Y el premio para el estímulo económico del año 2015 es para... ¡el petróleo!

Meter más dinero en el bolsillo de la gente y las empresas. Es lo que persiguen -y no siempre consiguen ni tienen garantizado- los bancos centrales. En cambio, es lo que consigue, y de forma mucho más directa, el petróleo con la persistente caída que está protagonizando desde junio de 2014. En un mundo necesitado de vitaminas para recomponer su salud económica, el abaratamiento de crudo se ha convertido en un auténtico regalo para reactivar el crecimiento.

En junio del año pasado, el barril Brent, de referencia en Europa, llegó a tocar los 115 dólares. Desde entonces, se adentró en un vertiginoso descenso que se mantiene hasta la actualidad. Cerró 2014 en los 57 dólares y esta semana se ha precipitado incluso por debajo de los 38 dólares, algo que no se veía desde finales de 2008. Es decir, desde el colapso financiero y económico que siguió a la quiebra de Lehman Brothers.

Este precio concuerda con un mercado sobradamente abastecido. Las cifras de organismos como la Agencia Internacional de Energía (AIE) o la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) reflejan que cada día sobran entre 1,5 y 2 millones de barriles al día (mb/d). Es decir, hay un exceso de crudo, de ahí la persistente presión bajista sobre los precios.

En junio del año pasado, el barril Brent llegó a tocar los 115 dólares. Desde entonces, se adentró en un vertiginoso descenso que se mantiene hasta hoy

Este panorama arroja consecuencias diversas. Para los países productores de petróleo supone una complicación, porque ven cómo merman sus ingresos. Sin embargo, para los países consumidores de crudo representa un poderoso estímulo que actúa como viento de cola para su crecimiento.

Según recoge Bloomberg, desde Société Générale calculan que este descenso se ha traducido en una aportación de 2 puntos porcentuales en el crecimiento de la economía mundial en los dos últimos años. En el caso español, la influencia es aún más notable dada la elevada dependencia energética. Dos datos lo ilustran: en todo 2014, la producción propia de crudo de España se limitó a 2,2 millones de barriles, cuando nuestro país compra cada día en torno a 1,5 millones de barriles, para un total anual que ronda los 500 millones de barriles. Dadas estas cifras, el descenso del petróleo puede suponer un 'chute' de entre 15.000 y 20.000 millones de euros para la economía española solo en 2015.

Eso, desde el punto de vista más macroeconómico. Pero desde el punto de vista de los hogares también supone un alivio. Aunque el descenso de la cotización del crudo no se traslada en la misma proporción ni de forma automática al precio de los combustibles, sí propicia el descenso de los precios. Actualmente, el litro de gasolina sin plomo 95 oscila en torno a los 1,15 euros y el del diésel ya se encuentra en torno al euro por litro. Es decir, con 50 euros se pueden comprar ahora en torno a 43,5 litros de gasolina y unos 49 litros de diésel. Por tanto, cunden más que hace un año, cuando daban para 40 litros de gasolina y 42 de diésel.