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El FMI eleva sus previsiones para España pero teme por la incertidumbre política
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En su informe 'Perspectivas Económicas Globales'

El FMI eleva sus previsiones para España pero teme por la incertidumbre política

Tras estas estimaciones, el FMI confirma a España como una de las grandes economías de la zona euro

Foto: Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional. (Reuters)
Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional. (Reuters)

La economía española tocó techo en 2015. Eso, al menos, es lo que estima el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en sus previsiones de invierno (de carácter preliminar antes de hacer públicas las de primavera) observa una progresiva desaceleración de la actividad, tanto en 2016 como en 2017, tras haber cerrado el año 2015 con un avance del PIB del 3,2% en media anual.

En concreto, el FMI prevé que el producto interior bruto crezca un 2,7% este año y un 2,3% en 2017, en cualquier caso, por encima del 2,1% que se estima para el conjunto de las economías avanzadas. Eso supone una ligera revisión al alza para el caso español (de una y dos décimas), pero hay que tener en cuenta que es consecuencia de que los economistas del FMI hicieron hace un año unas previsiones anormalmente bajas que se alejaron del consenso de todos los institutos de coyuntura. Ahora, las nuevas estimaciones son coherentes con lo que estiman los servicios de estudio que tienen mejor información sobre España.

FMI preocupado por la incertidumbre política

El perfil descendente del crecimiento español ­tras seis años en recesión­ tiene que ver con el pobre comportamiento de las economías de la zona del euro. El FMI prevé un crecimiento de apenas el 1,7% tanto para este año como para 2017, y no hay que olvidar que prácticamente las dos terceras partes de las exportaciones españoles se dirigen hacia la eurozona.

El FMI recomendó buscar una “pronta resolución" a la situación de incertidumbre política en España para asentar el crecimiento económico del país. En conferencia de prensa en Londres, el economista jefe y director del departamento de Investigación del FMI, Maurice Obstfeld, alabó las reformas aplicadas, pero alertó de que la inestabilidad política "podría afectar" a la evolución de la economía. "Una pronta resolución de la incertidumbre política sería positiva para España", afirmó Obstfeld.

El pobre comportamiento de las economías avanzadas se produce, sin embargo, en un contexto de costes extraordinariamente positivo. Tanto los tipos de interés como el precio del petróleo se encuentran en niveles históricamente bajos, lo que favorece en especial a economías como la española, muy dependiente de ambos factores. Tanto por el elevado endeudamiento de la economía (un 305,2% del PIB contando el sector público y el privado) como por el crudo, toda vez que el 80% del consumo energético tiene que ver con los hidrocarburos.

En palabras del FMI, se prevé que las economías avanzadas continúen recuperándose “de forma moderada y desigual”, y que las brechas de sus productos sigan reduciéndose paulatinamente. Por el contrario, el panorama para las economías de mercados emergentes y en desarrollo es variado, pero en muchos casos plantea riesgos. Para el conjunto del planeta, el FMI cree que el crecimiento mundial será del 3,4% en 2016 y del 3,6% en 2017. Globalmente, las proyecciones de crecimiento mundial han sufrido una revisión a la baja de 0,2 puntos porcentuales, tanto en 2016 como en 2017.

La desaceleración y el reequilibrio de la economía china, la caída de los precios de las materias primas y las tensiones a las que se encuentran sometidas algunas de las principales economías de mercados emergentes continuarán lastrando, sostiene el Fondo Monetario, las perspectivas de crecimiento en 2016 y 2017. El repunte del crecimiento proyectado para los próximos dos años, ­a pesar de la desaceleración que está sufriendo China,­ refleja principalmente un pronóstico de mejora gradual de las tasas de crecimiento de los países que están experimentando tensiones económicas (especialmente, Brasil, Rusia y algunos países de Oriente Medio), aunque incluso esta recuperación parcial proyectada “podría verse frustrada por nuevos 'shocks' económicos o políticos”.

Sobre China, que es uno de los factores de riesgo que más preocupan, el FMI asegura que está evolucionando según lo previsto, “aunque las importaciones y las exportaciones se están enfriando con más rapidez que la esperada”, en parte como consecuencia de la contracción de la inversión y de la actividad manufacturera. Esta situación, sumada a las inquietudes del mercado en torno al futuro desempeño de la economía china, está creando “efectos de contagio a otras economías a través de los canales comerciales y de la caída de los precios de las materias primas”, así como mediante una menor confianza y un recrudecimiento de la volatilidad en los mercados financieros.

El FMI prevé que el PIB crecerá un 2,7% este año y un 2,3% en 2017, por encima del 2,1% que se estima para el conjunto de las economías avanzadas

El FMI prevé que el crecimiento en China disminuya hasta el 6,3% en 2016 y el 6% en 2017, más que nada debido a un crecimiento más bajo de la inversión a medida que la economía continúa reequilibrándose.

En relación a América Latina, la proyección actual apunta a que el PIB agregado de la región se contraerá también en 2016, aunque a una tasa más baja que en 2015, a pesar del crecimiento positivo en la mayoría de los países. Esto refleja, asegura el FMI, la recesión de Brasil y otros países en dificultades económicas. La recesión brasileña está siendo más intensa de lo esperado.

Los principales riesgos que observa el FMI vienen de tres factores. Por un lado, de los efectos adversos en los balances de las empresas y dificultades de financiación relacionadas con una nueva apreciación potencial del dólar, así como de condiciones financieras mundiales más restrictivas a medida que Estados Unidos retire su política monetaria “extraordinariamente acomodaticia”.

En segundo lugar, un estallido de la aversión mundial al riesgo, cualquiera sea su causa, que profundice las depreciaciones y genere tensiones financieras en las economías de mercados emergentes vulnerables. Y, en tercer lugar, una escalada de las tensiones geopolíticas en una serie de regiones que afecten a la confianza y trastornen los flujos internacionales comerciales, financieros y turísticos.

Por último, prevé que el crecimiento en Japón también se afiance en 2016 a causa del respaldo fiscal, la caída de los precios del petróleo, las condiciones financieras acomodaticias y el aumento de los ingresos.

La economía española tocó techo en 2015. Eso, al menos, es lo que estima el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en sus previsiones de invierno (de carácter preliminar antes de hacer públicas las de primavera) observa una progresiva desaceleración de la actividad, tanto en 2016 como en 2017, tras haber cerrado el año 2015 con un avance del PIB del 3,2% en media anual.

Fondo Monetario Internacional (FMI)
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