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El ruido político y las reformas pendientes impiden que la prima baje de los 100 puntos
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la brecha no era tan alta desde febrero

El ruido político y las reformas pendientes impiden que la prima baje de los 100 puntos

Draghi ayuda lo suyo, pero no lo puede hacer todo. España debe poner más carne en el asador para que el diferencial con la deuda alemana prolongue su estrechamiento

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy

Febrero de 2008. El ministro de Economía, Pedro Solbes, debate en televisión con Manuel Pizarro, el fichaje estrella de Mariano Rajoy para cubrir el flanco económico en la campaña electoral de ese año. En el transcurso del debate, un momento que la historia ha tornado revelador. "Mire usted, cuando ustedes llegaron al Gobierno la diferencia de riesgo entre lo que era el bono español y el bono alemán, lo que perciben los mercados que tiene más riesgo, estaba en 0. Esta mañana estaba en 26 y esta tarde en 27 puntos básicos", denunció Pizarro para resaltar el empeoramiento de la situación económica y financiera de España en esos momentos.

Este episodio es el que otorga la auténtica dimensión a que la prima de riesgo, es decir, la diferencia entre las rentabilidades de los bonos españoles y alemanes a 10 años, se encuentre ahora en los 127 puntos básicos. Desde luego, ya no son los 650 a los que llegó a escalar en el verano de 2012, pero siguen estando muy por encima de la media que se registró entre el nacimiento del euro en 1999 y el estallido de la crisis en 2007, que se limitó a 13 puntos básicos, y de los 96 puntos básicos en los que se sitúa la media tomando la fotografía completa desde 1999. Continúa alejada, por tanto, de los 50 o los 75 puntos básicos contemplados en los pronósticos para 2015.

¿Y por qué no baja más? Por motivos internos y externos. Entre los primeros, los expertos mencionan tres ingredientes principales: el ruido político y la incertidumbre con respecto a la estabilidad del próximo Gobierno, la congelación de la agenda de reformas en año electoral y la herencia que la crisis ha dejado en la situación fiscal y la deuda pública. Combinados, y hasta que se resuelvan, estos ingredientes generan las suficientes dudas como para mantener la prima por encima -o cerca- de su media desde el nacimiento del euro.

Y entre los segundos, la prevención que muestran los inversores ante los focos de incertidumbre existentes."A medida que bajan las primas también es mayor el riesgo asumido. Y hay variables ahora que no facilitan asumir este mayor riesgo, como sería la situación deGreciaen la Eurozona o el constante debate sobre cuándo y cómo comenzará la normalización monetaria enEstados Unidos", apunta José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. Este jueves, por ejemplo, la situación griega se dejó sentir en la deuda periférica y provocó que la prima española subiera 10 puntos básicos. Pero antes ya estaba en los 117, es decir, por encima de su media.

Más esfuerzos propios

"La recuperación no se pone en duda. Nitampoco la solvencia de España. Pero la prima ya ha bajado bastante. Para que siga cayendo, España debe poner más de su parte, sobre todo en el control del déficit público y de la deuda pública", argumentan desde el servicio de estudios de una entidad española. En 2014, las cuentas de las Administraciones Públicas todavía acumularon un déficit del 5,7%, el mayor de Europa, y para este año existen serias dudas, manifestadas por organismos como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) o por agencias como Standard & Poor's(S&P), de que el Gobierno cumpla el compromiso de rebajar el desequilibrio fiscal hasta el 4,2% del producto interior bruto (PIB).

En paralelo, la deuda pública alcanzará ya en 2015 el 100% del PIB, en contraste con los niveles ligeramente inferiores al 40% vigentes hasta 2007. Desde el mercado se admite que, sin que quede clara la senda hacia un mayorequilibrio presupuestario y hacia una progresiva reducción de la deuda pública, será difícil ver a la prima de vuelta a los niveles previos a la crisis.

