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Brexit, 26-J, Schäuble... La política se cuela de lleno en la reunión del BCE en Viena
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Brexit, 26-J, Schäuble... La política se cuela de lleno en la reunión del BCE en Viena

Ni siquiera Mario Draghi se escapa del ajetreo político que se respira en Europa en vísperas del referéndum británico y de las elecciones generales españolas

Foto: El presidente del BCE, Mario Draghi, en un acto celebrado en Fráncfort a comienzos de mayo./REUTERS
El presidente del BCE, Mario Draghi, en un acto celebrado en Fráncfort a comienzos de mayo./REUTERS

La teoría establece que los bancos centrales modernos, entre los que se encuadra el Banco Central Europeo (BCE), son independientes. Pero la práctica es otra cosa, y ni siquiera la entidad presidida por Mario Draghi es ajena al ajetreo político con el que Europa afronta junio. El referéndum en el que Reino Unido decidirá su permanencia o su marcha de la Unión Europea (UE) y las elecciones generales en España marcan hasta tal punto la agenda que hasta el BCE, cuya juridiscción estricta es la monetaria y la bancaria, tiene vinculada la suya a los asuntos políticos. Es más, incluso en las últimas semanas ha alzado su voz para advertir del riesgo que, en su opinión, suponen los populismos en Europa, sin olvidar que el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, también han añadido una vertiente política a la institución monetaria con sus críticas a la 'superexpansiva' estrategia que Draghi está aplicando.

La política, por tanto, se colará de lleno en la reunión de política monetaria que el Consejo de Gobierno del BCE celebra hoy en Viena, fuera de su cuartel general de Fráncfort. Se abrirá paso, además, porque esta vez no se esperan medidas monetarias nuevas, después de que las últimas, adoptadas en marzo, todavía estén muy frescas. De hecho, se espera que Draghi ofrezca este jueves más detalles sobre dos de ellas: la primera ronda de su programa de financiación bancaria condicionada a largo plazo (TLTRO II) y la puesta en marcha de las compras de deuda corporativa (CSPP, por sus siglas en inglés), que han arrancado este mes y con las que refuerza su programa de expansión cuantitativa (QE).

La cita también estará marcada por la incertidumbre que sigue envolviendo a los bancos y por la posibilidad de que el BCE acepte de nuevo la deuda pública griega

"No esperamos nuevas medidas de política monetaria en la reunión del BCE. Su presidente, Mario Draghi, ha manifestado que están centrados en la implementación de los programas vigentes y en el seguimiento de sus resultados, paso que ven necesario antes de plantearse la necesidad de otras acciones", anticipa Rose Marie Boudeguer, directora del servicio de estudios de Banca March. Por tanto, los tipos de interés oficiales seguirán en el 0% y los de la facilidad de depósito, en el -0,40%. Eso sí, el banquero italiano se enfrentará a preguntas acerca de si mantiene abierta la posibilidad de poner los tipos oficiales directamente en negativo en un futuro próximo.

La banca y Grecia serán otros dos protagonistas en la cita de Viena. La primera, por los problemas de rentabilidad que el sector está sufriendo, provocados en buena medida por los bajos tipos del BCE, y por la incertidumbre que aún envuelve a las necesidades de capital y la solvencia de la banca europea. Y la segunda, porque el BCE podría volver a aceptar de nuevo la deuda pública griega como garantía para financiar a los bancos helenos. La entidad monetaria dejó de aceptarla como colateral en febrero de 2015, y desde entonces la banca griega ha quedado a expensas de los mecanismos de emergencia (ELA, por sus siglas en inglés) para poder financiarse. Volver a aceptar los bonos griegos será una muestra de normalización de la situación y ratificará los esfuerzos que Grecia está haciendo para cumplir con lo dispuesto en el tercer rescate.

El euro da un respiro

Al menos, Draghi encara la cita de junio con una menor presión por parte del euro. Hace un mes, la divisa europea amenazaba con ser un quebradero de cabeza creciente para el BCE por su fortaleza, que le impulsó incluso por encima de los 1,16 dólares, algo que no ocurría desde agosto de 2015.

Las previsiones que el BCE aporte sobre la inflación aportarán más pistas sobre las auténticas intenciones de la entidad para adoptar más medidas expansivas

Desde entonces, sin embargo, el euro ha frenado su ímpetu, aunque no tanto por motivos propios como por cuestiones ajenas. Atañen en concreto a la Reserva Federal (Fed) y la posibilidad de que eleve los tipos de interés en junio o de que, en su defecto, prepare el terreno para hacerlo en julio. Como el mercado no contaba con una subida tan próxima, el dólar ha recuperado buena parte del terreno perdido en los meses previos. El euro se cambia ahora a 1,115 dólares, un descenso que, a la espera de que lo decida finalmente la Fed, genera alivio en el seno del BCE porque modera las presiones deflacionistas derivadas de una divisa más fuerte y favorece las exportaciones europeas.

Actualizando las previsiones

El BCE también aprovechará la cita de junio para hacer la puesta a punto de sus previsiones, como hace cada tres meses. El mercado seguirá con atención especial su pronóstico con respecto a los precios, puesto que dará más pistas sobre sus verdaderas intenciones de adoptar más medidas expansivas en los próximos meses.

En marzo, el BCE proyectaba un crecimiento económico en la Eurozona del 1,4% en 2016, del 1,7% en 2017 y del 1,8% en 2018. En cuanto a la inflación, este año la situaba en el 0,1%, en 2017 en el 1,3% y en 2018 en el 1,6%. Es decir, estimaba que aún le iba a costar más de dos años acercar la marcha de los precios al objetivo de la institución, consistente en situar la inflación por debajo, pero cerca, del 2% a medio plazo.

La teoría establece que los bancos centrales modernos, entre los que se encuadra el Banco Central Europeo (BCE), son independientes. Pero la práctica es otra cosa, y ni siquiera la entidad presidida por Mario Draghi es ajena al ajetreo político con el que Europa afronta junio. El referéndum en el que Reino Unido decidirá su permanencia o su marcha de la Unión Europea (UE) y las elecciones generales en España marcan hasta tal punto la agenda que hasta el BCE, cuya juridiscción estricta es la monetaria y la bancaria, tiene vinculada la suya a los asuntos políticos. Es más, incluso en las últimas semanas ha alzado su voz para advertir del riesgo que, en su opinión, suponen los populismos en Europa, sin olvidar que el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, también han añadido una vertiente política a la institución monetaria con sus críticas a la 'superexpansiva' estrategia que Draghi está aplicando.

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