es muy grande. Pero otros dirigentes relevantes no lo ven tan claro: La Moncloa no es como un Ejecutivo autonómico, dicen, y nunca ha estado en ella quien no haya ganado las generales. Sobre todo si la brecha con el PP de Rajoy es significativa. En consecuencia, el escenario deseado es apoyarse en el tercer grupo (sea Podemos o Ciudadanos) y luego en los minoritarios (como IU o PNV).

Sánchez señaló este martes en una entrevista en la Cope que no está "dispuesto a ser presidente del Gobierno a cualquier precio", y solo lo hará si su programa "socialdemócrata, reformista y modernizador" logra la mayoría parlamentaria. "El PP ha hecho todo y de todo para poder llegar a La Moncloa. Y yo, desde luego, no voy a hacer todo, ni de todo, para llegar a La Moncloa". El secretario general aseguró que, en caso de que el PSOE no consiga ser primera fuerza el 20-D, cederá la responsabilidad de formar gobierno al PP si es el ganador. Venza o no, Sánchez tiene intención de presentarse al siguiente congreso del partido. Dude quien dude.

Ganar, ganar, ganar. En el PSOE se ha instalado la percepción de que es posible ganar en las generales del 20 de diciembre. Y más aún lo cree Ferraz. De hecho, cuando se pregunta a Pedro Sánchez o a los miembros de su equipo, la consigna que sale de su boca es la misma: no hablar de pactos, únicamente de la posibilidad de vencer al PP tan solo cuatro años después de su aplastante victoria en las urnas. Cuando no hay micros ni cámaras delante, los matices llegan, y no todos los dirigentes son tan optimistas, ni todos ven tan al alcance de la mano quedar como primera fuerza del país en apenas dos meses, un 'sorpasso' que, por lo demás, ninguna encuesta del CIS -sí alguna privada- pronostica. En el cuartel general del partido, no obstante, sí se empieza a barajar una cifra de referencia: la de los "130-135 diputados". Ahí está la frontera que permitiría el acceso al Ejecutivo, bien de la mano de Podemos o bien de la mano de Ciudadanos. Sánchez ya adelantó este martes, no obstante, que no será presidente "a cualquier precio".

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