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Susana Díaz clama sola frente al desfile de líderes nacionales en la campaña andaluza
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Susana Díaz clama sola frente al desfile de líderes nacionales en la campaña andaluza

La candidata socialista elude hablar de Pedro Sánchez, y da por hecho que Rajoy y el PP seguirán gobernando los próximos cuatros años y que ella dará mucha guerra

Foto: Susana Díaz, en su mitin en Jaén. (Efe)
Susana Díaz, en su mitin en Jaén. (Efe)

"A algunos el amor a Andalucía les dura menos que una campaña electoral", dijo Susana Díaz. Mariano Rajoy compite hoy con Pablo Iglesias y Albert Rivera en la campaña andaluza. El presidente del Gobierno estará en Córdoba y Granada. Puso una foto de camino, en el AVE. El líder de Podemos, en Málaga. Y el dirigente de Ciudadanos, la gran revelación, el partido que sube como la espuma, en Cádiz. Mientras, la candidata socialista, Susana Díaz, en Jaén, alertaba sobre la romería de ministros, contra los que vienen de "turismo" y sobre las excursiones de los líderes nacionales en fin de semana. "No quiero que nadie me diga lo que tengo que hacer en mi tierra, los que tienen que decidir son los andaluces. Los demás vienen atacan, insultan, ofenden y después se marchan. Y los que nos quedamos aquí somos nosotros".

Ella prefiere estar sola. En las filas del PSOE andaluz había resaca tras el acto de Pedro Sánchez. La socialista dice que no va a responder pero repasa a diario lo que entiende como insultos desde los líderes del PP. El "bonita" de Soraya Saénz de Santamaría o el deseo de Rafael Hernando de que no se ponga enferma para acudir al debate del próximo lunes. "Se metieron con que estaba preñá, que me digan bonita... No saben ellos lo que les espera los próximos cuatro años con esta presidenta al frente", respondió. De paso, daba por hecho que durante los próximos cuatro años seguirá gobernando el PP y Rajoy. Desde su equipo aseguran que fue un lapsus pero un día después de negarse a respaldar a Pedro Sánchez como candidato en las generales tenía su aquel.

Díaz no quiso hablar con los medios fuera del mitin. Sabía que se le iba a preguntar sobre la frialdad con la que el viernes recibió la oferta de su secretario general para que de una vez, le dé su aval como candidato a las generales. "Tú a San Telmo, yo a la Moncloa", dijo un Sánchez que quizás pecó de ingenuo. Ella no quiere hablar de eso. No quiere "líos de partido" pero, en realidad, sin hablar los alimenta. Si Susana Díaz y Pedro Sánchez tenían un problema antes de que al dirigente nacional le dieran luz verde para desembarcar en la campaña andaluza, hoy ese desencuentro es mayor.

Las horas de autobús en caravana electoral dan para mucho, incluso para el repaso a las imágenes del mitin la noche del viernes en Vícar, las caras de los protagonistas, los gestos y el desplante final de Díaz, eludiendo poner broche final al acto con un abrazo entre ambos. No había química y a la dirigente andaluza le cuesta mucho disimular su lenguaje corporal. Tampoco Sánchez estaba cómodo sino pétreo, congelado.

Hacía frío en Jaén y a pesar de las 2.500 personas que el PSOE dijo que había en el acto resultó algo desangelado. El espacio era abierto y había sillas vacías. La provincia jiennense siempre ha sido uno de los bastiones socialistas. En los tiempos de Gaspar Zarrías, el todopoderoso hombre de Manuel Chaves hoy a la sombra e imputado en el caso ERE, Jaén era uno de los platos fuertes de la campaña, una exhibición de fuerza y poderío. Una provincia muy rural donde el PER ayuda a miles de familias de jornaleros. No faltó el tema, para atacar a Podemos, que insiste en que no lo puso en duda aunque sí lo hizo, y para reivindicar que solo está garantizado con los socialistas.

El secretario general del PSOE de Jaén, Francisco Reyes, recordó cómo hace solo un par de semanas un grupo de 13 alcaldes de la provincia hizo vigilia a las puertas de La Moncloa para reclamar una rebaja en las condiciones que permiten cobrar el subsidio agrario. El Gobierno aprobó esa rebaja.

Ciudadanos sube como la espuma

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El día estaba marcado por una nueva encuesta, realizada por El Mundo, que asegura que Ciudadanos tendrá la llave del futuro Gobierno andaluz. El sondeo, elaborado en campaña, otorga al partido de Albert Rivera, con Juan Marín, el candidato andaluz, una grupo de entre 10 y 12 diputados. Un pacto del PSOE con este partido resolvería la incógnita del futuro Gobierno andaluz. Susana Díaz debe de saberlo porque está haciendo una campaña de guante de seda con este partido. Y el PP se ha arrepentido del ataque en tromba contra Rivera el pasado miércoles en Sanlúcar de Barrameda, el pueblo donde Marín hace ocho años que gobierna en un pacto con el PSOE.

A ocho días del 22 de marzo, Díaz está ronca pero avisa de que "Rajoy no la va a callar" cuando un fallo deja sin sonido el acto. "Vamos a ganar bien, ampliamente", repite. Pero no dicen eso los sondeos, empeñados en que el PSOE ganará y sobrevivirá a la ola contra el bipartidismo, pero con el peor resultado de su historia. El domingo otro periódico dará una encuesta en esta misma línea. La candidata socialista va a lo suyo, sin entretenerse. "Andalucía tiene mucho que decir", dice el lema de una campaña volcada en la candidata por encima de las siglas socialistas. Susana Díaz advierte de que también, pero solo sobre los temas que quiere y hoy no quiere hablar de Pedro Sánchez.

"A algunos el amor a Andalucía les dura menos que una campaña electoral", dijo Susana Díaz. Mariano Rajoy compite hoy con Pablo Iglesias y Albert Rivera en la campaña andaluza. El presidente del Gobierno estará en Córdoba y Granada. Puso una foto de camino, en el AVE. El líder de Podemos, en Málaga. Y el dirigente de Ciudadanos, la gran revelación, el partido que sube como la espuma, en Cádiz. Mientras, la candidata socialista, Susana Díaz, en Jaén, alertaba sobre la romería de ministros, contra los que vienen de "turismo" y sobre las excursiones de los líderes nacionales en fin de semana. "No quiero que nadie me diga lo que tengo que hacer en mi tierra, los que tienen que decidir son los andaluces. Los demás vienen atacan, insultan, ofenden y después se marchan. Y los que nos quedamos aquí somos nosotros".

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