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Díaz y Rajoy frente a frente, con Podemos y Ciudadanos como nuevos adversarios
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La campaña en Andalucía estrena un año decisivo

Díaz y Rajoy frente a frente, con Podemos y Ciudadanos como nuevos adversarios

Las andaluzas abren un año electoral decisivo en España, con el fin del bipartidismo en el horizonte, la irrupción de nuevos partidos agitando el tablero y el paro y la corrupción como platos fuertes

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (d), conversa con la presidenta de Andalucía, Susana Díaz. (EFE)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (d), conversa con la presidenta de Andalucía, Susana Díaz. (EFE)

Se abre el telón. La campaña electoral en Andalucía estrena un año decisivo en el tablero político español. La primera cita, el próximo 22 de marzo, medirá si el fin del bipartidismo y el comienzo de un nuevo ciclo político es real. La irrupción de nuevos partidos como Podemos o Ciudadanos agita el escenario y dibuja un Parlamento fragmentado con al menos cinco fuerzas. Algo inédito en la Cámara andaluza y preludio del futuro escenario nacional de atomización política.

Susana Díaz se la jugará a una sola carta, la de Susana Díaz, situando su marca por encima de la del PSOE y sin contar con Pedro Sánchez. Mariano Rajoy se pone en la primera línea del PP andaluz, desembarca para tratar de evitar un descalabro de Juan Manuel Moreno Bonilla. Los de Pablo Iglesias tendrán que demostrar que no son sólo humo y los de Albert Rivera bautizarse como partido más allá de Cataluña y Madrid. Todos se juegan mucho en una campaña que arranca esta media noche y en la que los partidos gastarán la friolera de 10 millones de euros de subvenciones públicas. Cuatro de cada diez andaluces confiesan que aún no han decidido su voto. La volatilidad electoral es muy alta y la campaña decisiva.

Todo en una comunidad donde la alternancia es un mito y los socialistas llevan 33 años gobernando en la Junta. Con el índice de paro más elevado de España, una tasa del 34% y más de un millón de andaluces en la cola del INEM. Y con la corrupción como plato fuerte, con los escándalos de los ERE y el fraude de la formación en la primera línea de la actualidad política. El PP ha recibido en esta víspera electoral la noticia de que el juez Ruz ha sentado en el banquillo a 40 imputados por la trama Gürtel. Los nuevos partidos se arrogan el papel de sanadores de un sistema político lleno de agujeros tras años de dura crisis económica.

Cuando hace un mes y medio Susana Díaz rompió su coalición de gobierno con IU y precipitó las elecciones andaluzas, pilló a los partidos a contrapié. Las encuestas, la última hoy del CIS, vaticinan una victoria del PSOE sin mayoría suficiente para formar gobierno. Tendrían que pactar con PP o Podemos. Díaz, que resiste aunque con la peor marca electoral del PSOE en la comunidad, descarta ambas alianzas y aspira a un gobierno en solitario con pactos puntuales. El PP, que venció por vez primera en 2012 y se quedó a las puertas de la mayoría absoluta, cae vertiginosamente. IU se hunde arrastrada por la ola podemista y tras su paso por el Gobierno andaluz. Podemos sería tercera fuerza y Ciudadanos cuarta o quinta. La foto fija del día después del 22-M marcará la política nacional. Habrá que cerrar alianzas en plena efervescencia electoral de municipales y generales. O debuta la gran coalición PSOE-PP o los socialistas pactan con Podemos, lo que haría trizas el discurso de los líderes nacionales.

Susana Díaz afronta la campaña con su marca personal como mayor valor y tratando de desmarcarse de los lastres de las siglas socialistas. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, sólo estará en dos ocasiones con la dirigente andaluza, el que menos pisará la comunidad las próximas dos semanas. Rajoy tiene previsto unos cinco actos, tras una intensa precampaña. Pablo Iglesias tiene citas en Málaga, Cádiz y Sevilla.

