Hacienda se guardó un as en la manga para bajar los impuestos desde la nómina de julio

Laanticipaciónde la rebaja de los impuestos anunciadapor Mariano Rajoy (que supone un adelanto en casi medio año respecto del calendario previsto) tiene una explicación.

El recorte que entró en vigor el 1 de enero está teniendo un efecto menor de lo calculado inicialmente en la nómina de los trabajadores. O lo que es lo mismo, el Gobierno estimaba una rebaja media en el IRPF del 12,5% para 20 millones de trabajadores, lo que suponía poner en el bolsillo de los contribuyentes 4.500 millones de euros para este año y una cantidad similar para el próximo (incluyendo todos los impuestos). Además, y esto también tenía efectos sobre la recaudación, se elevaron los umbrales de retención. Es decir, la cuantía a partir de la cual debe empezar a practicarse la retención, lo cual, lógicamente, debería haber afectado a los ingresos de forma significativa.

La realidad, sin embargo, está siendo muy distinta. La reducción del Impuesto sobre la Renta desde el punto de vista de la recaudación está siendo muy limitada. Hasta el punto de que los ingresos por IRPF apenas han descendido un 0,2% en los cinco primeros meses de este año (en los que ya se ha aplicado la bajada de impuestos) respecto del mismo periodo de tiempo del año anterior. Y esto se debe, fundamentalmente, al descenso de las retenciones por arrendamientos (-3,9%) y ganancias de capital (-15,5%).

En el resto de partidas, los ingresos por retenciones, inclusolejos de bajar, han seguido creciendo pese al recorte de los tipos impositivos. Un 1,6% de aumento de los ingresos en el caso de las retenciones del trabajo o por actividades profesionales.

El último informe sobre recaudación tributaria lo pone negro sobre blanco. En los cinco primeros meses de este año, el coste global de la reforma fiscal se estima en 1.583 millones. De esta cantidad, 1.199 millones tienen que ver con la evolución del IRPF (sobre todo en retenciones del trabajo: 1.060 millones), 367 millones en el Impuesto sobre Sociedades (pagos fraccionados y rentas del capital) y 17 millones en el Impuesto sobre la Renta de No Residentes.

En el caso de las retenciones del trabajo, cerca del 70% del impacto corresponde a la rebaja del tipo en los salarios, algo menos del 25% a la menor tributación de las pensiones y el resto a los menores tipos en prestaciones por desempleo y, sobre todo, a la bajada de dos puntos en el tipo que grava los rendimientos de actividades profesionales.Es decir, en total algo más de 1.500 millones durante los cinco primeros meses del año, cuando lo previsto para el conjunto del ejercicio era de 4.500 millones.

El hecho de que las retenciones no hayan ido tan lejos como lo que podría desprenderse del recorte fiscalno significa que no hayan bajado los impuestos en la cuantía prevista. Lo que ha ocurrido es que en 2016, cuando se liquide el IRPF de 2015, saldrán más declaraciones a devolver [vea la tabla de retenciones].Hacienda, gracias a esa estrategia, ha logrado disponer deun colchón de seguridadque le ha servido para protegerse en caso de que la recaudación hubiera ido peor de lo inicialmenteprevisto. Algo que no ha sucedido, lo que explica el margen de maniobra actual del Ejecutivo.

El sueldo más frecuente

En el ejemplo que puso en su día Hacienda, con la anterior ley del IRPF, un trabajador sin hijos con rentas de 20.000 euros brutos al año hubiera sufrido hasta el 31 de diciembre de 2014 una retención del 14% en su nómina mensual. Pero desde enero de 2015 se le tendría que haber aplicado una retención del 12,25%. Es decir, 350 euros menos al año. Por lo tanto, un ahorro de un 12,5% respecto del año anterior. Este sueldo se sitúa, precisamente, muy cerca del más frecuente en España. Por lo tanto, un recorte importante que habría tenido efectos significativos sobre la recaudación.

Las tasas de variación de los ingresos, en todo caso, están sesgadas al alza debido al aumento del empleo, y por lo tanto del número de declarantes, que está siendo superior a lo previsto inicialmente por el Gobierno. El número de cotizantes a la Seguridad Social está creciendo a un ritmo anual del 3,5%, lo que afecta de forma positiva a la recaudación. También, en menor medida, a la devolución parcial (un 25%) de la paga extra de los empleados públicos, lo que sesga al alza los ingresos.

Aun así, la diferencia entre el -12,5% que preveía el Gobierno en diciembre del año pasado (poco antes de la entrada en vigor de la norma) y el descenso de los ingresos reales,un 0,2% (vía retenciones), no parece que tenga que ver únicamente con la evolución del empleo. Más bien con el diseño de la tarifa del IRPF, que es la que aplican las empresas a la hora de retener a sus trabajadores. Hacienda, en este sentido, diseñó una tabla de retenciones que suavizaba la factura fiscal.

Con el nuevo IRPF que entró en vigor el pasado 1 de enero, las retenciones por actividades profesionales y actividades económicas bajaron del 21% al 19%, y en 2016 se habrían reducido hasta el 18%. Ahora, y aunque el presidente Rajoy no dio ayer detalles, deberían bajar ya en 2015. Rajoy se limitó a adelantar que ya en la nómina de julio se notará la reducción de impuestos. Ello supondrá, aseguró, “un ingreso adicional para los contribuyentes de 1.500 millones de euros ese año”.

El margen de presupuestario, en todo caso, es amplio. El secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, adelantó recientemente que los ingresos por IVA estaban creciendo a un ritmo del 8%, un porcentaje que llega al 25% en el caso de los pagos fraccionados de las empresas.

La rebaja de impuestos que entró en vigor el pasado 1 de enero incorporó un nuevo tipo del 15% para profesionales con menores importes de rendimientos íntegros (15.000 euros anuales). Pero ayer Rajoyanunció que el Gobierno extenderá el tipo de rendimiento del 15% a “todos los profesionales”, y no sólo a quienes ingresaran menos de 15.000 euros. “Con ello se mejorará la liquidez y la capacidad de inversión de los contribuyentes por actividades profesionales”,recalcó.