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La CNMC da la patada a seguir a la economía colaborativa para apaciguar el cisma interno
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SEGUNDA CONSULTA PÚBLICA

La CNMC da la patada a seguir a la economía colaborativa para apaciguar el cisma interno

La CNMC ha apelado a la solución salomónica de una nueva consulta pública ante las fuertes divisiones internas que suscita la regulación de la economía colaborativa en España

Foto: José Marín Quemada, presidente de la CNMC, saluda al ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos. (EFE)
José Marín Quemada, presidente de la CNMC, saluda al ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos. (EFE)

Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo lo mejor es apelar al pueblo. Losdiez comisionadosque forman el pleno del consejo de laCNMCse muestran incapaces de alcanzar un pacto que sirva para otorgar carta de naturaleza ala economía colaborativa en España. El afán regulatorio de los consejeros más conservadores choca con la posición más liberal que encabeza el presidente de la entidad,José María Marín Quemada. La solución, de momento, pasa por dar la patada a seguir con una nueva consulta pública que permita ganar tiempo al tiempo y evitar un nuevo frente de batalla en la división interna que caracteriza desde el principio las actuaciones de la CNMC.

Los nuevos servicios y hábitos de consumo desarrollados a través de internet están generando serios problemas de esquizofrenia en el seno del organismo único de regulación. El ‘Supervisor mayor del Reino’ tiende a daruna de cal y otra de arenacada vez que se enfrenta a un debate interno sobre materias relacionadas con la llamada economía colaborativa. La disparidad de criterios ha provocado realmente unacierta involución en el planteamiento de entrada, establecido a mediados de 2014, cuando la CNMC valoró como“muy positivos”los efectos de este tipo de plataformas tecnológicas, afirmando su voluntad de“evitar cualquier tipo de regulación innecesaria o desproporcionada”.

El regulador único de los mercados y la competencia impugnó hace ahora un año la resolución delGobierno regional de Madridentonces presidido porIgnacio Gonzálezque prohibía alquilarviviendas para uso turísticopor menos de cinco días, lo que en la práctica hacía inviable este tipo de actividades obstaculizando de manera flagrante la libre competencia en el sector. De la misma manera la CNMC se opuso también a la norma delGobierno de Canariasque impedía alquilar viviendas en zonas de interés turístico. Estas resoluciones fueron respaldadas por la mayoría de los comisionados reunidos en el pleno del consejo.

Los servicios técnicos de la CNMC apuestan por desregular la economía colaborativa pero algunos consejeros tienen recelos y no están por la labor

El máximo órgano de gobierno de la CNMC se ha hecho notar más recientemente con su cruzada a favor de una liberalización más profunda del sector detransporte de viajeros. El pasado 21 de enero, la CNMC requirió alMinisterio de Fomentopara que elimine las restricciones que el nuevo Reglamento de la Ley de Ordenación de Transportes Terrestres impone en elmercado de alquiler de vehículos sin conductor. El regulador considera queel Gobierno está blindando el monopolio de los servicios de taxifrenando la innovación en el sector y advierte su intención de recurrir ante los tribunales contra la citada normativa si el Consejo de Ministros no tiene a bien atender sus reclamaciones.

Pocos días después, la CNMC sacaba pecho también anunciando que elTribunal Superior de Justicia de Andaluacía (TSJA)había admitido a trámite los recursos presentados en el mismo sentido contra lasordenanzas del taxi en Málaga y Córdoba. Todas estas resoluciones han provocado la inmediata reacción de laFederación Española del Taxi (Fedetaxi), que el pasado 18 de febrero convocó una manifestación de protesta en Madrid, secundada por miles de afectados, para protestar contra el organismo regulador. La autoridad de competencia encajó el golpe con silenciosa indiferencia pero empezó atentarse la ropa ante la repercusión socialde lo que parecía ser una defensa a ultranza de la economía colaborativa en España.

