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Las familias sacan 2.987 millones de la hucha para llegar a fin de mes
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EL AHORRO DE LOS HOGARES FINANCIA EL CONSUMO

Las familias sacan 2.987 millones de la hucha para llegar a fin de mes

El dato es inquietante. En el primer trimestre, las necesidades de financiación de la economía española ascendieron a 7.057 millones de euros

Foto: Un empleado repone en un supermercado español. (Reuters)
Un empleado repone en un supermercado español. (Reuters)

El dato es inquietante para una economía que todavía está sometida a un duro proceso de ajuste. En el primer trimestre del año, las necesidades de financiación de la economía española ascendieron a 7.057 millones de euros, es decir, el 2,8% del PIB trimestral.

¿Qué quiere decir esto? Pues que la economía deja atrás el proceso de saneamiento de algunos de sus desequilibrios macroeconómicos y la inversión vuelve a superar al ahorro interno. Precisamente, el origen de la crisis económica. En 2007, el déficit de la balanza de pagos (la diferencia entre lo que invierte España en el exterior y lo que le prestan) llegó a representar más del 10% del PIB, lo que acabó por ahogar a la economía en un contexto de restricción crediticia como consecuencia de la crisis financiera.

La causa de este deterioro tiene que ver, en palabras del servicio de estudios de Bankia, con el quebranto de la posición financiera del sector privado. En particular, de las familias, cuyo ahorro se reduce día a día como consecuencia de la evolución de su renta disponible. Por el contrario, el ajuste en la inversión se ha ralentizado, hasta el punto de que el -4% es la menor caída en tres años, lo que sugiere que el ajuste está cerca de acabar. Durante la segunda mitad de 2013 los recortes en la inversión llegaron a provocar un desplome del 14% en esta rúbrica de la balanza de pagos.

Como sostienen los economistas de Bankia, por primera vez en dos años el ahorro de las empresas se contrajo, mientras que el sector público desahorró, lo que significa que los gastos volvieron a crecer más que los ingresos en Contabilidad Nacional.

Detrás de esta evolución, en el caso de los hogares, se encuentra la fuerte caída de la renta disponible de las familias pese a la mejora del mercado laboral por la creación de empleo. Ello pone de relieve la calidad de los puestos de trabajo que se están creando, no solamente por la precariedad de los contratos (sólo el 7% son indefinidos), sino también por su cuantía, lo que obliga a los hogares a tirar de sus ahorros para financiar sus necesidades de consumo.

La tasa de ahorro en términos anuales, de hecho, ha descendido hasta representar el 9,4% de la renta disponible de las familias, un punto menos que en 2013. Y lo que es todavía más preocupante: se trata del peor registro de la serie histórica. En palabras de Bankia, “esto confirma lo que ya se sospechaba” a la vista de los datos de Contabilidad Nacional, “que la recuperación del gasto de las familias se está produciendo a costa del ahorro” y no como consecuencia de un incremento de la renta disponible.

Miedo a la crisis

Para hacerse una idea cabal de lo que significa esa tasa, hay que tener en cuenta que en 2010 –por el miedo que provocó la crisis en las decisiones de gasto de las familias– el ahorro llegó a representar el 17,8% de la renta disponible, casi el doble que ahora. Desde entonces se ha producido un fuerte deterioro que explica la situación actual.

El ahorro crece cuando las expectativas son negativas y suele bajar cuando se despejan las incertidumbres económicas. El problema es que si no hay ahorro hay que pedirlo fuera, y eso supone un riesgo si los mercados se dan la vuelta, como sucedió en 2007. De hecho, la tasa de ahorro media en el ciclo anterior fue del 11%, incluso por encima del momento actual (9,4%) pese a que por entonces el horizonte estaba más despejado.

Otras fuentes estadísticas apuntaban en la misma dirección. En la alimentación, por ejemplo, que es un componente central en el gasto de las familias, se está produciendo un enorme estrechamiento de márgenes. Precisamente, porque la distribución no puede subir los precios ante un contexto todavía muy desfavorable en el bolsillo de las familias.

En todo caso, lo que está detrás del retroceso de la renta disponible de los hogares españoles es el descenso de la remuneración de asalariados (-0,4%) y del excedente bruto de explotación (-1%), a lo que hay que añadir el desplome de las rentas netas de la propiedad (-22,7%) y de las transferencias netas corrientes recibidas (-27,8%), principalmente en prestaciones sociales (por el agotamiento del desempleo). Al menos, el descenso de los impuestos directos y de las cotizaciones pagadas por las familias (-0,4% y -1%, respectivamente) compensaron algo el deterioro de los ingresos.

Paradójicamente, pese a este descenso de la renta disponible, el consumo privado sigue creciendo, lo que explica que España dejara atrás la recesión. En concreto, un 1,9% en términos interanuales.

Esto demuestra que la recuperación (la demanda interna está tomando el relevo al sector exterior) se está financiando con ahorro interno y no con la creación de riqueza. Expresado de forma más precisa: si en el primer trimestre del año 2013 los hogares españoles pudieron ahorrar 4.036 millones de euros, en el mismo periodo de este año han sacado de sus ‘huchas’ 2.987. Nunca antes había sucedido esto desde que arrancan las series históricas, en el año 2000.

En definitiva, como sostiene Bankia, los hogares generaron en el primer trimestre de este año unas necesidades de financiación equivalentes a 12.324 millones de euros (el 4,9% del PIB trimestral), prácticamente el doble que en el mismo periodo de 2013: hay que remontarse al comienzo de la crisis (primer trimestre de 2008) “para encontrar un dato peor”.

El aumento de la renta disponible de las familias forma parte de la actual estrategia económica del Gobierno mediante la bajada de impuestos. Otra cosa es que esos 9.000 millones de euros que regresen a los bolsillos de las familias se destinen a ahorro o consumo.

El dato es inquietante para una economía que todavía está sometida a un duro proceso de ajuste. En el primer trimestre del año, las necesidades de financiación de la economía española ascendieron a 7.057 millones de euros, es decir, el 2,8% del PIB trimestral.

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