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Ciudadanos exige una rebaja del IRPF de 2.000 millones para pactar el techo de gasto
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Órdago de Rivera a Rajoy

Ciudadanos exige una rebaja del IRPF de 2.000 millones para pactar el techo de gasto

Hacienda alega que los objetivos de reducción del déficit no permiten rebajar los impuestos todavía y prefiere dejar 'la zanahoria' para el final de la legislatura

Foto: El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro,durante la sesión de control al Gobierno en el pleno del Senado. (EFE)
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro,durante la sesión de control al Gobierno en el pleno del Senado. (EFE)

La negociación del techo de gasto se le complica al Gobierno por momentos. Hasta hace unas semanas, el Ejecutivo daba por descontado que mantendría intactos los apoyos de los Presupuestos Generales del Estado de 2017 para sacar adelante los objetivos de estabilidad de 2018, pero ha podido comprobar que no será tan fácil. El primer revés ha venido de parte del partido que más ha apoyado al Gobierno durante esta legislatura, Ciudadanos, que exige una rebaja del IRPF de 2.000 millones para aprobar el techo de gasto.

La formación considera que el buen ritmo que lleva la recaudación concede margen para empezar a bajar los impuestos a las familias ya en 2018. No será una gran rebaja del IRPF, ya que España seguirá todavía dentro del Protocolo de Déficit Excesivo (PDE), por lo que la Comisión Europea vigilará de cerca cualquier desviación, pero será un primer gesto hacia los hogares. La rebaja se centraría en los dos tramos más bajos del IRPF, de modo que pueda llegar a la mayor parte de los contribuyentes y que beneficie más, proporcionalmente, a las rentas bajas. Actualmente, las rentas hasta 12.450 euros de base liquidable se le aplica un tipo impositivo estatal del 9,5% y los siguientes 7.750 euros tributan al 12%.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro se reunió el miércoles durante dos horas con el equipo económico de Ciudadanos (Luis Garicano, Francisco de la Torre y Toni Roldán) y, lejos de llegar a un acuerdo, las posturas se alejaron más. El ministro es consciente de que tendrá que dar una rebaja de impuestos a sus votantes como prometió durante la campaña electoral, pero prefiere dejar "la zanahora" (como dijo el propio Montoro) para el final de la legislatura. Mejor esperar a las urnas. Sin embargo, Ciudadanos cree que ya hay espacio fiscal para hacer un primer movimiento sin perjudicar la consecución de los objetivos de déficit, por lo que no quiere esperar más.

Esta es la única exigencia que ha puesto Cs sobre la mesa y asegura que mantendrá el pulso hasta el final: si no hay rebaja de impuestos de 2.000 millones, no votará a favor del techo de gasto y los objetivos de déficit. "Esto es un órdago en toda regla", reconocen en el partido centrista, que solo apoyará al Ejecutivo si consigue arrancar ese compromiso político en los próximos días aunque los detalles no lleguen hasta el mes de septiembre. "Nuestra postura ahora mismo está clara. Estamos en el no y si quieren contar con nosotros lo que pedimos a cambio está muy claro", zanjan. El propio Albert Rivera no dudó un segundo en mostrarse tajante hablando al respecto: "La pelota está únicamente en el tejado del ministro".

Montoro ha demostrado en los últimos meses su habilidad para manejar los tiempos de la negociación política, pero en esta ocasión su propio calendario aprieta. Hacienda pretende aprobar el techo de gasto en un Consejo de Ministros extraordinario el próximo lunes día 3 de julio, pero antes quiere tener pactados los acuerdos necesarios para que el Congreso no se lo rechace. El margen es escaso.

Hacienda estima que la recaudación crecerá un 6% en 2018 lo que no da margen para rebajar el IRPF y cumplir con el déficit al mismo tiempo

Fuentes de Ciudadanos explican que esta vez hay una "discrepancia de fondo" con el Gobierno, ya que la decisión de no bajar los impuestos es "política y no económica". En otras palabras: hay espacio fiscal para bajar la fiscalidad de las familias sin afectar a los objetivos de déficit, pero el Ejecutivo prefiere contar con este dinero para elevar el gasto público o la inversión. De hecho, la insistencia de los centristas para mantener intacta su exigencia se basa en su creencia de que es "petición razonable" y que podría llevarse a cabo sin perjuicio alguno. Hacienda no lo cree así, ya que sus cálculos de recaudación para 2018 son más prudentes. Por primera vez desde que Mariano Rajoy es presidente, el Ejecutivo maneja unas previsiones de ingresos que son menores de lo que estima la oposición.