La presidenta andaluza, que llegó hace año y medio sin pasar por las urnas, sabe que la jugada del adelanto electoral es una operación de riesgo. Tiene a los dos expresidentes socialistas, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, imputados y citados en abril para declarar en el Supremo por el caso ERE. Otros diez exconsejeros del Gobierno andaluz están bajo investigación judicial. Es uno de los principales lastres. En su año y medio como presidenta se ha labrado una carrera política con mucho eco en Madrid y sus tensas relaciones con Ferraz y Sánchez dan alas a la teoría de que podría dar el salto a Madrid si hay una situación de emergencia en el PSOE. Ella lo niega, pero su entorno ha maniobrado durante los últimos meses y no precisamente para favorecer el liderazgo del actual secretario general.

Juan Manuel Moreno Bonilla se enfrenta a la prueba de las urnas apenas un año después de haber aterrizado en el cargo desde Madrid, aunque es malagueño, y con un elevado índice de desconocimiento entre el electorado. Rajoy será su principal aval, acompañado del desembarco de ministros y dirigentes nacionales. El PP se empeñará en movilizar a su electorado, evitar la abstención en sus filas y frenar una posible fuga de votantes a nuevas opciones como Ciudadanos. Los populares, que entraron en depresión tras quedarse a las puertas del Gobierno andaluz, saben que no podrán reeditar aquella mayoría de 2012. Queda por saber si logran evitar un descalabro. El vídeo del presidente extremeño, José Antonio Monago, burlándose de los andaluces ha dado munición a sus adversarios.

Teresa Rodríguez pone la cara a Podemos en los primeros comicios como partido tras las europeas. Los sondeos le auguran una tercera posición y más de 20 diputados, con un suelo electoral del 15%. Los de Pablo Iglesias saben que Andalucía es un territorio clave para su llegada a la Moncloa. La campaña está dirigida por el secretario de Organización, Sergio Pascual, con el control de Madrid. Pisan con pies de plomo para evitar polémicas. El líder nacional ha programado tres actos, estará en el cierre de la campaña en un acto en Sevilla, ocupando el velódromo de Dos Hermanas, un recinto fetiche para los socialistas. La polémica de Juan Carlos Monedero y las denuncias de financiación del partido desde Venezuela no ayudan a una candidata que fue en anteriores comicios aspirante de Izquierda Anticapitalista e IU.

Antonio Maíllo, candidato de Izquierda Unida, estará también arropado por Alberto Garzón y Cayo Lara. Aseguran que darán la vuelta a las encuestas y se salvaran del descalabro a manos de Podemos. Su futuro es incierto tras dos años de coalición con el PSOE en la Junta. IU ha visto como un partido recién llegado le robaba la cartera y el protagonismo, y ahora deben reconquistar al electorado de izquierda y ser capaces de marcar sus diferencias con Podemos, lo que todavía no han conseguido.

Ciudadanos, un partido débil hasta hace semanas, todavía ni se cree los resultados que les pronostican las encuestas. Contaban con lograr dos diputados, uno por Sevilla y otro por Málaga, y les auguran hasta cinco, por delante de IU. El candidato andaluz Juan Marín ha saltado desde el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), donde lleva ocho años gobernando con los socialistas, a la arena autonómica sin tránsito. Rivera, la marca que realmente aglutina los votos y rostro en los carteles que está madrugada se pegarán por Andalucía, también programa un activa participación en la campaña.

Se abre el telón. La campaña electoral en Andalucía estrena un año decisivo en el tablero político español. La primera cita, el próximo 22 de marzo, medirá si el fin del bipartidismo y el comienzo de un nuevo ciclo político es real. La irrupción de nuevos partidos como Podemos o Ciudadanos agita el escenario y dibuja un Parlamento fragmentado con al menos cinco fuerzas. Algo inédito en la Cámara andaluza y preludio del futuro escenario nacional de atomización política.

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