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Bruselas enjuicia hoy el largo historial 'delictivo' de España en materia de déficit
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LA COMISIÓN EUROPEA ANUNCIA HOY LA MULTA

Bruselas enjuicia hoy el largo historial 'delictivo' de España en materia de déficit

La Comisión Europea anuncia hoy, previsiblemente, la sanción a España por no cumplir los objetivos de déficit. Sus argumentos son contundentes: lo normal ha sido superarlos

Foto:  El ministro de Economía y Competitividad en funciones, Luis de Guindos. (EFE)
El ministro de Economía y Competitividad en funciones, Luis de Guindos. (EFE)

Hay que reconocerle una cosa al ministro De Guindos (en funciones). Ninguno de sus colegas comunitarios tiene tanta experiencia a la hora de negociar una prórroga presupuestaria. Nada menos que en tres ocasiones ha tenido que pedir más tiempo a Bruselas para cumplir con el déficit público. Pero de tanto ir el cántaro a la fuente, al final se ha roto. La Comisión Europea le ha sacado la tarjeta roja a España y hoy mismo, presumiblemente, el colegio de comisarios anunciará la multa, que puede ser simbólica. O no, que diría Rajoy.

No es un asunto nuevo. El historial 'delictivo' de España en términos presupuestarios viene de lejos. En abril de 2009, durante el segundo Gobierno Zapatero, y en medio de una formidable crisis económica, el Consejo de la Unión Europea, basándose en una recomendación de la Comisión, decidió declarar la existencia de un déficit excesivo en España. Y por ello, remitió una recomendación para que se corrigiese en 2012. Es decir, que hace ya cuatro años, España debería haber situado su desequilibrio fiscal por debajo del 3%, límite del Pacto de Estabilidad.

Desde entonces, el Consejo ha emitido tres recomendaciones para España (diciembre de 2009, 2012 y 2013) que ampliaban el plazo para corregir el déficit excesivo hasta 2013, 2014 y 2016, respectivamente. En las tres recomendaciones, el Consejo consideraba que España había tomado medidas eficaces, pero que habían surgido factores económicos adversos e inesperados, con importantes efectos desfavorables en las finanzas públicas. De ahí la prórroga sin multa.

Gracias a ello, España logró una nueva senda de reducción del déficit público sensiblemente más laxa: 6,5% del PIB en 2013; 5,8% en 2014; 4,2% en 2015 y 2,8% en 2016. Pero con una salvedad. El Gobierno se comprometía a mejorar el saldo estructural. Es decir el déficit sin tener en cuenta el efecto del ciclo económico, y que debía oscilar -la mejora- entre 0,8 y 1,1 puntos del PIB entre 2013 y 2016.

Para lograrlo, se pidió a España que aplicara medidas adicionales que representaran el 2%, el 1% y el 1,5% del PIB en 2014, 2015 y 2016, respectivamente. Además, se instaba a crear una autoridad fiscal independiente (esto sí se ha cumplido) y a tomar medidas para reconducir el déficit estructural, en particular de la Seguridad Social, pero combinándolo, como decía la UE, con la realización de un “análisis sistemático del gasto y del sistema tributario”.

Esfuerzos adicionales

¿Qué sucedió tras esas recomendaciones? Pues ni más ni menos que pronto empezaron las dudas sobre su cumplimiento. En noviembre de 2013, la Comisión concluyó que España había actuado eficazmente para atenerse a dicha recomendación, si bien se vislumbraban “riesgos de incumplimiento en 2014”. Es más en julio de 2014, el Consejo concluyó que las medidas en las que se sustentaba la estrategia presupuestaria planteada en el programa de estabilidad de 2014 debían especificarse con mayor detalle y que eran necesarios esfuerzos adicionales para cumplir plenamente dicha Recomendación.

