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Las sugerentes curvas de Mario Draghi
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REUNIÓN DEL BANCO CENTRAL EUROPEO

Las sugerentes curvas de Mario Draghi

Mario Draghi puede presumir de curvas. Porque las tiene. Y cada vez lucen mejor. Son las de la deuda pública y el euro, que llega a la reunión del BCE de hoy en mínimos de 2003 contra el dólar

Mario Draghi tiene sus curvas. Y bien que puede presumir de ellas, porque nunca han lucido tan resplandecientes como ahora. Sus curvas son principalmente las que describen los rendimientos de la deuda pública europea, quepresentan el aspecto más radiante de la historia. Aunque aún esperan estar más bellas, puesto que están preparadaspara recibir el tratamiento QE, esto es, la masiva lluvia de euros que el Banco Central Europeo (BCE) lanzará a través de las compras de deuda pública y privadaque llevará a cabo bajo su programa de expansión cuantitativa –concepto que en inglés da lugar a las siglas QE–.

Hoy, precisamente, el presidente del BCE dará más detalles sobre cómo y cuándoejecutará esas compras al término de la reunión de política monetariaque el Consejo de Gobierno de la entidad celebrará en Chipre. Por el momento, lo que se sabe es que desde este mismo mes, y en principio hasta septiembre de 2016,empezará a dedicar 60.000 millones de euros mensuales a la compra de bonos soberanos y privados con la ayuda de los bancos centrales nacionales de los países que forman parte del euro. Lo que queda por saber es una mayor precisión sobre la ejecución de este plan.

Pero sin tener toda la información, el QE ya se ha dejado notar. ¿Cómo va a notarse si no ha empezado? ¿Dónde se ha notado? En las curvas de Draghi.Por eso el cónclave de este jueves estará marcado por esos detalles y por esas curvas. Porque lo cierto es que impresionan. Sobre todo, acudiendo a la comparación con el aspecto que mostraban en el verano de 2012.

En ese momento, la tensión estaba machacando las curvas de rentabilidad, es decir, la línea que describen los intereses que debe pagar cada país en cada uno de los plazos a los que emite deuda, desde los más cortos –3 meses–hasta los más largos –50 años–. En especial, ese castigo lo sufrían los países periféricos, entre los que figuraba España. El 25 de julio de 2012, la curva reflejaba esa presión con el rendimiento de las letras a 3 meses por encima del 2% y el de los bonos a 10 años más allá del 7% –ver gráfico superior–. Portugal, Irlanda o Italia también sufrían claramente esas tensiones en el mercado.

Era tal la tensiónque se hablaba abiertamente de que el euro estaba en peligro. Hasta que llegó Draghi, apenas un día después, para seducir al mercado con unas palabras que también sellaron el futuro del euro. Fue entonces cuando dijo aquello de que estaba "preparado para hacer lo que sea necesario" para salvar al euro. "Y créanme, será suficiente", remató ese histórico 26 de julio.

Ese mensaje, reforzado luego con sucesivas rebajas de los tipos de interés –que ya están en el 0,05%–y con medidas cada vez más extraordinarias, ha permitido ya un claro movimiento de las curvas hacia abajo–como se puede ver en el gráfico–. Y lo que revela ese desplazamiento es que los países sufren menos tensiones y gozan de más tiempo y costes de financiación más baratos para cimentar su recuperación.

La guinda para que esas curvas reflejen los costes más bajos de siempre llegó en la reunión del 22 de enero, fecha en la que el Consejo del BCE acordó por "amplia mayoría" lanzar el QE. A partir de entonces, y con la intención de adelantarse al BCE para luego venderle los títulos a un precio más alto cuando empiecea adquirirlos, los inversores corrieron en masapara hacerse con bonos españoles, italianos o portugueses. Y también alemanes, franceses o austriacos, porque el BCE va a comprar títulos de todos los países. Y esta fiebre compradoraha sido la que ha embellecido como nunca la curva de rentabilidades de prácticamente todos los europaíses. En el caso español, esas letras a tres meses que estaban por encima del 2% en 2012 se limitan ahora al 0,01% y ese bono a 10 años que superaba el 7% apenas se encuentra en el 1,36%.

El euro se suma a la fiesta

Por si Draghi no tenía suficiente con esas curvas,otra más, la que describe el euro, también se está sumando a la fiesta del BCE. Este miércoles se deprecióhasta los 1,107dólares, con lo quellega a la reunión con su cambio más bajo contra el dólar desde 2003. En lo que va de añoacumula un descenso del 8,5% contra el billete verde, descenso que crece hasta el20% desde comienzos de mayo de 2014 –ver gráfico–.

Auspiciada por el convencimiento existente en el mercado de que el BCE iba a terminar lanzando su particular QE, la depreciación del euro, combinada con la caída del petróleo, constituye un aliado fundamental para Draghi en su cruzada por erradicar las presiones deflacionistas e intentar dinamizar el crecimiento. De hecho, ambos elementos ya resultaron claves para que la Eurozona lograra un superávit comercial récord en 2014.

Grecia y las nuevas previsiones

Junto a los detalles adicionales del QE y los mínimos históricos en los que ya está la deuda europea, el cónclave monetario de marzo estará marcado por dos asuntos más. El primero, Grecia. Aprovechando la cita, la entidad presidida por Mario Draghi podría revertir la decisión que adoptó el 4 de febrero, cuando anunció que dejaba de aceptar la deuda pública griega como colateral para financiar a sus bancos. Ahora que Atenas y el Eurogrupo ya han acordado prorrogar el rescate durante cuatro meses más y, por tanto, Grecia cumple el requisito de seguir bajo un programa de asistencia, la institución monetaria podría volver a aceptarlos títulos helenos, con lo que daría un respiro a las arcas públicas y los bancos griegos.

En este sentido, volverá a ser clave tener en cuenta el sistema de rotación de voto que el BCE ha establecido en 2015. Esta vez no podrán votar los presidentes o gobernadores de los bancos centrales de Italia, Lituania, Chipre –curiosamente, porque es el anfitrión de la reunión–y Grecia.

El segundo asunto consistirá en la actualización de las previsiones económicas, una puesta a punto que el BCE realiza cada tres meses. En diciembre, la entidad situaba el crecimiento para este año en el 1% y para 2016 en el 1,5%. En cuanto a los precios, la situaba este año en el 0,7% y en 2016 en el 1,3%. La última remesa de estadísticas conocida en la Eurozona, que ha arrojado sorpresas positivas en países como Alemania, Francia o España, podrían verse reflejadas en una revisión al alza del crecimiento esperado para 2015. No sería el primero, puesto quela Comisión Europea ya aumentó su pronóstico del 1,1% al 1,3% para este año.

Eslacurvaque le faltaa Draghi. La que describa un crecimiento más robusto en la Eurozona que sirva como antídoto contra la deflación. Porque el resto de las curvas ya muestran su exuberancia.El tiempo dirá si esta exuberanciaes racional... o irracional.

Mario Draghi tiene sus curvas. Y bien que puede presumir de ellas, porque nunca han lucido tan resplandecientes como ahora. Sus curvas son principalmente las que describen los rendimientos de la deuda pública europea, quepresentan el aspecto más radiante de la historia. Aunque aún esperan estar más bellas, puesto que están preparadaspara recibir el tratamiento QE, esto es, la masiva lluvia de euros que el Banco Central Europeo (BCE) lanzará a través de las compras de deuda pública y privadaque llevará a cabo bajo su programa de expansión cuantitativa –concepto que en inglés da lugar a las siglas QE–.

Mario Draghi Banco Central Europeo (BCE)
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