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El Banco de España sitúa el paro estructural en el 18% y hunde el crecimiento potencial
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SECUELAS DE LA RECESIÓN

El Banco de España sitúa el paro estructural en el 18% y hunde el crecimiento potencial

La recuperación de la actividad no ha dejado atrás algunos de los problemas estructurales de la economía española. Lo pone de relieve un reciente estudio del Banco de España

Foto: Sede del Banco de España, en la Plaza de Cibeles en Madrid. (EFE)
Sede del Banco de España, en la Plaza de Cibeles en Madrid. (EFE)

Las cifras proceden del Banco de España. Y reflejan con nitidez cómo el descenso de la población afecta -y afectará- al crecimiento del producto interior bruto (PIB). Según el banco central, el potencial de crecimiento de la economía española se situará entre el 0,7% y el 1,1% entre 2016 y 2020. Es decir, muy por debajo del 3% registrado entre 1983 y 2007, que recoge dos ciclos económicos completos. Por lo tanto, se trata de un periodo muy representativo.

La diferencia entre ambos periodos tiene que ver con los avances en productividad, pero, sobre todo, con variables demográficas. En particular, por el descenso de la población. Justo lo contrario de lo que sucedió hasta el inicio de la crisis económica en 2007, cuando el aumento del potencial de crecimiento se debió al fuerte incremento de la población (principalmente inmigrante) y al consiguiente incremento de la tasa de participación laboral, así como a un intenso proceso inversor. Hasta el punto de que la formación bruta de capital fijo (las inversiones) llegó a representar el 31,3% del PIB inmediatamente antes de la crisis, un nivel de país subdesarrollado.

Ahora, y a partir de las estimaciones de Estadística, se recuerda que 2013 fue el primer año de la serie histórica en que la población española total cayó en tasa interanual -2010, en el caso del colectivo entre 15 y 64 años-, lo cual contrasta con la expansión demográfica registrada en el periodo previo a la crisis económica, con incrementos medios anuales de la población total en torno al 2% como resultado de los intensos flujos migratorios recibidos.

El informe del Banco de España lo firman los economistas Pilar Cuadrado y Enrique Moral-Benito, y estima que, a medio plazo, se producirá una recuperación del crecimiento del producto potencial de la economía española. Sin embargo, “se situaría en tasas significativamente más reducidas a las del ciclo expansivo anterior”. El estudio asume que la tasa de crecimiento tecnológico anual de la productividad total de los factores (PTF) en equilibrio es del 0,8%.

Como se sabe, la cuantificación del crecimiento potencial -que no es un dato observable con datos estadísticos sino que requiere una estimación- es una variable fundamental, toda vez que permite conocer la posición cíclica de una economía, y a partir de ahí conocer el componente estructural del déficit público o del desempleo. Lo que Milton Friedman denominó tasa natural de desempleo.

Y lo que estiman los autores del estudio es que el desempleo estructural de la economía española (el que no tiene en cuenta factores cíclicos), la llamada NAIRU (tasa de paro no aceleradora de inflación, por sus siglas en inglés), se sitúa “entre el 18% y el 19%”. Es decir, que si la tasa de desempleo baja de ese nivel, comienzan a manifestarse desequilibrios en precios. Se trata, en todo caso, de un nivel de paro natural o estructural sustancialmente superior al registrado en anteriores periodos recesivos, lo que pone de relieve las dificultades estructurales de la economía española para ensancharse y evitar estrangulamientos.

La Unión Europea (UE), de hecho, hace cada año sus estimaciones sobre el déficit estructural de todos los países miembros, y con ellas analiza la sostenibilidad de las cuentas públicas en función de la posición cíclica de una economía. Como reconocen los autores del estudio, en los periodos de auge se suelen ofrecer resultados que pudieran estar sobreestimando el producto potencial y, por el contrario, en los periodos de recesión lo habitual es reducirlo en exceso.

Aparato productivo

Su importancia, además, deriva del hecho de que el cálculo permite corregir los desequilibrios macroeconómicos. Si una economía está creciendo muy por encima de su potencial, es muy probable que esté recalentada y al final acabe la burbuja por estallar, como sucedió en 2008.

En sentido adverso, si está lejos de su potencial, es que no está aprovechando su aparato productivo -capital y trabajo- para aumentar la riqueza del país. Y según el Banco de España, este fenómeno seguirá pesando como una losa hasta 2017. Ese año, la diferencia entre el PIB observado y el potencial se situará en 0,4 puntos positivos. Pero es que todavía en 2016 habrá una diferencia de 1,2 puntos negativos, lo que refleja los problemas estructurales de la economía española.

En palabras del Banco de España, la crisis económica habría tenido un impacto negativo significativo sobre el 'output' potencial que se habría concretado, sobre todo, en un elevado incremento del paro estructural, una fuerte desaceleración en el crecimiento de la población, como consecuencia de la “pérdida de dinamismo del flujo de entrada de inmigrantes y la reducción de la aportación del 'stock' de capital derivada del impacto de la crisis sobre la inversión”.

Se trata de un fenómeno típico de las recesiones que se relaciona con el llamado 'output gap' o brecha de crecimiento. En 2007, año de fuerte crecimiento económico, el 'output gap' resultante llegó a situarse por encima del 5%, algo que refleja un “considerable recalentamiento”, como sostiene el Banco de España.

La parte positiva del informe es que a medio plazo el potencial de crecimiento en términos per cápita proyectan tasas similares a las del periodo 2001-2008, lo cual, sostienen, “refleja la importancia de los escenarios de población proyectados por el INE”. Es decir, que es el descenso de la población, fundamentalmente, lo que explica el deterioro del potencial.

Las cifras proceden del Banco de España. Y reflejan con nitidez cómo el descenso de la población afecta -y afectará- al crecimiento del producto interior bruto (PIB). Según el banco central, el potencial de crecimiento de la economía española se situará entre el 0,7% y el 1,1% entre 2016 y 2020. Es decir, muy por debajo del 3% registrado entre 1983 y 2007, que recoge dos ciclos económicos completos. Por lo tanto, se trata de un periodo muy representativo.

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