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El Eurogrupo insta a España a bajar de una vez por todas las cotizaciones sociales
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LO CONSIDERA UN ASUNTO “PRIORITARIO”

El Eurogrupo insta a España a bajar de una vez por todas las cotizaciones sociales

La UE lleva años clamando por un incremento de los impuestos indirectos (principalmente IVA) a cambio de reducir las cotizaciones sociales

Foto: La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez. (EFE)
La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez. (EFE)

La Unión Europea lleva años clamando por un incremento de los impuestos indirectos (principalmente IVA) a cambio de reducir las cotizaciones sociales. Salvo en Dinamarca, nunca ha tenido éxito. Pero ahora, por primera vez, lo ha incluido de forma oficial en su agenda de trabajo.

Hasta el punto de que ayer anunció que este asunto se estudiará en la reunión de septiembre del Eurogrupo en el marco del semestre europeo. El objetivo es reducir la llamada ‘cuña fiscal’, que no es otra cosa que la diferencia entre lo que cuesta contratar a un trabajador y lo que finalmente este se lleva a casa a través del salario. Y entre los once países que, según el Eurogrupo, penalizan más la contratación está España, junto a Austria, Francia, Italia, Holanda, Portugal o, incluso, Alemania, donde los impuestos sociales son muy elevados.

Bruselas parte de un análisis técnico plasmado en numerosos estudios en los que ha llegado a la conclusión de que la rebaja de las cotizaciones sociales debe ser compensada –por su alto coste en términos de recaudación– con el aumento de otros impuestos “neutrales” desde el punto de vista del crecimiento y de la competitividad toda vez que las empresas exportadoras no pagan IVA.

Y en este sentido, propone dos alternativas. La primera, reducir el gasto público para así poder bajar las cuotas. La segunda, aumentar los impuestos que, en su opinión, menos penalizan la creación de empleo. En concreto, el IVA, los impuestos que gravan la propiedad y los tributos medioambientales. Precisamente, los que no aborda la reforma fiscal presentada por el Gobierno todavía en forma de anteproyecto de ley.

Bruselas, sin embargo, insiste en que la rebaja de cotizaciones es “una prioridad política”. Y apunta, en todo caso, que esta medida debe centrarse fundamentalmente en los trabajadores con salarios más reducidos, que normalmente son los de menor cualificación, toda vez que se impulsaría su productividad, ya que tenderían a trabajar más horas para lograr el mismo salario.

La progresividad del IVA

La CE sostiene que todos los estudios concluyen que altas cotizaciones sociales penalizan sobre todo a los trabajadores menos cualificados, y de ahí que concluya que es una vía eficaz para crear empleo. Ahora bien, admite el carácter no progresivo del IVA, si bien este argumento lo neutraliza con el hecho de que al incrementarse la renta disponible de las familias (por el mayor aumento del empleo), el peso de los salarios respecto del PIB también crece. Y esto es progresividad. Bruselas, en todo caso, también recuerda que existen instrumentos como las transferencias sociales para mejorar la equidad de la carga fiscal.

La renovada presión de la Comisión Europea en funciones para rebajar el IVA coincide en el tiempo con nuevas bajadas en España, aunque no de carácter general, sino centradas en determinados colectivos. Hasta ahora esta ha sido la estrategia del Gobierno, que en lugar de aprobar una reducción universal para todos los trabajadores ha ido discriminando.

Este es el caso de la última rebaja anunciada la pasada semana por el Gobierno, que consiste en una bonificación de 300 euros mensuales durante un máximo de seis meses para la contratación indefinida de jóvenes. Esta parece ser la vía por la que quiere transitar la ministra Fátima Báñez en lugar de una rebaja general de cotizaciones. Como se sabe, el ministro Montoro siempre se ha negado a subir el IVA por el efecto que tiene sobre el consumo, que es precisamente lo que quiere Bruselas. Aunque también lo propuso la llamada ‘Comisión Lagares’, que presentó en su día a Hacienda sus propuestas de reforma fiscal.

En la actualidad, el tipo de cotización de los trabajadores encuadrados en el régimen general de Seguridad Social es del 28,3%. De ese porcentaje, 23,6 puntos los pagan los empresarios y los 4,7 puntos restantes salen directamente de la cuantía de la nómina de los asalariados. España, tras Francia, es uno de los países donde nominalmente la presión fiscal sobre el factor trabajo es mayor, y de ahí que no hay informe de la OCDE, el FMI o la propia Comisión Europea en el que no se proponga a España una reducción de carácter general.

Sin embargo, si el análisis se hace en relación a lo recaudado por la Seguridad Social, el resultado es muy distinto. Las cotizaciones representan sólo el 12% del PIB, lo que sitúa a España en el puesto número 13 de los 28 países de la Unión Europea pese a contar con unos tipos impositivos muy elevados. La causa de esta aparente contradicción tiene que ver con el nivel de ocupación, sensiblemente inferior al existente en la media de la UE. Francia es el país que más recauda y Dinamarca –que financia las prestaciones sociales con IVA– el que menos.

La Unión Europea lleva años clamando por un incremento de los impuestos indirectos (principalmente IVA) a cambio de reducir las cotizaciones sociales. Salvo en Dinamarca, nunca ha tenido éxito. Pero ahora, por primera vez, lo ha incluido de forma oficial en su agenda de trabajo.

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