No fue el último 'aviso'. Basándose en su evaluación del programa de estabilidad de 2015, el Consejo concluyó en julio de 2015 que existía el riesgo de que España no cumpliera lo dispuesto en el Pacto de Estabilidad. Del mismo modo, todos los dictámenes de la Comisión sobre los proyectos de planes presupuestarios de España para 2014, 2015 y 2016 concluyeron lo mismo. La Comisión, en particular, apuntaba a riesgos relacionados con el hecho de que el esfuerzo estructural previsto en los planes era inferior al recomendado por el Consejo. Además, señalaba riesgos para la consecución de los objetivos de déficit global.

Foto: El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos

La luz roja se iba acercando. Y el 9 de marzo de 2016, basándose en sus previsiones de invierno, Bruselas zanjó que “también había riesgo de incumplir el plazo para la corrección del déficit excesivo, dado el aún significativo exceso sobre el 4,2% del PIB que se preveía”.

El riesgo de incumplimiento era tan evidente que la Comisión dirigió a España una recomendación para que “redoblara los esfuerzos”. Y en este sentido, se reclamó al Gobierno que utilizara los “instrumentos preventivos y correctivos previstos” en la Ley de Estabilidad para controlar las desviaciones. El Gobierno Rajoy, incluso, fue obligado a dar cuenta a Bruselas de sus decisiones. Pero como sostiene la Comisión Europea en sus argumentos contra España, “la política presupuestaria expansiva en 2015 tuvo gran impacto en los resultados presupuestarios”.

Previsiones de primavera

No sólo en términos nominales, también estructurales. Según las previsiones de primavera de 2016 de la Comisión Europea, la variación del saldo estructural en 2015 se estimó en el -1% del PIB, muy por debajo del 0,8% del PIB recomendado por el Consejo. Es decir, que no sólo no mejoró, sino que empeoró. Bruselas ofrece algunos datos significativos. La variación acumulada del saldo estructural durante el período 2013-2015 ascendió al 0,6% del PIB, es decir, “muy por debajo del 2,7% del PIB recomendado por el Consejo”.

El Gobierno, en este sentido, esgrime cuestiones metodológicas para explicar el incumplimiento del déficit estructural. Pero como recuerda Bruselas, si se mide aplicando el método ascendente, el esfuerzo presupuestario fue del -0,5 % del PIB en 2015, y en el periodo 2013-2015 “no parece haber ningún esfuerzo, pese a haberse recomendado esfuerzos del 1% y del 3% del PIB, respectivamente”.

Foto: El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos. (EFE)

¿Y por qué se ha incumplido de forma sistemática los objetivos de déficit? Bruselas apunta a que no han funcionado, por ejemplo, las medidas de saneamiento el sector público y el sistema de pensiones. “No han sido suficientes para compensar el impacto de algunas medidas expansivas aplicadas en 2015, tales como la reducción del IRPF y el Impuesto de Sociedades, y la restitución parcial de las pagas extraordinarias de Navidad anteriormente retiradas”.

Bruselas admite que el saneamiento presupuestario se vio perjudicado por una inflación “sorprendentemente negativa”. Pero al tiempo, recuerda que los ingresos imprevistos, sobre todo en 2015, “no se utilizaron para acelerar la reducción del déficit”. De hecho, concluye, “se relajó la política presupuestaria, en particular mediante una reforma fiscal y un crecimiento dinámico del gasto”. La conclusión es evidente: “España no ha tomado medidas eficaces para seguir la Recomendación de 21 de junio de 2013 del Consejo”. Y por eso, la sanción está hoy sobre la mesa.

Hay que reconocerle una cosa al ministro De Guindos (en funciones). Ninguno de sus colegas comunitarios tiene tanta experiencia a la hora de negociar una prórroga presupuestaria. Nada menos que en tres ocasiones ha tenido que pedir más tiempo a Bruselas para cumplir con el déficit público. Pero de tanto ir el cántaro a la fuente, al final se ha roto. La Comisión Europea le ha sacado la tarjeta roja a España y hoy mismo, presumiblemente, el colegio de comisarios anunciará la multa, que puede ser simbólica. O no, que diría Rajoy.

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