La práctica internacional del referéndum

La tensión llegó al pleno de la CNMC a finales del pasado mes cuando los equipos internos de la casa presentaron las conclusiones preliminares del estudio elaborado hace ahora casi dos años por laDirección de Promoción de la Competencia que encabeza Antonio Maudes. El informe es el primero que se realiza de manera abierta, incorporando los resultados de laprimera consulta pública efectuada en noviembre de 2014,por lo que debería servir para marcar la línea estratégica de actuación ante el fenómeno de la economía colaborativa, que no en balde está provocando unatransformación de la sociedad en su conjunto.

Los servicios técnicos de la CNMC apuntaron en su dictamen a la línea de flotación del problema que, a su entender, no es otra quedefender los intereses de los consumidorespor encima de cualquier otra consideración o interés particular. Con este criterio incluyeron una serie de recomendaciones orientadas básicamente aderribar las barrerasque impiden la utilización de las flamantes plataformas de colaboración económica. Los servicios técnicos de la CNMC entienden que no se pueden poner puertas al campo pero van incluso algo más allá y afirman quelos nuevos modelos aportan numerosas ventajas, entre las que se incluyen una mayor y más diferenciada oferta, precios más eficientes, calidad y fomento de la innovación.

La CNMC ha recibido 600 comentarios en menos de una semana desde que puso en marcha la fase de consulta pública, que terminará el 15 de abril

Los encargados de promover la competencia dentro del organismo regulador se las prometían muy felices y esperaban que las últimas decisiones colegiadas del consejo de la CNMC propiciaran un acuerdo de liberalización a ultranza en los dos grandes sectores de la economía colaborativa en España; los alojamientos turísticos y el transporte de viajeros.Fiasco y de los gordosporque el informe ha provocado unefecto contradictorio en el pleno de la Comisióndonde los vocales más afines a la vicepresidenta,María Fernández, han desenterrado el‘hacha de guerra’para criticar de nuevo la calidad interna de los servicios técnicos y descalificar las propuestas del informe.

Escaldado ante la amenaza de un nuevo enfrentamiento, Marín Quemada ha tenido que interceder con unamedida salomónica, basada en la experiencia internacional que aconseja la convalidación de este tipo de estudios mediante unaconsulta abierta a todos los agentes interesados. La práctica del ‘referéndum’ suele ser moneda de uso corriente y es utilizada de manera recurrente en países comoFrancia,AlemaniayHolanda. También en el mundo anglosajón es muy habitual el recurso a la consulta pública en materia de competencia, tal y como ha hechoReino Unidocon los informes previos sobre agentes inmobiliarios y seguros de protección de pagos. EnEstados UnidosyAustraliapublican también los resultados de sus informes con las aportaciones realizadas por los mercados de referencia.

El presidente de la CNMC ha encontrado, en definitiva, unavía alternativa para sofocar otro conflictoque se le viene encima y, lo más importante, ha evitado que las conclusiones del controvertido informe sean archivadas de manera definitiva en la papelera de reciclaje. Laconsulta pública, la segunda en este caso,está abierta hasta el próximo15 de abrily en solo una semana la CNMC ha recibido más de600 respuestas, en su mayor parte procedentes de consumidores y autónomos, aunque también han formulado comentarios las empresas, organismos de la Administración Pública y hasta miembros del Congreso. Con tamaña acogida es ahora mucho más complicado pasar página a la economía colaborativa. Otra cosa distinta es que el proyecto inicial de liberalización pueda ser materializado a plenitud, como deseaban los defensores de la ‘sagrada competencia’.

Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo lo mejor es apelar al pueblo. Losdiez comisionadosque forman el pleno del consejo de laCNMCse muestran incapaces de alcanzar un pacto que sirva para otorgar carta de naturaleza ala economía colaborativa en España. El afán regulatorio de los consejeros más conservadores choca con la posición más liberal que encabeza el presidente de la entidad,José María Marín Quemada. La solución, de momento, pasa por dar la patada a seguir con una nueva consulta pública que permita ganar tiempo al tiempo y evitar un nuevo frente de batalla en la división interna que caracteriza desde el principio las actuaciones de la CNMC.

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