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China comienza a pasar factura a España: el PIB creció menos en el tercer trimestre
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EL BANCO DE ESPAÑA ESTIMA UN 0,8%, FRENTE AL 1% ANTERIOR

China comienza a pasar factura a España: el PIB creció menos en el tercer trimestre

El banco central, sin embargo, mantiene que 2015 (media anual) se cerrará con un crecimiento estimado del Producto Interior Bruto del 3,1%, mientras que en 2016 la ralentización será mayor

Foto: El gobernador del Banco de España, Luis María Linde (Efe)
El gobernador del Banco de España, Luis María Linde (Efe)

El crecimiento económico se frena. Esto es lo que estima el Banco de España, que en su último informe sobre la economía española considera que el PIB ha avanzado un 0,8% en el tercer trimestre del año, por debajo del 1% que se registró en el trimestre precedente. El banco central, sin embargo, mantiene que 2015 (media anual) se cerrará con un crecimiento estimado del Producto Interior Bruto del 3,1%, mientras que en 2016 la ralentización será mayor. El Banco de España prevé un avance del 2,7%.

Este perfil descendente -para un país que todavía tiene una tasa de desempleo superior al 20%- es fruto, fundamentalmente, del deterioro del sector exterior. En particular, debido al frenazo a las exportaciones que se producirá en los próximos trimestres como consecuencia del debilitamiento de la economías emergentes. Principalmente, China. Esto quiere decir que el crecimiento económico, en el caso de España, dependerá fundamentalmente de la demanda interna (consumo público, privado e inversiones).

En palabras del banco central, el previsible debilitamiento de nuestros mercados de exportación en el horizonte de proyección “se verá compensado por el nivel más reducido de los precios del petróleo y de las materias primas, la prolongación de la mejoría de las condiciones de financiación y las nuevas medidas de política fiscal”. Es decir, la rebaja de impuestos.

Por ahora, sostiene el Banco de España, el gasto de los hogares en bienes y servicios de consumo “habría mantenido un tono expansivo en el tercer trimestre del año”, aunque su avance habría sido algo menos intenso que en el trimestre anterior. En concreto, la tasa de crecimiento intertrimestral se cifra en el 0,9%, una décima menos que en el segundo trimestre. Entre los indicadores cualitativos, el indicador de confianza de los consumidores interrumpió, en el promedio de julio y agosto, la trayectoria ascendente que venía mostrando, acusando el empeoramiento de las perspectivas futuras “acerca del desempleo y de la evolución económica general”.

En el ámbito interno, el principal riesgo que observa el banco central es “la posible incidencia de la incertidumbre acerca del curso de las políticas económicas a medio plazo sobre las decisiones de gasto de los agentes”. Por lo tanto, el riesgo es político.

El Banco de España, igualmente, reconoce que el “grado de incertidumbre” en torno a estas proyecciones “se ha ampliado y los riesgos de desviación a la baja se han acentuado”, debido al deterioro de las perspectivas de crecimiento mundial. Y en este sentido, recuerda que los meses de verano se caracterizaron por un empeoramiento significativo de las perspectivas acerca de la evolución de algunas economías emergentes (lo que se ha traducido en una sustancial revisión a la baja de los ritmos de crecimiento esperados de la demanda de exportaciones españolas con origen en estos mercados).

El conjunto de estos efectos sitúa el crecimiento del PIB, como ya se ha dicho, en tasas medias del 3,1% y del 2,7% para 2015 y 2016, respectivamente, cifras iguales a las de la actualización de junio.

Los economistas del BdE admiten, sin embargo, que estas proyecciones comportan una revisión a la baja de 0,4 puntos porcentuales en la aportación prevista del saldo neto exterior en cada uno de los dos años, compensada por otra de la misma magnitud y signo opuesto en la contribución de la demanda nacional.

Además, sostiene el regulador, el gasto de los hogares en bienes y servicios de consumo seguirá viéndose impulsado por el impacto expansivo sobre la renta disponible de la caída del precio del petróleo, la reducción de la imposición directa y la devolución de la paga extra a los empleados públicos, así como por la materialización de algunas decisiones de gasto que los agentes habían pospuesto durante la crisis. Con todo ello, se espera que el consumo privado crezca un 3,5% este año, desacelerándose hasta el 2,9% en 2016.

Y es que los riesgos van en aumento debido fundamentalmente a factores de naturaleza externa. “Ha aumentado”, dice el Banco de España, la probabilidad de que “algunas de las principales economías emergentes, entre las que destaca singularmente China, experimenten una desaceleración más acusada”.

El crecimiento económico se frena. Esto es lo que estima el Banco de España, que en su último informe sobre la economía española considera que el PIB ha avanzado un 0,8% en el tercer trimestre del año, por debajo del 1% que se registró en el trimestre precedente. El banco central, sin embargo, mantiene que 2015 (media anual) se cerrará con un crecimiento estimado del Producto Interior Bruto del 3,1%, mientras que en 2016 la ralentización será mayor. El Banco de España prevé un avance del 2,7%.

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