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La inyección del BCE no será la panacea para que la banca vuelva a dar crédito
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EL SECTOR INSISTE EN QUE ES UN PROBLEMA DE DEMANDA

La inyección del BCE no será la panacea para que la banca vuelva a dar crédito

La nueva barra libre condicionada a la concesión de nuevo crédito que ha puesto en marcha Mario Draghi, así como la futura compra de titulizaciones, ha despertado

Foto: Fachada de cristal de la nueva sede del Banco Central Europeo. (EFE)
Fachada de cristal de la nueva sede del Banco Central Europeo. (EFE)

La nueva barra libre condicionada a la concesión de nuevo crédito que ha puesto en marcha Mario Draghi, así como la futura compra de titulizaciones, ha despertado grandes esperanzas de que sirva por fin para que fluya el crédito en nuestro país. Sin embargo, la banca enfría estos ánimos: reconoce que estas inyecciones siempre ayudan, pero no van a ser la panacea porque el problema de nuestras entidades no es la falta de liquidez, sino la de demanda por parte de las familias y empresas. Eso sí, el sector considera que el paquete de medidas del BCE aliviará sus maltrechos márgenes y desincentivará su gran fuente de ingresos en 2013: el carry trade.

"El crédito depende de los niveles de demanda de la economía, que siguen hundidos", explica un ejecutivo de una entidad. Reconoce que hay señales de mejoría, sobre todo en el crédito al consumo, pero esta va muy lenta debido al elevado nivel de desempleo. "Los préstamos a las familias dependen del perfil de riesgo del cliente, no de la liquidez de las entidades", añade. En otra entidad opinan que "lo que hace falta para que aumente el crédito es que se reduzca el paro, y que quienes hoy ganan 750 euros ganen 1.500". "Después de seis años de tanta morosidad y tanto fallido, los directores de oficina miran mucho más la solvencia del cliente. Es humano. Cuando pasen dos años, los estándares volverán a relajarse", explican.

Además, los bancos españoles ya tenían liquidez de sobra para hacer fluir el crédito sin necesidad de la nueva barra libre del BCE. Contaban con lo que les queda de las dos megasubastas de liquidez a tres años de 2011-2012 –aunque han devuelto una buena parte–, con la barra libre a corto plazo –si bien con cautela porque iba a acabar en junio de 2015 y ahora ha sido prolongada hasta diciembre de 2016– y con la capacidad de financiarse en el mercado a tipos bajos: "Ya teníamos la opción de emitir cédulas en mercado muy baratas. La verdad es que no necesitamos las nuevas líneas del BCE si incrementan el perfil de riesgo del crédito", según la primera de las entidades citadas.

La conclusión es que los bancos quieren conceder más crédito, pero "el impulso tiene que venir como en las crisis anteriores de la demanda, no de la oferta", como sentencia esta fuente. Por otro lado, existen tres condicionantes añadidos que hacen improbable una inundación de crédito, como explica hoy S.McCoy en El Confidencial: los nuevos préstamos son muy poco rentables con la nueva bajada de tipos, consumen mucho capital según las nuevas normas de solvencia cuando se conceden a clientes sin rating y las entidades tienen pendiente la amenaza de los test de estrés.

Ahora bien, el sector reconoce que estas medidas siempre ayudan y que ahora los costes de financiación para el nuevo crédito serán más bajos. La nueva barra libre, bautizado como TLTRO (Targeted Longer-Term Refinancing Operations, operaciones de refinanciación a mayor plazo condicionadas), ofrece financiación a un tipo fijo garantizado que será el oficial del BCE más 0,10 puntos –es decir, al 0,25% tras la rebaja de ayer– durante cuatro años. La condición es que la cartera de crédito de las entidades crezca cada trimestre; no la nueva producción como en la actualidad, sino el stock total. Eso sí, las hipotecas están excluidas. Para estos activos, Draghi anunció un programa de compra de titulizaciones para después del verano que aún debe concretarse.

Bajan los costes de financiación, suben los márgenes

En todo caso, la banca sí encuentra un efecto positivo a la batería de medidas del banco central: reducirá sus costes de financiación y, con ello, mejorará sus márgenes. Es cierto que la rebaja de tipos también de trasladará a los créditos y a sus ya exiguos márgenes, pero ese proceso será gradual y no se notará por completo hasta dentro de un año. En cambio, ya se aplicará en la subasta semanal del próximo miércoles.

Y no sólo se trata de la barra libre del BCE, donde algunas entidades españolas, encabezadas por Bankia, siguen teniendo fuertes cantidades prestadas pese a las devoluciones de los últimos trimestres. También hablamos de los depósitos: la decisión de retribuir con un tipo negativo al dinero depositado por los bancos en Fráncfort –es decir, cobrar por él– ya fue trasladada ayer a los depósitos minoristas por esta misma entidad, que rebajó el tipo que ofrece hasta el 1,35% en el producto a 13 meses.

Finalmente, la batería de Draghi tendrá otra consecuencia para la banca española: la pérdida de atractivo del carry trade, la práctica de tomar prestado dinero del BCE para invertirlo en deuda pública ganando la diferencia de tipos, que ha servido para mejorar notablemente las cuentas del sector hasta ahora. Esta pérdida se explica, por un lado, porque el nuevo TLTRO está diseñado específicamente para que ese dinero no se pueda prestar a los Gobiernos, lo cual resta mucha munición a las entidades; y por otro, porque se espera una fuerte caída de la rentabilidad de los bonos del Estado –ayer el activo a 10 años bajó hasta el 2,82% y la prima, hasta 142 puntos– que reduzca drásticamente la rentabilidad de esta operativa.

La nueva barra libre condicionada a la concesión de nuevo crédito que ha puesto en marcha Mario Draghi, así como la futura compra de titulizaciones, ha despertado grandes esperanzas de que sirva por fin para que fluya el crédito en nuestro país. Sin embargo, la banca enfría estos ánimos: reconoce que estas inyecciones siempre ayudan, pero no van a ser la panacea porque el problema de nuestras entidades no es la falta de liquidez, sino la de demanda por parte de las familias y empresas. Eso sí, el sector considera que el paquete de medidas del BCE aliviará sus maltrechos márgenes y desincentivará su gran fuente de ingresos en 2013: el carry trade.

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