Diez gráficos para entender la evolución de los PGE durante la crisis

Millones de euros, activos y pasivos financieros, aumentos, recortes, secciones, capítulos, programas… Entender cada año los Presupuestos Generales del Estado requiere un curso intensivo de contabilidad y estructura presupuestaria, a no ser que te llames Cristóbal Montoro. Para simplificar la comprensión de las cuentas del Estado, la Fundación Ciudadana Civio ha desarrollado la herramienta ‘¿Dónde van mis impuestos?’, que de manera interactiva —y una vez ajustado el IPC— permite comprender de un vistazo la distribución de los fondos públicos durante la última década. Resumimos en 10 gráficos los aspectos más básicos de la evolución de los Presupuestos Generales del Estado durante los años de la crisis.

Las cifras básicas de los Presupuestos

Cualquier presupuesto se compone de ingresos y gastos. Durante la década de la recesión económica, la distancia entre los gastos y los ingresos ha ido aumentando considerablemente. Si en 2008 la diferencia entre ambos conceptos no llegaba a los 50.000 millones de euros, en las cuentas presentadas este mediodía la diferencia se dispara por encima de los 140.000 millones. Mientras la previsión de gastos ya supera a las de los primeros años de la crisis, los ingresos superan por primera vez en siete años los 300.000 millones. Aunque todavía están lejos del máximo de 347.000 millones de 2008.

Cuáles son las fuentes de ingresos del Estado

Siete de cada 10 euros ingresados por el Estado proceden de las cotizaciones sociales y de impuestos directos (IRPF y sociedades, mayoritariamente). El IVA aporta el 15% de la recaudación, aunque en 2012 hubo una fuerte caída hasta el 7,6%. Por su parte, las tasas y los precios públicos ha duplicado su peso durante los años de la crisis, al pasar del 1,7% en 2007 hasta el 4% en la actualidad.

La crisis también ha afectado en la distribución de los ingresos más importantes del Estado. Si antes de la recesión el dinero recaudado por prestaciones sociales era muy similar al ingresado por la suma del IRPF, el impuesto de sociedades y el IVA (en torno a los 140.000 millones de euros), esta diferencia se ha ensanchado considerablemente durante la última década. Los ingresos por prestaciones se han recuperado, pero no así la recaudación de los tres impuestos españoles más importantes, cuya suma no llega a los 100.000 millones. De entre ellos, destaca la caída de la recaudación por sociedades a la mitad que en 2007.

Cómo se distribuye el gasto público

Más de la mitad de los Presupuestos Generales del Estado se destinan a transferencias corrientes. Este es el dinero que el Gobierno entrega a familias e instituciones sin fines de lucro (la partida mayoritaria), comunidades autónomas, ayuntamientos, al exterior y a empresas privadas, por solo citar las más importantes.

Durante los 10 años de crisis económica, la deuda ha ganado un peso cada vez más importante en la distribución de los fondos públicos, tanto en préstamos como en amortizaciones. Durante este periodo, el dinero previsto anualmente para el pago de la deuda pública se ha duplicado, superando actualmente los 120.000 millones de euros. Si se tienen en cuenta los pasivos financieros (capítulo IX de los PGE), la deuda sería la segunda política presupuestaria más importante del Estado, solo superada por el pago de pensiones, que roza los 140.000 millones.

En cuanto a los fondos para pagar a los funcionarios públicos dependientes del Estado, en los últimos cuatro años se ha estabilizado en torno a los 22.000 millones de euros, tras el fuerte recorte de 2013 motivado sobre todo por la supresión de la paga extraordinaria de Navidad de 2012 y también las de aquel año.

Las políticas que más han ganado

Industria y energía ha sido la política más beneficiada por el Gobierno de Rajoy, al duplicar su dinero en estos 10 años. La razón de este incremento se encuentra en el programa presupuestario destinado a normativa y desarrollo energético, prácticamente inexistente hasta 2012. Desde entonces, la cuantía se ha multiplicado hasta rozar los 4.000 millones de euros.

El dinero destinado a pagar la deuda pública, las pensiones y las prestaciones por desempleo figura entre los únicos siete programas que han aumentado su gasto en estos 10 años. No obstante, el gasto para pagar el paro ha disminuido en los tres últimos años. Esta caída se encuentra motivada tanto por la mejora de los datos de empleo como por en la pérdida de la cobertura de desempleo para aquellos parados de larga duración que no han logrado incorporarse al mercado laboral tras quedarse sin trabajo durante la crisis económica.

Y las que más han perdido

En el otro lado de la balanza se sitúan los programas presupuestarios para el acceso a la vivienda y fomento de la edificación; comercio, turismo y pymes; infraestructuras, e investigación, desarrollo e innovación. Los tres primeros disponen de la mitad de fondos públicos que en 2007, mientras que el descenso del gasto en I+D+i se sitúa en el 40%, al mismo nivel que el destinado a la cultura.

Resulta significativo el brusco descenso del gasto público en infraestructuras. Si en los años previos a la crisis y antes del último Presupuesto socialista de José Luis Rodríguez Zapatero en 2011, superaba los 15.000 millones, en el último lustro esta cantidad se situaba en torno a los 6.000 millones. Sin embargo, los Presupuestos Generales del Estado para 2017 prevén un desembolso por debajo de los 5.500 millones de euros, la cifra más baja del periodo analizado por la Fundación Ciudadana Civio en '¿Dónde van mis impuestos?'.