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El frenazo en la UE recortará un 0,4% de PIB y añadirá dos décimas de déficit público
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El frenazo en la UE recortará un 0,4% de PIB y añadirá dos décimas de déficit público

El frenazo en el crecimiento de la Eurozona -hacia donde van las dos terceras partes de la exportación- obligará a una política fiscal más expansiva.

Foto: El ministro de Economía, Luis de Guindos (EFE)
El ministro de Economía, Luis de Guindos (EFE)

¿Cuál será el tono de la política fiscal para 2015? Lo que sostienen tanto el Programa de Estabilidad como el último Plan Presupuestario es que seguirá siendo restrictivo para cumplir con los objetivos de déficit público pactados con Bruselas hasta 2017. Pero la realidad puede ser muy distinta. El frenazo en el ritmo de crecimiento de la Eurozona –hacia donde se dirigen las dos terceras partes de las exportaciones españolas– obligará al Gobierno a diseñar una política fiscal más expansiva. Y no sólo en lo relacionado con la rebaja de impuestos con el fin de aumentar la renta disponible de las familias.

Básicamente, como admite el Programa de Estabilidad, por el importante efecto que tiene sobre el crecimiento –y por ende sobre las cuentas públicas– un descenso de la ventas al exterior. Las cifras que maneja el Ministerio de Economía –el próximo viernes se aprobará el proyecto de ley de Presupuestos para 2015– son las siguientes.

Una caída del 4% en la demanda de exportación provocará este año que el PIB crezca cuatro décimas menos de lo que hubiera sucedido en caso de no haberse registrado ese descenso (escenario base). Para 2015, el impacto sería de tres décimas y de otras cuatro tanto en 2016 como en 2017. Es decir, un relevante recorte de las previsiones de crecimiento. No respecto de lo anunciado, sino frente a lo que podría haber crecido el PIB en caso de no haberse producido el deterioro de la actividad.

Hay que tener en cuenta que hoy las exportaciones (hasta julio) están creciendo apenas un 1,6%, lejos del 5,2% que se registraba el año pasado en el mismo periodo. Odel 5% que se estimaba en el cuadro macro para este año. Expresado de otra forma. En julio de este año, según Aduanas, la balanza comercial registró un déficit de 1.827 millones de euros, frente al de 787 millones registrado un año antes. Como aclara Economía, la ampliación del desequilibrio exterior se debió exclusivamente al componente no energético.

En el documento enviado a Bruselas, el Ministerio de Economía, y a la luz de esa nueva realidad,calcula que las variables fiscales “también se ven perjudicadas por este escenario más adverso”. Y en concreto, los técnicos del Gobierno estiman que “al final del periodo de previsión” tanto el déficit público como la deuda pública serán “superiores a los del escenario base en 0,1 y 0,8 puntos porcentuales del PIB, respectivamente”.

Los ‘dividendos fiscales’

No hay que olvidar que el Gobierno se comprometió ante la Comisión Europea a destinar lo que llamó “dividendos fiscales extraordinarios generados por las sorpresas positivas” en el crecimiento,a la reducción de déficit, “incluso más allá de los objetivos nominales establecidos en la Recomendación de Déficit Excesivo vigente”.

Y lo peor es que nada indica que a corto plazo se pueda producir un cambio de expectativas. Tanto el indicador de sentimiento económico de la Comisión Europea (ESI), como recuerda el Servicio de Estudios del BBVA, como el índice PMI adelantan un “debilitamiento de la actividad” en el tercer trimestre; mientras que el sector manufacturero sigue siendo el que muestra “señales de mayor fragilidad”, condicionado en parte por la incertidumbre provocada por los conflictos geopolíticos que frenan el sector exportador. Al menos, el sector servicios se muestra más resistente y, según el índice PMI, mejora ligeramente respecto del trimestre anterior.

Este escenario es el que explica que ayer Mario Draghi insistiera en que el BCE está preparado para adoptar nuevas medidas no convencionales para apuntalar la recuperación y no caer –en el caso español– en una tercera recesión que hoy por hoy todo el mundo descarta.

El BBVA estima que con la información disponible hasta julio para el conjunto de la Eurozona, el crecimiento trimestral del PIB se situará en tan sólo el 0,2% en el tercer trimestre, por debajo del escenario base inicial (0,4%). Para el conjunto de 2014, el PIB avanzará un 0,8 o un 0,9%, por debajo del 1,1% estimado anteriormente.

Recientemente, el propio Servicio de Estudios del BBVA estimó que “el tono contractivode la política fiscaldesapareceráen 2015”. Es decir, que el año próximo –elecciones autonómicas y locales a finales de mayo y generales en noviembre–, el gasto público dejará de ser un lastre para el crecimiento. Al contrario de lo que ha sucedido en los últimos años. Exactamente, desde que España aplicó los recortes pactados con Europa en el marco del escenario de reducción deldéficit público. Y la ralentización económica en Europa sostiene esa idea.

¿Cuál será el tono de la política fiscal para 2015? Lo que sostienen tanto el Programa de Estabilidad como el último Plan Presupuestario es que seguirá siendo restrictivo para cumplir con los objetivos de déficit público pactados con Bruselas hasta 2017. Pero la realidad puede ser muy distinta. El frenazo en el ritmo de crecimiento de la Eurozona –hacia donde se dirigen las dos terceras partes de las exportaciones españolas– obligará al Gobierno a diseñar una política fiscal más expansiva. Y no sólo en lo relacionado con la rebaja de impuestos con el fin de aumentar la renta disponible de las familias.

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