Los hosteleros cargan contra Montoro y temen una pérdida masiva de empleo

"Ojalá el aumento del IVA esté descartado, pero habrá que verlo". Los hosteleros temen que Cristóbal Montoro termine aplicando una subida de este impuesto en su sector —que hoy disfruta de un tipo reducido del 10% pero podría pasar al 21%—, pese a que el ministro de Hacienda ya lo rechazó este lunes. Lo que no negó es tocar los tributos especiales sobre el alcohol, algo que preocupa sobremanera tanto a la Federación Española de Hostelería y Restauración (FEHR) como al director ejecutivo de la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE), Bosco Torremocha. "Esperamos que el Gobierno no maneje como hipótesis aumentarlo un 10%", señaló en la presentación de un informe elaborado por Analistas Financieros Internacionales (AFI).

Si ambas teorías se cumplen, algo poco probable en cuanto al IVA tras las palabras de Montoro, AFI prevé una reducción de la actividad económica de 3.660 millones, una pérdida de 52.734 empleos y una caída de la recaudación fiscal de 46 millones en el primer año. Una hipotética subida de impuestos tendría "incidencia directa sobre los consumidores y sobre la capacidad de las empresas para generar riqueza y crear empleo", advierte Torremocha. "Queremos que el Gobierno tenga muy en cuenta que el desempleo es más duro que el déficit", añade el secretario general de la FEHR, Emilio Gallego.

Por tanto, los ponentes han exigido a Rajoy que mantenga el 'statu quo' vigente. Si el presidente escucha sus peticiones, la recaudación fiscal de la cadena de valor del sector aumentaría en 1.718 millones, la actividad económica se incrementaría en 3.448 millones y el número de empleos crecería en 64.061 personas entre 2014 y 2017, o así lo estima AFI. El director general de Cerveceros de España, Jacobo Olalla, confía en que se tome la "decisión acertada" de mantener el tipo reducido del IVA, dado que "somos capaces de recaudar más sin subir los impuestos".

Las negociaciones para que España pueda cumplir con los compromisos de déficit fijados por Bruselas ya están en marcha, y una de las vías que el Ejecutivo está explorando tiene que ver con cambios en la fiscalidad. El ministro de Hacienda descartó subidas del IVA y del IRPF, pero dejó la puerta abierta tanto a modificaciones de algunos impuestos especiales, como los que afectan a carburantes, alcohol o tabaco, como a futuros retoques en el Impuesto de Sociedades. El Gobierno aprobó el adelanto de este tributo para las empresas que facturen más de 10 millones de euros anuales.

Gallego considera que los desequilibrios no se solucionan con más impuestos, sino con más empleo y más cotizantes. En palabras de Olalla, "no se trata solo de lo que el sector pueda aguantar; un cambio en la política fiscal atacaría a nuestro sistema económico, a nuestra forma de vida, a nuestras costumbres y a nuestra oferta como país atractivo para el turismo".

Los asistentes rechazan a su vez la posibilidad de implantar un impuesto a las bebidas azucaradas en España, como los existentes en países como México, Francia o Hungría. "No deseamos que se grave impositivamente a nadie. Esa vía no es la manera de solventar los problemas sanitarios", opina el representante de los cerveceros en un evento al que también han asistido representantes de la Federación Española del Vino (FEV) y de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja).

El sector de las bebidas con contenido alcohólico generó un valor añadido de 39.872 millones de euros en 2014 (4% del PIB), contribuyó al mantenimiento de 740.746 empleos y consiguió una recaudación impositiva de 19.868 millones. "No hace falta tocar lo que funciona", zanja Olalla.