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Campos más verdes, embalses más llenos... y luz más barata: ¡que llueva, que llueva!
  1. Economía
crece la generación hidráulica y eólica

Campos más verdes, embalses más llenos... y luz más barata: ¡que llueva, que llueva!

El precio de la electricidad está bajando en España en la primera mitad de 2016. Y las causas hay que buscarlas en la mayor generación de las centrales eólicas e hidráulicas

"Agua de mayo, pan para todo el año", dice el refranero. Si está en lo cierto, la primera quincena del mes garantiza 'pan' de sobra para todo 2016. Y campos más verdes. Y embalses más llenos. Y electricidad más barata. Sí, las lluvias de las últimas semanas, combinadas con las que ya habían caído entre enero y abril y con el mayor viento que ha soplado igualmente en el arranque de este ejercicio, evidencian la sensibilidad de la factura eléctrica al viento, al agua y al sol. Cuanto más sopla el primero, cuanto más cae la segunda y cuanto más brilla el tercero, mejor para el medio ambiente... y para el denominado recibo de la luz -aunque la luz solo sea una parte de la electricidad que consumen los hogares-.

Transcurridos los primeros cuatro meses y medio del calendario, 2016 está siendo bien diferente a lo que fue 2015 -ver vídeo que protagoniza esta información-. El año pasado fue 'sucio' en España. Como las fuentes renovables flaquearon -no llovió tanto, ni sopló tanto viento, básicamente-, hubo que quemar más carbón y recurrir más a las centrales nucleares y a los ciclos combinados. Es decir, a energías que contaminan más y que encarecen la factura. En 2015, y según los datos de Red Eléctrica Española (REE), la generación de electricidad hidráulica cayó un 29% y la eólica, un 6%. Por el contrario, la de carbón subió un 23,4% y la de ciclo combinado creció un 18,4%.

En el conjunto del año, las renovables, que suponen aproximadamente el 50% de la potencia instalada, proporcionó menos del 40% de la electricidad. Es decir, estuvo muy por debajo del volumen que representa. Este reparto resultó clave en que el precio de la electricidad en el mercado mayorista se encareciera un 20% y que la factura eléctrica de un hogar medio subiera un 5%. "En el año 2015, las condiciones climatológicas incrementaron el precio del mercado de la electricidad, lo que tuvo un impacto negativo en la factura de los consumidores", reconoció en enero el Ministerio de Industria.

En 2015, las renovables generaron menos del 40% de la electricidad demandada en España; en los cuatro primeros meses de 2016 han proporcionado el 51,6%

Los datos de 2015 resaltan el contraste con lo que está ocurriendo en 2016. Está soplando mucho más viento -sobre todo en enero y febrero- y lloviendo mucho más. Como consecuencia, entre enero y abril la eólica ha sido la tecnología que más energía ha generado (un 26%, según estadísticas de REE), en tanto que la hidráulica ha sido la tercera (20,3%). Entre las dos, por tanto, han supuesto el 46,3%. Añadiendo la solar y otras renovables, las energías limpias han cubierto el 51,6% de las necesidad del sistema, por encima de su proporción y, sobre todo, muy por encima de los registros de 2015.

Esta realidad, además de hacer de 2016 un año más limpio -el dióxido de carbono (CO2) derivado del consumo eléctrico ha caído un 35% entre enero y abril-, abarata la factura eléctrica, porque la mayor aportación renovable contribuye de forma decisiva a reducir los costes de energía -uno de los dos principales componentes de la factura junto con los costes regulados y los impuestos-. Según los cálculos de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), la mayor contribución de las renovables propicia que el consumo acumulado por un hogar medio -tarifa PVPC y consumo anual de 3.500 kilovatios hora (kWh)- en los cuatro primeros meses de 2016 se haya abaratado un 22%, hasta los 154 euros.

Es lo que tienen la lluvia y el viento. Que limpian el ambiente y riegan los campos. Y que, ya de paso, ayudan a abaratar el recibo de la luz.

"Agua de mayo, pan para todo el año", dice el refranero. Si está en lo cierto, la primera quincena del mes garantiza 'pan' de sobra para todo 2016. Y campos más verdes. Y embalses más llenos. Y electricidad más barata. Sí, las lluvias de las últimas semanas, combinadas con las que ya habían caído entre enero y abril y con el mayor viento que ha soplado igualmente en el arranque de este ejercicio, evidencian la sensibilidad de la factura eléctrica al viento, al agua y al sol. Cuanto más sopla el primero, cuanto más cae la segunda y cuanto más brilla el tercero, mejor para el medio ambiente... y para el denominado recibo de la luz -aunque la luz solo sea una parte de la electricidad que consumen los hogares-.

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