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Merkel ningunea a Rajoy para confiar a los 'halcones' la custodia del Eurogrupo
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MONCLOA CULPA AL PSOE DEL FRACASO

Merkel ningunea a Rajoy para confiar a los 'halcones' la custodia del Eurogrupo

La batalla por la presidencia del Eurogrupo esconde otras dos más importantes. La vigilancia del euro por parte del núcleo duro de la moneda única y la rebelión de los pequeños países contra los grandes

Foto: La canciller Angela Merkel y el presidente del Gobierno Mariano Rajoy. (Reuters)
La canciller Angela Merkel y el presidente del Gobierno Mariano Rajoy. (Reuters)

El ‘calvinista’ Dijsselbloem, como no hace mucho tiempo lo denominaba en privado un miembro del Gobierno español, ha vencido. Seguirá al frente del Eurogrupo, al menos, otros dos años y medio. Pero lo que es todavía más relevante. Detrás de su reelección hay, en realidad, un fortalecimiento del núcleo duro del euro.

Es decir, los países del centro y norte de Europa seguirán manejando los designios de la moneda única sin haberse dejado ‘impresionar’, como pretendía el Gobierno de Rajoy, por los resultados macroeconómicos de España. El político holandés –su país es triple A en la calificación de las agencias de rating–fue elegido por unanimidad entre los 19, lo que sugiere que ni siquiera España quiso llevar hasta sus últimas consecuencia la votación y decidió respaldar la reelección. En una primera votación, según aseguraronfuentes de Moncloa, el resultado fue de 10 votos a 9 a favor del político holandés. Pero posteriormente se optó por presentar la elección en términos unitarios. Este extremo no ha sido confirmado. Y, de hecho, hay quien asegura que ya en la primera votación ganó de forma holgada el político holandés.

El socialdemócrata Dijsslbloem (49 años), sin embargo, no es calvinista. Pertenece a la influyente comunidad católica de Holanda, y su nombramiento parece coherente no sólo con su posición de ‘halcón’ en cuestiones presupuestarias, sino también con el hecho de que la UE decidiera en su día apartar a las grandes naciones de los puestos claves de la Unión Europea.

De esta manera, el eje Alemania-Francia tiene mayor margen de maniobra para actuar, como se vio en la madrugada del lunes durante las angustiosas negociaciones con Tsipras, el primer ministro griego. El bajo perfil político de la nomenclatura de Bruselas es un balón de oxígeno para Merkel y Hollande, que tienen su propia posición en las cuestiones más delicadas, como la crisis griega.

¿Qué significa esto? Pues que España, de esta forma, ve mermada un poco más su posición en el sistema de representación en la Unión Europea y sus instituciones. Está ausente del Comité Ejecutivo del BCE (un hecho verdaderamente extraordinario tratándose de la cuarta economía de la Eurozona) y la única cartera que posee en Bruselas, la de Energía, tiene escaso peso político.

Déficit de representación

Miguel Arias Cañete no tiene perfil alguno dentro del organigrama de Bruselas. Un déficit de representación que puede explicar que el presidente del Gobierno haya movilizado desde hace más de un año a toda la diplomacia española con un solo objetivo: que Luis de Guindos fuera presidente del Eurogrupo para capitalizarlo políticamente. No lo ha logrado.

Sin duda, porque el juego de intereses en Bruselas no entiende demasiado de cifras macroeconómicas. Entre otras cosas porque en esta votación cada ministro vale un voto, independientemente del hecho que represente a Luxemburgo, a Grecia o a Alemania.El holandés Jeroen Dijsslboem, por lo tanto, continuará al frente de Eurogrupo, aunque a tiempo parcial, ya que seguirá siendo ministro de Economía de su país.

El recuento que hizo el Ejecutivo español hace un par de años (cuando aseguró que el ministro de Economía tenía ya los votos suficientes para presidir el Eurogrupo) ya no ha servido. En aquella votación (enero de 2013) España no presentó candidato, pero en un gesto que tuvo que ver poco con la diplomacia palaciega que reina en Bruselas, votó en contra de Dijsselbloem (fue el único Gobierno que lo hizo).

Ahora, ni siquiera con el apoyo sobre el papel de Alemania la diplomacia española ha logrado su objetivo.

Detrás de la derrota de De Guindos se encuentra, igualmente, una alianza de países pequeños (que incluye a Grecia, con quien España ha mantenido una línea muy dura, Malta, Austria o la República Checa) que ha contado con un hombre clave. Se trata del austriacoThomas Wieser,aunque nacido en EEUU, que ejerce como presidente del Grupo de Trabajo del Eurogrupo, y que en realidad, desde 2012, es el 'cerebro' del funcionamiento de la máquina del euro en términos administrativos. Por lo tanto, de la 'cocina'. Y Wieser ha tenido trabajo a destajo en los últimos meses con innumerables reuniones del Eurogrupo, que han permitido dar un perfil público que no tenía a Dijsselbloem, muy criticado durante los tiempos del ‘corralito’ en Chipre por su inexperiencia.

Codo con codo

Wieser (que acumula un segundo mandato) es socialdemócrata y anteriormente ocupó puestos de relevancia en el Ministerio de Economía de Austria. Ha trabajado en los últimos añoscodo con codocon Dijsselbloem. Y, lo que es más importante, forma parte de ese grupo de países que quiere alejar a las grandes potencias (ya suficientemente representadas en otras instituciones) de los grupos de poder.

Moncloa reconoció ayer que la votaciónhabía sido realizada “en clave ideológica y no en atención al perfil de los candidatos o a su país de proveniencia”. Los Gobiernos socialdemócratas y de izquierda, según el Gobierno, constituyen en este momento una mayoría numérica en el Eurogrupo. Pero esta realidad se conocía antes de la votación y Rajoy decidió seguir adelante con la candidatura.

Según esas fuentes, el PSOE “no ha tenido el más mínimo sentido de Estado” y no se ha movilizado en favor de De Guindos, que en los últimos tiempos ha mantenido una posición muy suave respecto de Grecia para ganarse el apoyo de los Gobiernos socialdemócratas.

El escaso nivel de representación de España en puestos clave no se puede, sin embargo, generalizar. Un reciente trabajo del influyente InstitutoBruegel, con sede en Bruselas, ponía de manifiesto que el peso de España en las instituciones es coherente con su peso económico, aunque no en los niveles más elevados.

Según ese estudio, Alemania tiene el mayor número de puestos considerados ‘altos’ en comparación con las otras naciones.En la Comisión Europea, los ciudadanos alemanes representan el 16% a nivel de jefes de gabinete (un puesto clave), mientras que esa proporción baja hasta el 11,6% en el caso de las direcciones generales.En el Parlamento, el 18% de presidentes de Comisión son alemanes, al igual que el 20% de los coordinadores de los comités elegidos por los grupos parlamentarios.

El dominio de Alemania no ha sido siempre así.A principios de 2009, Francia era el líder indiscutible en instituciones con sede en Bruselas, pero ha perdido en los últimos años y ahora tiene menos puestos que España, que cuenta con menor población.

El ‘calvinista’ Dijsselbloem, como no hace mucho tiempo lo denominaba en privado un miembro del Gobierno español, ha vencido. Seguirá al frente del Eurogrupo, al menos, otros dos años y medio. Pero lo que es todavía más relevante. Detrás de su reelección hay, en realidad, un fortalecimiento del núcleo duro del euro.

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