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Veintitrés palabras tuyas bastarán para sanarme: así salvó Draghi al euro y a España
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tercer aniversario de un discurso histórico

Veintitrés palabras tuyas bastarán para sanarme: así salvó Draghi al euro y a España

Fue tan histórico, que aquel mensaje se ha convertido en la sombra del presidente del BCE. Hace tres años, se comprometió a "hacer lo que sea necesario" para salvar al euro. Y en ello sigue

Son tan históricas que parece que se dijeron hace siglos. Pero no. Se escucharon hace apenas tres años, el 26 de julio de 2012. Dicen así: "Dentro de nuestro mandato, el Banco Central Europeo (BCE) está preparado para hacer lo que sea necesario para salvar al euro. Y créanme, será suficiente". Las pronunció el que más manda en el BCE desde noviembre de 2011, Mario Draghi. Para más señas, las manifestó en Londres, donde al euro siempre se le ha mirado con recelo. Y las citó cuando daba la sensación de que la divisa europea se iba romper en mil pedazos. Por eso son tan históricas, por eso van camino de ser grabadas a fuego en el corazón de la Eurozona, por eso son muchos los que las recitan de memoria. Porque esas palabras, junto con las medidas que las acompañaron, reforzaron las maltrechas costuras de la moneda única. Es decir, la salvaron, de ahí que desde entonces se haya convertido en el auténtico patrón del euro.

Pero no solo eso. Salvar al euro implicaba al mismo tiempo salvar al país que más estaba contra las cuerdas en ese momento. Y no era otro que España. Aunque Grecia, Irlanda y Portugal ya habían sido rescatados, el caso español era distinto. Con un Producto Interior Bruto (PIB) de un billón de euros -que casi duplicaba al de esos tres países justo a finales de 2011- y siendo la cuarta mayor economía de la Eurozona, un rescate del volumen del que hubiera necesitado España hubiera sido inasumible y si España caía, el euro seguiría el mismo camino irremediablemente.

Por eso no fue casual que Draghi hablara justo en ese momento. Porque apenas 24 horas antes, el rendimiento del bono español a 10 años se acercó al 8% y la prima de riesgo, que mide la diferencia entre esa rentabilidad y la del bono alemán, tocó los 650 puntos básicos. No se veía nada igual desde los tiempos de la peseta. Y si se volvía a esa época, ¿qué sentido tenía el euro?

“El euro es irreversible“, proclamó Draghi en 2012. Tres años después, la crisis griega ha vuelto a poner este principio contra las cuerdas

Consciente de que esta pregunta iba ganando terreno y que eso ponía en riesgo el porvenir del euro, Draghi habló. Y no solo pronunció esas 23 palabras mágicas -en el orginal en inglés son 23 palabras-, sino que también defendió dos ideas más. La primera: "El euro es irreversible". Y la segunda: "El tamaño de las primas de riesgo soberanas daña el funcionamiento del canal de transmisión de la política monetaria, con lo que entran dentro de nuestro mandato".

Fue así, con estos dos mensajes y con el compromiso de "hacer lo que sea necesario", como Draghi empezó a levantar el muro de contención para defender al euro y a los europaíses. Y lo logró, porque desde entonces, los rendimientos de los bonos y las primas no han dejado de bajar. Actualmente, el interés del bono español se limita al 1,9% y la prima de riesgo camina entre los 100 y los 125 puntos básicos.

No bastó, claro está, con las palabras. El banquero italiano las ha acompañado con hechos. Del laboratorio del BCE han salido en los tres últimos años distintas medidas sin precedentes, que han dado lugar a una auténtica sopa de letras monetaria (OMT, TLTRO, QE... ver vídeo que encabeza la información) siempre con una doble intención: estimular el crecimiento y reforzar los cimientos del euro.

El banquero italiano también debe defender la credibilidad e independencia del BCE y evitar nuevos desequilibrios financieros

Pero aunque Draghi, preso precisamente de esas palabras de julio de 2012, ha cumplido su palabra, al mismo tiempo ha ido asumiendo unos riesgos crecientes en cada una de esas medidas. Principalmente tres. El primero, sacar al BCE de su territorio -la política monetaria- para meterlo en uno que tiene prohibido -la política fiscal-. El segundo, desincentivar que los políticos hagan su trabajo, porque ya está Draghi para sacarles las castañas del fuego. Y el tercero, alimentar nuevos excesos y desequilibrios en los mercados -sobre todo, el de deuda pública- con el dinero abundante y barato que está bombeando el BCE.

El banquero italiano no es ajeno a estos riesgos. Y sabe que esas palabras de 2012 siempre le perseguirán y siempre le exigirán que actúe, como se acaba de demostrar con Grecia, que para eso se erigió en el patrón del euro. Pero, en paralelo, también debe defender la credibilidad e independencia del BCE y evitar nuevos desequilibrios financieros. Sin embargo, entiende que hay que ir por partes. Y que lo prioritario estos años ha sido -y sigue siendo- poner el euro a salvo. A su juicio, el porvenir de la moneda única bien vale asumir esos riesgos. Palabra de Draghi.

Son tan históricas que parece que se dijeron hace siglos. Pero no. Se escucharon hace apenas tres años, el 26 de julio de 2012. Dicen así: "Dentro de nuestro mandato, el Banco Central Europeo (BCE) está preparado para hacer lo que sea necesario para salvar al euro. Y créanme, será suficiente". Las pronunció el que más manda en el BCE desde noviembre de 2011, Mario Draghi. Para más señas, las manifestó en Londres, donde al euro siempre se le ha mirado con recelo. Y las citó cuando daba la sensación de que la divisa europea se iba romper en mil pedazos. Por eso son tan históricas, por eso van camino de ser grabadas a fuego en el corazón de la Eurozona, por eso son muchos los que las recitan de memoria. Porque esas palabras, junto con las medidas que las acompañaron, reforzaron las maltrechas costuras de la moneda única. Es decir, la salvaron, de ahí que desde entonces se haya convertido en el auténtico patrón del euro.

Mario Draghi Banco Central Europeo (BCE) Euro
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