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El paro 'clandestino' de España alcanza el 30% e impide que los salarios suban
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no figuran en las estadísticas

El paro 'clandestino' de España alcanza el 30% e impide que los salarios suban

El BCE estima que la oferta de mano de obra es el doble de lo que marcan los datos oficiales. Así se explica que la remuneración siga congelada a pesar de la caída del paro

Foto: Fotografía de archivo de una oficina de empleo. (Reuters)
Fotografía de archivo de una oficina de empleo. (Reuters)

La eurozona acumula ya cuatro años consecutivos de crecimiento y creación de empleo. Si bien el ritmo es moderado, no ha flaqueado en ningún momento. La tasa de paro, que marcó su máximo en 2013 con un 12% de desempleados, ha caído ya hasta el 9,5%, en niveles que no se veían desde 2014. Sin embargo, esta recuperación de la economía y del mercado laboral no ha llegado a los salarios, una anomalía que el Banco Central Europeo (BCE) ha querido analizar en su último Boletín Económico. La remuneración por trabajador está creciendo a uno de los ritmos más bajos desde la creación del euro. En 2016 los salarios apenas aumentaron un 0,8%, mientras que los precios subieron un 1,1% en el conjunto del año, lo que supuso una pérdida de poder adquisitivo.

En definitiva, ni el crecimiento económico ni la mejoría del mercado laboral se traducen en inflación de salarios. El BCE concluye que el problema es que la tasa de paro no recoge la verdadera situación del mercado laboral, por lo que no es un indicador fiable para anticipar cuándo pueden volver a subir los sueldos. El matiz está en la mano de obra que no está aprovechada pero que tampoco figura en las estadísticas, ya que no está buscando empleo de forma activa. Esto significa que la oferta de empleo es superior a la que figura en las estadísiticas oficiales de desempleo. “El grado de holgura en el mercado sigue siendo elevado y está frenando el crecimiento de los salarios”, señalan los expertos de la entidad. Tal es así que el porcentaje de la mano de obra infrautilizada es similar al del número de parados, por lo que la oferta de empleo real es casi el doble de lo que marcan las estadísticas, según estima el BCE.

“El grado de holgura en el mercado de trabajo afecta actualmente a alrededor del 18% de la población activa de la zona euro definida en sentido amplio”, señala el informe de la entidad. La mejoría del mercado laboral apenas ha llegado a este porcentaje de la población, lo que significa que este remanente de oferta de trabajo se mantendrá en los próximos años e impedirá que los salarios se recuperen.

La situación es más delicada en España, ya que a la elevada tasa de paro actual (del 18,75%) hay que sumarle 11 puntos más de mano de obra infrautilizada. En total, el 'paro real' (esto es la oferta de empleo real) alcanza el 30% y llegó a superar el 35% en 2013. Con este volumen de población esperando encontrar un trabajo es fácil para las empresas casar la oferta de trabajo y la demanda sin apenas subir los precios (salarios). “La infrautilización del trabajo continúa siendo elevada y es probable que siga frenando la dinámica salarial”, señalan los investigadores del BCE.

¿Por qué fallan las estadísticas?

Los datos oficiales del paro sólo recogen a la población activa que no está ocupada, esto es, tienen que cumplir dos requisitos. Por un lado tienen que estar buscando trabajo de forma activa y que estar dispuestos a ponerse a trabajar en un plazo máximo de dos semanas. Si no cumplen alguno de estos criterios, se cataloga a esas personas como población inactiva y, por tanto, no computan en el paro.

Pero hay personas que quieren trabajar aunque no busquen un empleo, o que están buscando un trabajo pero para empezar en un mes. Todos ellos contribuyen a elevar la oferta de mano de obra. Según el BCE, en torno al 3% de la población en edad de trabajar está en esta situación. “Este grupo puede reincorporarse con relativa rapidez a la población activa en el momento en que mejore la situación del mercado de trabajo”, señala el informe.

Hay un segundo tipo de trabajadores 'infrautilizados' que no aparecen en las estadísticas: los empleados a tiempo parcial que querrían trabajar a tiempo completo. Todos ellos, aunque figuran en los datos oficiales como ocupados, en realidad están en el mercado, por lo que están dispuestos a competir con el resto de parados por un trabajo de ocho horas diarias. Según los cálculos del BCE, en torno al 3% de la población en edad de trabajar de la eurozona está en esta situación.

La serie histórica muestra que cada vez que se producía una caída del paro se generaban presiones inflacionistas sobre los salarios, pero en esta recuperación no está siendo así. El BCE encuentra la explicación en esta holgura del mercado laboral que “sigue siendo elevada y está frenando el crecimiento de los salarios”.

Este cambio en el mercado laboral ha provocado que cada vez más organismos internacionales estén midiendo este tipo de indicadores del desempleo más amplios, ya que ofrecen un mapa del mercado laboral más ajustado a la realidad. En Estados Unidos, la Oficina de Estadísticas Laborales denomina a este indicador 'U6' y lo mide regularmente y también lo utiliza la OCDE.

Esta situación también explica que el Banco Central Europeo y otras instituciones hayan fallado estrepitosamente durante los últimos años a la hora de predecir el comportamiento de los salarios. Entre 2013 y 2016 las trimestrales de la entidad anticipaban que la remuneración aumentaría de forma inminente, sin embargo, la realidad era la opuesta y los salarios se estancaban cada vez más. Por ejemplo, en el año 2013 estimaba que los salarios avanzarían a ritmos del 2,25% en 2017, sin embargo, el avance apenas alcanza el 1%. Este indicador de la holgura del mercado laboral puede ayudar al BCE a atinar en sus previsiones a partir de ahora.

La eurozona acumula ya cuatro años consecutivos de crecimiento y creación de empleo. Si bien el ritmo es moderado, no ha flaqueado en ningún momento. La tasa de paro, que marcó su máximo en 2013 con un 12% de desempleados, ha caído ya hasta el 9,5%, en niveles que no se veían desde 2014. Sin embargo, esta recuperación de la economía y del mercado laboral no ha llegado a los salarios, una anomalía que el Banco Central Europeo (BCE) ha querido analizar en su último Boletín Económico. La remuneración por trabajador está creciendo a uno de los ritmos más bajos desde la creación del euro. En 2016 los salarios apenas aumentaron un 0,8%, mientras que los precios subieron un 1,1% en el conjunto del año, lo que supuso una pérdida de poder adquisitivo.

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