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El verdadero tic-tac comienza: Grecia tiene 24 días para evitar el colapso de su banca
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SIN PROGRAMA DE RESCATE, EL BCE NO PUEDE FINANCIAR

El verdadero tic-tac comienza: Grecia tiene 24 días para evitar el colapso de su banca

La frenética actividad diplomática de Varufakis, el titular de Economía griego, (París, Londres, Roma… en apenas 48 horas) tiene una fecha clave: el 28 de febrero.

Foto: Varufakis busca apoyo en Londres a su plan alternativo para Grecia. (AP)
Varufakis busca apoyo en Londres a su plan alternativo para Grecia. (AP)

La frenética actividad diplomática de Yanis Varufakis, el ministro de Economía griego, (París, Londres, Roma… en apenas 48 horas) tiene una fecha clave: el 28 de febrero. Ese día, si no hay acuerdo sobre la extensión del programa de rescate, Grecia estaría de facto fuera del paraguas protector del euro. O para ser más precisos, el país quedaría al margen de los fondos extraordinarios que garantiza el BCE, lo que significa lisa y llanamente que sus bancos no contarán con la suficiente liquidez para su operativa.

La urgencia de la extensión del programa de rescate no tiene que ver con dificultades inmediatas de financiación del Tesoro heleno. El Gobierno cuenta con recursos suficientes hasta los meses de verano, que es cuando se concentra la mayoría de los vencimientos de la deuda, sino con la solvencia de sus bancos, cuyo colateral -las garantías- no servirán a afectos del BCE si el Gobierno griego y los acreedores no llegan a un acuerdo antes de esa fecha.

Es decir, que las garantías que hoy depositan las entidades financieras en el Banco Central Europeo -y que éste acepta aunque sean activos de baja calidad- no serán suficientes, y eso es lo mismo que poner al país al pie de los caballos. No en vano, la financiación de Eurosistema a Grecia rondaría los 56.000 millones de euros en diciembre.

La banca griega ya solicitó al BCE fondos extraordinarios de liquidez una semana antes de las elecciones del 25 de enero, pero esa necesidad es todavía hoy más acuciante habida cuenta de la retirada masiva de fondos que se ha producido desde la victoria de Syriza, y que algunos bancos de inversión han elevado a unos 14.000 millones de euros.

Vídeo: Varufakis continúa su gira diplomática con una etapa en Roma

La situación se complica si se tiene en cuenta que el BCE ya anunció que a partir del 1 de marzo endurecerá la aceptación como colateral de bonos garantizados por los gobiernos nacionales. Aunque esta medida afecta a todos los países, lógicamente los más afectados son los más vulnerables. En particular, Grecia.

Garantías griegas

Este es, precisamente, el asunto central que tratará este miércoles el BCE en Fráncfort. No hay dudas de que hasta el 28 de febrero la autoridad monetaria seguirá aceptando el colateral griego (pese a la amenaza de rebaja del rating que pesa sobre la economía helena).

El problema es conocer qué harían los banqueros centrales en caso de que no haya acuerdo. Y aunque es verdad que el clima de los mercados se ha calmado tras los contactos de Varufakis (la Bolsa griega ha recuperado su valor previo al día de las elecciones) lo que también está fuera de toda duda es que sin acuerdo con los acreedores, el BCE tiene que cerrar la ventana de liquidez (ELA, según las siglas en inglés), y ello sería lo mismo que un colapso bancario.

Hay que tener en cuenta que los bancos griegos son quienes adquieren la deuda pública a corto plazo. Con ese dinero se financia el Estado heleno, y a su vez la banca puede financiarse en el BCE gracias a que el país está bajo un programa de ayuda. Si este programa concluyera a finales de febrero, el BCE "no podría seguir prestando", como ha señalado el gobernador del Banco Central de Finlandia y miembro del consejo de gobernadores del banco central europeo, Erkki Liikanen. El Estado griego emitirá hoy mismo 625 millones de euros de deuda con vencimiento en agosto de 2015, y no hay que olvidar que quienes van a adquirir esos títulos serán en su inmensa mayoría las entidades financieras nacionales.

Vídeo: Varufakis busca socios para renegociar la deuda griega

Como comenta una voz autorizada del regulador español, nadie piensa que el BCE opte por la “línea dura” y se muestre a favor de la tesis de dejar a la banca griega sin esa financiación privilegiada: “Sería una catástrofe”, asegura.

Pero lo que sí está claro es que este aspecto pesa como una espada de Damocles sobre las negociaciones entre los acreedores y Grecia. Algo que puede explicar el cambio de estrategia del Gobierno de Alexis Tsipras, quien a través de su titular de Economía ya no habla de quitas, sino de reestructuración a través de canjes de deuda (probablemente perpetua), con una rentabilidad vinculada al crecimiento del PB. En la misma línea, se propone reducir el superávit primario (sin el pago de intereses) para disponer de mayor margen para el crecimiento de la economía. Es decir, se acepta la austeridad (superávit fiscal) pero menos intenso.

Mala calidad

Alemania y los países más cercanos a la posición de Merkel, por lo tanto, tienen la sartén por el mango a través del BCE, que al calor del programa de rescate ha aceptado como garantía incluso activos de mala calidad (por debajo de BBB). Y no hay que olvidar que el Consejo de Gobierno del BCE puede decidir con una mayoría de dos terceos de su miembros limitar o incluso suspender estas operaciones extraordinarias de liquidez si las considera contrarias a su política y a su mandato estatutario.

"Si el BCE no alimentara a los bancos griegos, estos no podrían comprar deuda del Tesoro griego y Grecia podría tener una crisis de liquidez muy rápidamente", explica Sylvain Broyer, economista jefe de Natixis. "El papel del BCE es por lo tanto importante", dijo a la agencia AFP. En su opinión, los bancos griegos han pedido recientemente 5.000 millones de euros a través del ELA -la línea extraordinaria de financiación- y esa demanda es la que examinará este miércoles el consejo de gobernadores del BCE.

Otra cosa está también clara: el escepticismo con que se ha acogido en Bruselas, según el FT, la propuesta de Varufakis. Aunque ya no se hable ni de quitas ni de condonaciones de deuda (195.000 millones de euros a la eurozona).

Y es que la realpolitik se vuelve a imponer. Pero como respuesta a los problemas constitucionales que tendrían muchos gobiernos europeos si aceptan que sus ciudadanos paguen parte de la deuda griega una vez que Varufakis dio en Londres su palabra a un grupo de 100 inversores (reunidos a puerta cerrada) de que no habrá haircut para los acreedores privados. En el caso de España, una deuda de 26.000 millones de euros que hoy aparecen en el balance del Tesoro.

La frenética actividad diplomática de Yanis Varufakis, el ministro de Economía griego, (París, Londres, Roma… en apenas 48 horas) tiene una fecha clave: el 28 de febrero. Ese día, si no hay acuerdo sobre la extensión del programa de rescate, Grecia estaría de facto fuera del paraguas protector del euro. O para ser más precisos, el país quedaría al margen de los fondos extraordinarios que garantiza el BCE, lo que significa lisa y llanamente que sus bancos no contarán con la suficiente liquidez para su operativa.

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