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Restaurantes vip de Madrid pasan de Ley Antitabaco pese a la ofensiva de Cifuentes
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LA COMUNIDAD HA RECIBIDO MÁS DE 900 DENUNCIAS

Restaurantes vip de Madrid pasan de Ley Antitabaco pese a la ofensiva de Cifuentes

Los 620 expedientes sancionadores de 2015 no preocupan a algunos de los locales más exclusivos de la capital. La élite se da cita en ellos para 'echarse un piti' en terrazas mal acondicionadas

Foto:  Un cliente fuma un puro en el interior de un céntrico restaurante en Madrid. (Enrique Villarino)
Un cliente fuma un puro en el interior de un céntrico restaurante en Madrid. (Enrique Villarino)

Son las cuatro de la tarde. Varios señores encorbatados salen de un restaurante ubicado en una de las zonas más exclusivas de Madrid, un punto de encuentro vip donde es posible encender un cigarro y disfrutar de menús con precios que oscilan entre 45 y 60 euros. Eso sí, en la terraza. “¿Una reserva para 20 fumadores? Os colocaríamos en los laterales para no molestar a los que cruzan el pasillo central; ahí no se puede fumar”, explica el dueño del establecimiento. No obstante, este periódico detecta a cuatro hombres con un puro en la mano justo en ese espacio en el que, supuestamente, el humo no es bienvenido.

Segundo local: nos suben a la última planta del restaurante para mostrar el pequeño reducto en el que sí se puede fumar “Aquí hay toldos y ventilación, así que no hay problema”. Al lado hay una sala cerrada y acristalada de grandes dimensiones en la que los puros no están permitidos. En teoría. En la práctica, tres mujeres de mediana edad miran por la ventana con un cigarro en la mano. “A estas horas no molestan a nadie; hay poquita gente”, justifica la responsable de hostelería. Y eso sin mencionar las condiciones de las terrazas 'al aire libre' con ceniceros a rebosar. ¿Cumplen la normativa?

La Ley Antitabaco de 2011 establece la prohibición de fumar en espacios públicos y fija las condiciones que deben cumplir las zonas reservadas a fumadores en el ámbito de la hostelería: “Se entiende por aire libre todo espacio no cubierto o que, estando cubierto, esté rodeado lateralmente por un máximo de dos paredes o muros”. Los expertos aseguran que el 50% del perímetro de la terraza debe estar abierto. “Cuando circula el aire, la contaminación interior es muy baja. El problema de las terrazas son sus paneles móviles: hay momentos en los que son legales y momentos en los que son ilegales”, explica Rodrigo Córdoba, miembro del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo.

Esta zona reservada a fumadores debe contar al menos con tres aberturas, pero no es el caso de los locales visitados por este diario. Las ventanas no están abiertas y tan solo hay una puerta de salida que, por supuesto, permanece cerrada a cal y canto en el frío mes de febrero. No hay respiradero a la vista ni corre el aire. Lo único que se respira -aparte de humo- es una innegable sensación de estar en el interior del restaurante.

Más de 900 denuncias de usuarios

La Comunidad de Madrid ha recibido unas 930 denuncias en la capital en los 11 primeros meses de 2015. El análisis del año no está cerrado pero las cifras provisionales impactan. La Consejería de Sanidad confirma a este diario que se han abierto 620 expedientes sancionadores contra locales del centro de Madrid por incumplir la Ley Antitabaco, bien sea por hallar fumadores en el interior o por descubrir terrazas que no se ajustan a la normativa. “Cualquier particular puede presentar una denuncia y mandamos a un inspector. También puede ser la Policía Municipal, que cuenta con la presunción de veracidad y abre directamente el expediente”, explica.

Las multas para los establecimientos que cometen infracciones leves oscilan entre 30 y 600 euros. Las graves conllevan sanciones de hasta 10.000 euros, mientras que las muy graves pueden alcanzar los 600.000 euros. FACUA puso en marcha una campaña para animar a los españoles a denunciar incumplimientos de la ley cuando se modificó en 2011, pero ahora admite que la presión ciudadana y mediática es mucho menor. “Fue un acicate para que se cumpliera la ley porque los hosteleros veían que había riesgo de denuncia. Como todo, al cabo del tiempo la gente y las administraciones se relajan en los controles”, señala el portavoz de esta organización de consumidores, Rubén Sánchez.

Las multas por saltarse la normativa oscilan entre los 30 y los 600.000 euros en función de la gravedad

FACUA también ha recibido quejas sobre locales que se saltan a la torera la normativa. “Nos encontramos con pequeños pubs donde dejan fumar a partir de las dos de la mañana para favorecer a los clientes fieles. Esto no es justo, ni legal ni ético. ¿Cuántas discotecas se inspeccionan de madrugada?”, plantea. Desde la Federación Española de Hostelería (FEHR), niegan percibir esa realidad. “El nivel de cumplimiento es muy alto. No existen problemas reales”, zanja su secretario general, Emilio Gallego.

El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo coincide con Gallego en este punto: el cumplimiento de la normativa está por encima del 95%. La ley ha propiciado una caída del 50% en las ventas de tabaco en los últimos cinco años, coincidiendo con la entrada en vigor de la normativa y los primeros coletazos de la crisis. La exposición de la población al humo se ha reducido un 57% y la contaminación interior en locales de ocio se ha desplomado un 90%.

Pero la vigilancia para que se cumpla la normativa varía demasiado entre comunidades autónomas, opina Córdoba. “Madrid no es de las mejores. Otras como Cataluña, Aragón o País Vasco tienen un nivel de inspecciones más alto”, sostiene. Este experto vincula la Ley Antitabaco a una menor mortalidad por infarto de miocardio y una mejor salud respiratoria para los trabajadores del sector de la hostelería.

La FEHR echa en falta espacios habilitados y reservados a los fumadores -como sí existen en otros países- para evitar conflictos de usos. La modificación de la ley se hizo en mal momento y de mala manera, a ojos de Gallego. “Una prohibición tan tajante y tan radical genera situaciones poco deseables. Hemos vuelto a los viejos tiempos en que la gente vuelve a esconderse en los baños para fumar”, lamenta.

Son las cuatro de la tarde. Varios señores encorbatados salen de un restaurante ubicado en una de las zonas más exclusivas de Madrid, un punto de encuentro vip donde es posible encender un cigarro y disfrutar de menús con precios que oscilan entre 45 y 60 euros. Eso sí, en la terraza. “¿Una reserva para 20 fumadores? Os colocaríamos en los laterales para no molestar a los que cruzan el pasillo central; ahí no se puede fumar”, explica el dueño del establecimiento. No obstante, este periódico detecta a cuatro hombres con un puro en la mano justo en ese espacio en el que, supuestamente, el humo no es bienvenido.

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