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Estudiar sigue compensando: los hogares con universitarios gastan un 40% más
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A MÁS FORMACIÓN, MAYORES INGRESOS

Estudiar sigue compensando: los hogares con universitarios gastan un 40% más

Estudiar sigue compensando. Desde luego, en términos económicos. Eso es lo que se extrae de la última Encuesta de Presupuestos Familiares

Foto: Inicio de las pruebas de selectividad en la UPV (Efe).
Inicio de las pruebas de selectividad en la UPV (Efe).

Estudiar, a pesar de todo, sigue compensando. Desde luego, en términos económicos. Eso es lo que puede extraerse de la última Encuesta de Presupuestos Familiares, que muestra un hecho incuestionable. Los hogares en los que el sustentador principal de la familia ha alcanzado título universitario de segundo ciclo (licenciados o doctores) gastan un 40% más que la media. Su capacidad de gasto es, incluso, mayor, pero una parte de sus rentas las pueden destinar al ahorro.

O dicho en términos precisos, los hogares con mayor formación académica gastan, de media, 39.452 euros al año, frente a los 28.151 que destina a consumir la media. Pero es que en el caso de quienes no hayan pasado de estudios primarios, la diferencia es mucho mayor. Las familias en las que el ‘cabeza de familia’ es universitario gastan casi el doble que quienes no hayan logrado superar la educación secundaria de primer ciclo (19.817 euros).

En términos individuales, la distancia es, igualmente, relevante. Mientras que el gasto medio por persona entre quienes tienen menos estudios se sitúa en 8.703 euros, en el caso de los mejor formados asciende a 15.500 euros al año.

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La causa de esta sustancial diferencia tiene que ver, lógicamente, con la naturaleza del empleo, que está fuertemente determinado por el nivel deformación. Mientras que el hogar en el que vive un director o un gerente gastó el año pasado -de media- 46.680 euros, las familias en las que el sustentador principal trabaja en una ocupación elemental, apenas alcanza los 21.590 euros. Es decir, mucho menos de la mitad.

Lo singular de las estadísticas del INE, sin embargo, no tiene sólo que ver con lo que sucede ahora, sino, por el contrario, con lo que ocurrirá en el futuro. La Encuesta de Presupuestos Familiares -uno de los trabajos estadísticos de mayor prestigio de las que realiza el INE- es una especie de radiografía social sobre lo que pasará en el futuro.

Y dando por buena la relación entre mayor formación y mejor calidad en el empleo (y por lo tanto mayores ingresos), los resultados de dicha encuesta muestran la existencia de una enorme inercia social, cuya intensidad dependerá de la labor equilibradora del sector público. Los hogares mejor formados gastan bastante más en enseñanza que los están en la parte de abajo respecto de su nivel académico.

Unas diferencias abismales

Mientras que el hogar medio de España se gasta al año 332 euros en enseñanza (incluyendo población inactiva como los pensionistas), en el caso de quienes han obtenido estudios superiores, el gasto en educación asciende a 983 euros, lo que supone prácticamente el triple. Pero es que si la comparación se hace con quienes tienen menos estudios, la proporción se dispara a 19-1.

O dicho en otros términos, los hogares con mayor nivel de formación destinan a la enseñanza el 2,5% de sus gastos, mientras que los que tienen menor formación (y por lo tanto menos ingresos) apenas dedican el 0,27%. Entre otras cosas porque deben destinar una parte importante de sus rentas (casi el 20%) a alimentación, muy por encima del 10% que dedican quienes tienen estudios superiores o de doctorado.

Lo paradójico del trabajo del INE es que estos datos son compatibles con los que ofrece la OCDE, que en uno de sus últimos informes alertaba del problema desobrecualificación en la economía española. Es decir, que la formación no garantiza necesariamente unos ingresos coherentes con el nivel académico. Según la OCDE, la sobreeducación española afecta aproximadamente al 25% de los ocupados, mientras que en la media de los países de la organización no supera el 12%.

Estos datos han sido corroborados por la última Encuesta de Población Activa (EPA) en función de la estructura salarial. Según el INE, los trabajadores sin estudios o que no han completado la educación primaria tuvieron una remuneración inferior en un 25% al salario medio, mientras que los licenciados universitarios percibieron un salario anual un 57% superior.

El 41% de las personas con nivel de estudios bajo (a lo sumo han concluido la enseñanza obligatoria) tenían en 2011 un sueldo inferior a 1.218 euros. En el caso de las personas con educación secundaria de segunda etapa o formación equivalente, el porcentaje con salarios bajos es del 36%, mientras que entre las que tienen nivel de estudios superiores el porcentaje es del 17%. Más de la mitad (casi un 52%) de los asalariados con titulación superior ganan en 2011 más de 2.072 euros al mes. Sólo el 21,3% de los que tienen estudios medios y el 11,4% con nivel de estudios bajossuperan este nivel salarial.

Estudiar, a pesar de todo, sigue compensando. Desde luego, en términos económicos. Eso es lo que puede extraerse de la última Encuesta de Presupuestos Familiares, que muestra un hecho incuestionable. Los hogares en los que el sustentador principal de la familia ha alcanzado título universitario de segundo ciclo (licenciados o doctores) gastan un 40% más que la media. Su capacidad de gasto es, incluso, mayor, pero una parte de sus rentas las pueden destinar al ahorro.

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