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El precio de los carburantes escala a máximos de 2016 a semanas vista de las vacaciones
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datos del boletín semanal de la unión europea

El precio de los carburantes escala a máximos de 2016 a semanas vista de las vacaciones

El barril Brent, que en enero llegó a cotizar por debajo de los 30 dólares, vuelve a estar por encima de los 50. Esta reacción ya se deja notar en el precio de los combustibles

Foto: Imagen de una gasolinera.
Imagen de una gasolinera.

El petróleo tampoco quiere perderse los primeros síntomas estivales que han traído consigo las altas temperaturas de los últimos días. La subida del crudo, que vuelve a cotizar por encima de los 50 dólares tras haberlo hecho a menos de 30 en enero, está comenzando a dejar una evidente huella en los carburantes, cuyos precios se encuentran en máximos del año y amenazan con provocar un sobrecoste no esperado en el bolsillo de los hogares.

Según recogió este jueves el Boletín Semanal de Petróleo de la Unión Europea (UE), el litro de gasolina se ha encarecido esta semana hasta los 1,192 euros y el de gasoil lo ha hecho hasta los 1,055 euros. El primero no estaba tan alto desde agosto de 2015 y el segundo, desde noviembre. Con estos precios, los caburantes ya registran encarecimientos con respecto al cierre de 2015, aunque todavía son más baratos que hace un año.

En concreto, la gasolina está un 4,6% más cara que cuando acabó 2015 y ha escalado ya un 12% desde los mínimos de 2016 -1,065 euros-, aunque sigue un 10% más barata que hace un año. En el caso del gasoil para automóviles, sube un 5% en 2016, un 16% desde mínimos del año -0,909 euros- y está un 11,5% más bajo que a comienzos de junio de 2015.

Los aumentos que la gasolina y el gasoil muestran ya en 2016 responden a la subida de la cotización del crudo en el mercado. El barril Brent, de referencia en Europa, se hundió hasta los 28 dólares en enero, el precio más bajo desde 2003, y desde entonces ha rebotado un 85%, hasta los 52 dólares, el nivel más alto desde octubre de 2015.

Amenaza para las previsiones de crecimiento

Esta reacción alcista del petróleo puede desencadenar otra serie de efectos secundarios en caso de mantenerse. En combinación con la depreciación del euro y con la expansiva política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), los bajos precios del crudo habían configurado los denominados vientos de cola que tanto han beneficiado la reactivación del crecimiento español. Aunque los precios actuales no equivalen a que pase a soplar directamente en contra, tampoco lo hará tan a favor, un matiz que puede afectar al crecimiento por su impacto en el consumo privado y en los costes de las empresas.

El Gobierno realizó sus previsiones económicas a partir de un precio medio del Brent de 39,7 dólares en 2016; por ahora, el promedio alcanza los 40,1 dólares

De hecho, el Gobierno de Mariano Rajoy ha formulado sus previsiones económicas de 2016, que contemplan un crecimiento del 2,7%, con el supuesto de un precio medio del barril Brent de 39,7 dólares. Actualmente, y tras el repunte de las últimas semanas, el Brent muestra ya una media anual de 40,1 dólares. En euros, el promedio se sitúa en los 35,9 euros, ligeramente por encima de los 35,8 euros estimados por el Ejecutivo.

La realidad, por tanto, comienza a superar esos supuestos, y en caso de mantenerse afectará a esas previsiones de crecimiento. En su actualización del Programa de Estabilidad 2016-2019, el Gobierno reconoce que una desviación del 10% en los precios del crudo -es decir, si la media se situara en los 43,7 dólares o en los 39,7 euros- restaría dos décimas al crecimiento previsto para 2016. "El precio del petróleo influye en los agregados macroeconómicos al cambiar el coste de la energía. España, como país netamente importador, se vería afectado por un 'shock' sobre los precios del petróleo por dos vías: los costes de producción y el saldo de la balanza corriente", advierte el Programa de Estabilidad.

Importando más petróleo que nunca

El impacto en la balanza corriente puede verse incrementado porque España está importando más petróleo que nunca, una realidad vinculada a la recuperación económica y al mayor consumo energético, estimulado precisamente por los bajos precios que venía marcando el crudo. Según los datos recopilados por la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), en 2015 las importaciones alcanzaron los 64,6 millones de toneladas de crudo, la cifra más alta de siempre. En los tres primeros meses de 2016, la cifra acumulada superó ya las 16.000 toneladas, un volumen que no tiene precedentes en un primer trimestre de ejercicio.

Pese a importar más crudo que nunca, la factura de las importaciones de petróleo y derivados se situó en 2015 en los 29.035 millones de euros, cuando la de 2014 ascendió a 43.303 millones. Como consecuencia, el déficit comercial derivado de la dependencia exterior de España en este terreno menguó el pasado año hasta los 18.025 millones de euros, frente a los 29.065 millones de 2014. Los aún más reducidos precios del Brent en el primer trimestre de 2016, en que promedió 35 dólares por barril, adelgazaron ese desfase hasta los 2.152 millones entre enero y marzo, cuando en el mismo periodo de 2015 rozó los 4.700 millones. En la segunda mitad de 2015, el Brent registró un precio medio de 48 dólares, con lo que en caso de mantenerse en los precios actuales repercutirá negativamente en las cifras de la segunda mitad de 2016.

El petróleo tampoco quiere perderse los primeros síntomas estivales que han traído consigo las altas temperaturas de los últimos días. La subida del crudo, que vuelve a cotizar por encima de los 50 dólares tras haberlo hecho a menos de 30 en enero, está comenzando a dejar una evidente huella en los carburantes, cuyos precios se encuentran en máximos del año y amenazan con provocar un sobrecoste no esperado en el bolsillo de los hogares.

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