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Un 50% menos de participación desde la introducción del voto rogado
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Un 50% menos de participación desde la introducción del voto rogado

El análisis de los datos del INE revela que el porcentaje de españoles residentes en el extranjero que puede ejercer su derecho al voto ha caído a la mitad desde la introducción del voto rogado en 2011

Foto: Urna de un colegio electoral de Madrid el pasado 24-M. (EFE)
Urna de un colegio electoral de Madrid el pasado 24-M. (EFE)

Los miembros de la llamada Marea Granate, que representa a los españoles que se han visto obligados a emigrar por la crisis económica, han repetido en los últimos meses que la introducción del voto rogado suponía una dificultad añadida que tendría un impacto en la participación de ese colectivo en las elecciones autonómicas del pasado 24 de mayo. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) analizados por El Confidencial revelan que el porcentaje de españoles residentes en el extranjero que pueden ejercer su derecho al voto ha caído a la mitad desde la introducción en enero de 2011 de los nuevos requisitos.

El análisis de los datos del INE relativos a las últimas tres convocatorias de elecciones autonómicas en España deja claro que, desde la imposición de procedimiento del voto rogado, que hace más laborioso el ejercicio del voto para las españoles residentes en el extranjero, la participación en los comicios regionales ha caído a la mitad: del 9% en 2007 al 5% en las pasadas elecciones autonómicas de mayo. Para calcular ese porcentaje, se han tenido en cuenta las solicitudes de voto aceptadas (es decir, aquellos ciudadanos a los que se les ha reconocido el derecho al sufragio) sobre el total de españoles inscritos en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA).

En 2007, había 1.168.638 españoles inscritos en el CERA. De ellos, 128.483 solicitaron votar en las elecciones autonómicas de ese año, un 11% del censo total. Se aceptó la petición de 103.862, un 9% del censo total. En los siguientes comicios regionales, celebrados en el año 2011 y ya afectados por el voto rogado, el CERA –que fue actualizado– se redujo a 705.781 españoles, de los que 69.234 solicitaron ejercer su derecho, uno de cada diez inscritos. Finalmente, fueron 58.097 las peticiones aceptadas, un 8% de los españoles no residentes. Ese porcentaje se reduce drásticamente en las últimas autonómicas, las del pasado mes de mayo: sobre un total de 917.694 residentes ausentes censados –un 30% más que en 2011–, solo se aceptó la solicitud de 46.524 españoles, un 5%. El INE no ha publicado los datos de solicitudes totales presentadas en los pasados comicios.

La drástica caída coincide en el tiempo con la introducción, en 2011, de un cambio legislativo para regular el voto de los españoles en el extranjero. Hasta ese momento, estos podían participar de forma casi automática en las elecciones, siempre que estuvieran registrados en la embajada o consulado correspondiente. Desde hace cuatro años, además deben solicitar previamente el ejercicio de su derecho constitucional. Marea Granate denuncia que los plazos para ese trámite son tan cortos que, en la práctica, impiden a muchos ciudadanos cumplir con los requisitos exigidos.

Claras diferencias entre países

Las condiciones que cada país europeo impone a sus nacionales para el ejercicio del derecho al voto cuando se encuentran en el extranjero varían de uno a otro. Los británicos únicamente necesitan descargarse un formulario desde internet. En el otro extremo, los portugueses deben acudir físicamente a depositar el voto en su país, salvo contadísimas excepciones. Los franceses pueden votar tras inscribirse en su consulado, como los italianos, y los alemanes lo solicitan por correo. También en este caso, los países donde resulta más difícil votar registran una menor participación. En Portugal, solo un 2% de los no residentes depositó su voto en las presidenciales de 2012, mientras que uno de cada tres italianos hizo lo propio en sus últimos comicios generales, celebrados el mismo año.

Los miembros de la llamada Marea Granate, que representa a los españoles que se han visto obligados a emigrar por la crisis económica, han repetido en los últimos meses que la introducción del voto rogado suponía una dificultad añadida que tendría un impacto en la participación de ese colectivo en las elecciones autonómicas del pasado 24 de mayo. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) analizados por El Confidencial revelan que el porcentaje de españoles residentes en el extranjero que pueden ejercer su derecho al voto ha caído a la mitad desde la introducción en enero de 2011 de los nuevos requisitos.

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