Montoro trasladó al equipo de Ciudadanos que su previsión es que la recaudación crezca un 6% en 2018, esto es, más lenta que la de 2017, que hasta mayo ha avanzado un 9%. Para el ministro, si los ingresos se ralentizan (crecen más despacio), no habrá espacio para realizar rebajas de impuestos. Esta previsión contrasta con la última actualización del Programa de Estabilidad 2017-2020 que envió el Gobierno a la Comisión Europea en mayo. En ese documento, el Ejecutivo estima que los ingresos crecerán un 11,5% entre 2016 y 2018 con un escenario de crecimiento del 2,7% para este año y del 2,5% para 2018 y que eso será suficiente para cumplir los objetivos de déficit. Sin embargo, las previsiones están ya por encima del 3% para 2017 y cerca de ese nivel en el próximo ejercicio, lo que significaría una mayor recaudación y, por lo tanto, margen fiscal para reducir los impuestos o elevar el gasto.

El PSOE entra en escena

El concurso de Ciudadanos en la votación del techo de gasto será imprescindible, a menos que el Gobierno consiga el apoyo del PSOE. Montoro se reunirá con los socialistas antes de que acabe la semana con el objetivo de que vuelvan a apoyar los objetivos de estabilidad, como ya hicieron el pasado mes de diciembre. En ese momento "la zanahoria" fue una prórroga en los objetivos de déficit de las comunidades autónomas de la que se beneficiaron los barones socialistas que son presidentes regionales. En esta ocasión el equilibrio de poder en el PSOE ha virado desde la periferia hacia el centro, pero Montoro sigue teniendo la capacidad de ofrecer más margen de déficit a las autonomías.

Hasta ahora, los objetivos oficiales que hay aprobados por el Congreso marcan a las regiones una senda de reducción del déficit al 0,6% del PIB este año y al 0,3% en 2018, esto es, reducirlo a la mitad en un año. Hacienda está dispuesta a negociar una prórroga de los objetivos de déficit a cambio del voto favorable del Grupo Socialista en el Congreso, una oferta que para el PSOE puede ser atractiva. Hay que tener en cuenta que si no se actualizan los objetivos de estabilidad, el Gobierno no podrá aprobar los Presupuestos Generales, pero las autonomías tendrán que ceñirse al 0,3% que hay aprobado actualmente.

Las regiones gobernadas por el PSOE son las que tienen mayor déficit público, por lo que serían las más beneficiadas de una prórroga en los objetivos. Por ejemplo, Extremadura, presidida por Guillermo Fernández Vara (el único barón 'susanista' que Pedro Sánchez ha incluido en la Ejecutiva del partido) cerró el mes de mayo con un déficit del 0,51% del PIB, lo que hace imposible que cumpla con el objetivo del 0,6% de este año y del 0,3% del próximo.

El equipo económico de Ciudadanos prefiere ser prudente hasta que el encuentro entre el titular de Hacienda y los socialistas tenga lugar. Aún así, fuentes de la cúpula naranja reconocen cierto escepticismo a que de esa cita pueda resultar algún acuerdo y, sobre todo, que si lo hay sea más flexible que el que ellos han puesto encima de la mesa y que se ciñe únicamente a la bajada de impuestos. "Vamos a esperar. Nosotros seguiremos negociando", afirman.

La negociación del techo de gasto se le complica al Gobierno por momentos. Hasta hace unas semanas, el Ejecutivo daba por descontado que mantendría intactos los apoyos de los Presupuestos Generales del Estado de 2017 para sacar adelante los objetivos de estabilidad de 2018, pero ha podido comprobar que no será tan fácil. El primer revés ha venido de parte del partido que más ha apoyado al Gobierno durante esta legislatura, Ciudadanos, que exige una rebaja del IRPF de 2.000 millones para aprobar el techo de gasto.

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