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Montoro se queda sin Presupuestos de 2017: el PSOE ni está ni se le espera
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EL PSOE DICE QUE NO ESTÁ EN CONDICIONES DE PACTAR

Montoro se queda sin Presupuestos de 2017: el PSOE ni está ni se le espera

La intención del Gobierno de aprobar los Presupuestos de 2017 no saldrá adelante. El PSOE considera que en sus circunstancias actuales no puede decidir algo tan estratégico

Foto: Cristóbal Montoro durante la comparecencia en la Comisión de Hacienda del Senado.(EFE)
Cristóbal Montoro durante la comparecencia en la Comisión de Hacienda del Senado.(EFE)

Los futuros cónclaves socialistas —elecciones primarias en mayo y congreso en junio— tendrán consecuencias para la renovación de las cuentas públicas. Al menos, esa es la hipótesis más extendida en el Ministerio de Hacienda, donde ya se da por hecho que el debate interno en el seno del PSOE dará al traste con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2017.

Distintos portavoces socialistas, en la misma línea, aseguran que una dirección provisional, como es la comisión gestora, no puede decidir "algo tan transcendental" como es fijar posición sobre el presupuesto público. Sobre todo, después de que se facilitara la investidura de Rajoy y se diera luz verde a los objetivos de déficit para las comunidades autónomas. "Esa decisión la debe tomar una dirección plenamente legitimada", se concluye.

Lo que le preocupa al Gobierno no son tanto las consecuencias económicas de la prórroga presupuestaria, que serían menores, ya que subió impuestos para cumplir con Bruselas y cuenta con un techo de gasto y unos objetivos de déficit aprobados por el Congreso, sino lo que el propio Cristóbal Montoro denomina "estabilidad política".

Los votos de los 32 diputados de C's no bastan, y de ahí que Hacienda mire a las filas socialistas, enfrascadas en un intenso debate precongresual

Es decir, inquieta la imagen de debilidad que traslada al exterior —en particular hacia la Comisión Europea— un Ejecutivo que no puede aprobar las cuentas del reino por no disponer de una mayoría parlamentaria suficiente. Los votos de los 32 diputados de Ciudadanos no bastan, y de ahí que Hacienda mire a las filas socialistas, enfrascadas en un intenso debate precongresual. Y ese no parece el mejor escenario de los posibles para aprobar los Presupuestos.

Entre otras cosas, como recuerdan fuentes socialistas, porque, aunque el PNV pudiera respaldar el proyecto de ley en el debate de totalidad (el primer paso en el proceso de tramitación), los 175 diputados (junto con Coalición Canaria) no serían suficientes para sacarlos adelante en la votación final que necesariamente debería producirse tras tramitarse el proyecto de ley en el Senado.

Políticamente, además, sería complicado, tanto para el PP como, sobre todo, para Ciudadanos, justificar que la estabilidad política de España depende de los nacionalistas vascos. Los tiempos en los que diputados vascos y catalanes aprobaban el proyecto de ley a cambio de compensaciones económicas o competenciales han cambiado. El PNV, además, hoy por hoy, no está por la labor de aprobar los Presupuestos, y en cualquier caso lo que busca el PP es comprometer al Partido Socialista, que es, precisamente, quien garantiza la mayoría nacionalista en Guernica.

Que Montoro presente los Presupuestos

Así las cosas, los socialistas se desentienden de la tramitación y aseguran que la obligación del Gobierno es presentar el proyecto de ley para su aprobación, pero Montoro se niega ante una derrota parlamentaria segura. Es más, sostienen que aunque el ministro de Hacienda diga en público que busca un acuerdo, lo cierto es que cuenta con margen presupuestario suficiente para sortear el año sin ajustes adicionales, como ha reconocido el propio Montoro. Es decir, Hacienda quiere los Presupuestos, pero con la ‘boca pequeña’.

Entre otras cosas, porque cuenta con un colchón de unos 5.000 millones de euros que salen de una realidad. Al prorrogarse los Presupuestos de 2016, no se ha contabilizado que tanto los gastos del servicio de la deuda como del desempleo serán menores. Por lo tanto, no necesita el concurso de otros grupos parlamentarios para cerrar el año. Otra cosa es que se pudiera producir una caída súbita de los ingresos o un desbordamiento de los gastos y ello obligara a hacer ajustes adicionales para alcanzar el 3,1% del déficit pactado con Bruselas. Pero lo cierto es que las partidas que puede pactar el PP con Ciudadanos —el jueves se cerró un acuerdo para destinar 30 millones a luchar contra el fracaso escolar— saldrán de esa 'hucha'.

La contribución del PSOE a la estabilidad política está algo más que demostrada. Por lo tanto, a quien corresponde actuar ahora es al Gobierno

Los portavoces económicos del PSOE recuerdan a Montoro que ya aprobaron los objetivos de déficit público y las medidas fiscales —subida de impuestos— para cumplir con la Unión Europea, y, por lo tanto, su contribución a la estabilidad política está algo más que demostrada. Por lo tanto, a quien corresponde actuar ahora es al Gobierno.

La otra posibilidad que tiene el Ejecutivo sería presentar el proyecto de ley después del congreso socialista (a mediados de junio), pero entonces, como recuerda un portavoz del PSOE, se solaparían tanto la tramitación de las cuentas de 2017 como las de 2018, cuyo proyecto de ley debe entrar en el Congreso antes del 1 de octubre. Además, se daría la paradoja de que al mismo tiempo que se tramitan los Presupuestos de 2017 habría que aprobar —en los últimos días de junio— tanto el techo de gasto (un acuerdo de gobierno que no requiere votación parlamentaria) como los objetivos de déficit para 2018 (que sí precisa votación), lo cual parece poco razonable.

Montoro se ha puesto ya, de hecho, la venda antes que la herida, y el miércoles en la comisión de Hacienda admitía en voz alta: "Cuesta entender qué clase de legislatura y qué clase de estabilidad política hay si el Gobierno es capaz de acordar el techo de gasto y los objetivos de déficit y de deuda, pero no los nuevos Presupuestos". "Esta es una situación inédita", concluía.

Y se preguntaba: "¿Por qué razón, si hemos sido capaces de alcanzar esos acuerdos, ahora no nos vamos a poner de acuerdo sobre los Presupuestos Generales del Estado. ¿Por unas razones políticas propias? ¿Porque tenemos problemas en nuestras formaciones políticas?". Parece que sí.

Los futuros cónclaves socialistas —elecciones primarias en mayo y congreso en junio— tendrán consecuencias para la renovación de las cuentas públicas. Al menos, esa es la hipótesis más extendida en el Ministerio de Hacienda, donde ya se da por hecho que el debate interno en el seno del PSOE dará al traste con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2017.

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