La sensación de que España se ha dejado asuntos pendientes en su agenda de reformas también se abre paso en el mercado. Tanto es así, que el propio presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, no dudó este miércoles exigir una vuelta de tuerca más a la reforma laboral para reducir la dualidad y estimular la creación de empleo.

En este sentido, el economista José Carlos Díez pone como ejemplo el caso de otro país que llegó a pasar incluso por un rescate total. "Habría que preguntarse por qué Irlanda tiene una prima de riesgo de 57 puntos básicos y la nuestra aún supera los 100. España está creciendo, pero no somos los campeones del mundo del crecimiento, y aún cargamos con una tasa de paro del 24%", matiza para poner en contextola actual prima española.

Con todo a favor

Y aún hay más datos que certifican que tener una prima de tres dígitos a estas alturas sigue siendo demasiado. El primero, el nivel en el que se encuentran lostipos de interés oficiales. Desde septiembre de 2014 están en el mínimo histórico del 0,05%. O lo que es lo mismo, la rentabilidad del 1,35% que muestran ahora los bonos españoles a 10 años multiplica por 27veces esa referencia. Nunca antes se había visto una proporción así.

El segundo, que, de la mano deDraghi, el BCEha dispuesto una batería de medidas sin precedentes para suavizar las condiciones financieras en la Eurozona. Como la última de ellas, el programa de expansión cuantitativa (QE) que anunció en enero y puso en marcha en marzo. Con él, el BCE dedicará cada mes 60.000 millones de euros a la compra de deuda pública (50.000 millones) y privada (los otros 10.000) hasta septiembre de 2016.

Sin embargo, desde que las compras se pusieron en marcha el 9 de marzo, el rendimiento de los bonos españoles ha subidodel 1,29 al 1,35%y la prima hapasadode los 90 a los 127puntos básicosporque, en paralelo, elbundalemán ha descendido del 0,39%al 0,08%. De hecho, el rendimiento del bono español está en máximos desde comienzos de marzo y la prima, desde febrero. Es decir, desde antes de que se pusiera en marcha el QE.

Desde el mercado mencionan dos precisionesque pueden despejar la confusión que generan estos datos. La primera,que de esos 50.000 millones, aproximadamente 5.500 corresponderán a bonos españoles y algo más de 11.000 a títulos alemanes, porque es la cantidad que le toca a cada uno en función del peso que cada país tiene dentro del capital del BCE. Estas cifras demuestran que, por momentos, las compras de bonos germanos pueden ser más intensas y ampliarían así la prima española.Y la segunda, que "el banco central queda como el único comprador enel mercado. Cuando hace sus batidas, el rendimiento y la prima bajan; pero cuando se retira, vuelven a subir".

A corto plazo, por tanto, el QE no hará desaparecer la prima por arte de magia. Otra cosa será más adelante."Al final, el QE supone una presión constante a la baja de las primas de riesgo. Pero acaba de comenzar", matizaMartínez Campuzano, quien considera que el diferencial con Alemania sí tiene margen para estrecharse hasta los90 o95 puntos básicos.

Como el propio Draghi reconoció este martes, es"una cuestión de tiempo". Pero también de reformas, como igualmente insistió. Y estas reformas y la recomposición de la situación fiscalse antojan claves para proseguir el viaje desde esos 90 o 95 puntos hasta los niveles previos a la crisis.

Febrero de 2008. El ministro de Economía, Pedro Solbes, debate en televisión con Manuel Pizarro, el fichaje estrella de Mariano Rajoy para cubrir el flanco económico en la campaña electoral de ese año. En el transcurso del debate, un momento que la historia ha tornado revelador. "Mire usted, cuando ustedes llegaron al Gobierno la diferencia de riesgo entre lo que era el bono español y el bono alemán, lo que perciben los mercados que tiene más riesgo, estaba en 0. Esta mañana estaba en 26 y esta tarde en 27 puntos básicos", denunció Pizarro para resaltar el empeoramiento de la situación económica y financiera de España en esos momentos.

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