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Todo es posible con Ben 'el Flexible' Bernanke
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LAS 5 CLAVES DE SU COMPARECENCIA

Todo es posible con Ben 'el Flexible' Bernanke

Todo es posible con Ben Bernanke. El presidente de la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, dejó claro ayer, en su comparecencia ante

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Todo es posible con Ben 'el Flexible' Bernanke

Todo es posible con Ben Bernanke. El presidente de la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, dejó claro ayer, en su comparecencia ante la Cámara de los Representantes, que no tiene nada que envidiar a los gimnastas. Tirando de cintura monetaria, se dejó todas las opciones abiertas con respecto a la retirada de los estímulos menos convencionales, los correspondientes a la tercera ronda de estímulos cuantitativos (QE3), mediante los que la institución viene inyectando 85.000 millones de dólares al mes con la compra de deuda privada y pública. Eso sí, en el ejercicio de equilibrismo que ejecutó, también se esforzó en subrayar una idea fundamental: la política monetaria expansiva no terminará cuando finalice el QE3. Y aún hubo más, hasta un total de cinco mensajes principales.

1. "La retirada de los estímulos no está programada"

En su intervención, que tendrá continuidad hoy cuando acuda al Senado, Bernanke ratificó los tiempos que la Fed ya marcó al término de la reunión de política monetaria de hace un mes. Esto es, que sus intenciones pasan por reducir el volumen del QE3 en la recta final de 2013 y por interrumpir las adquisiciones definitivamente a mediados de 2014. Es decir, cuando él ya no esté, puesto que dejará el cargo el 31 de enero.

Pero no quedó ahí la cosa. Si se hubiera limitado a repetir ese calendario, habría sonado demasiado rígido, que es justo lo que Bernanke pretendía evitar. De ahí que asegurara que esa hoja de ruta estará supeditada a la recuperación de la economía. En concreto, a "una sustancial mejoría" del mercado laboral. En números, la Fed se sentiría cómoda a la hora de empezar a pisar el freno cuando el paro descienda del 7,6% actual al 7%. Si eso se produce a final de año, aminorará la marcha del QE3. ¿Y qué pasa si la economía se comporta mejor de lo previsto? En ese supuesto, "el paso de las compras de activos se reducirá más rápidamente", precisó el banquero central. ¿Y si, en cambio, la recuperación pierde fuerza? "El actual paso de las compras podría ser mantenido más tiempo", añadió. Por tanto, el calendario está esbozado, pero todas las opciones quedan abiertas. O como el propio Bernanke definió: la retirada de los estímulos "no está programada".  

2. "Política monetaria altamente expansiva durante un futuro previsible"

El calendario anunciado en junio desencadenó una notable volatilidad en los mercados y generó uno de los efectos de los que más pretende protegerse la Fed: el repunte de los intereses de la deuda pública a largo plazo y de los productos hipotecarios, un impacto que, en caso de asentarse y acelerarse, endurecería las condiciones financieras para las empresas y las familias y amenazaría la recuperación del mercado inmobiliario. Por eso, y con el objetivo de cubrirse precisamente ante la posibilidad de que tenga que anticipar la reducción del QE3, quiso aclarar que su actual estrategia monetaria no pasa sólo por los estímulos cuantitativos. De su arsenal monetario ha salido más munición, y Bernanke se esforzó en lanzar un mensaje: él se irá el 31 de enero, pero la política expansiva de la Fed le sobrevivirá.

Con este propósito, recordó que, incluso cuando concluya el QE3, aún mantendrá su cartera de deuda hipotecaria y pública mediante las compras que seguirá realizando con el dinero procedente de los vencimientos de los títulos que tiene en su poder. ¿Qué perseguirá la Fed con estas reinversiones? "Continuarán presionando a la baja sobre los tipos de interés a largo plazo, apoyando el mercado hipotecario y ayudando generar unas condiciones financieras más acomodaticias", argumentó. Y en segundo lugar, reiteró que los tipos de interés seguirán "excepcionalmente bajos para ayudar a mantener un alto grado de relajación monetaria por un largo periodo de tiempo después de que las compras de activos hayan finalizado, incluso aunque la recuperación económica se fortalezca y el desempleo baje a niveles más normales". Los intereses se encuentran en EEUU entre el 0 y el 0,25% desde diciembre de 2008 y en la hoja de ruta marcada por la Fed no se vislumbra el primer repunte hasta 2015.  

3. "La recuperación es vulnerable"

El presidente de la Fed sigue sin tenerlas todas consigo. Por esta razón, no dudó en afirmar que "la recuperación sigue siendo vulnerable a la llegada de shocks inesperados". Entre los "riesgos" que observa la entidad mencionó "el endurecimiento de la política fiscal" y el debate en torno a otras cuestiones presupuestarias, como las relativas al límite de la deuda. "Sería bastante peligroso que no hubiera un acuerdo sobre el aumento del límite de la deuda. Sería muy preocupante para los mercados financieros y para el público en general que Estados Unidos no pagara su deuda", avisó.  También mencionó como amenaza "la posibilidad de que el crecimiento económico mundial pueda ser más bajo de lo que ahora se anticipa".

En este sentido, Bernanke admitió que la recuperación sigue evolucionando a un ritmo "moderado" y, en especial, incidió en que la tasa de paro continúa siendo alta. "Todavía estamos claramente por encima de las tasas de desempleo normales a largo plazo", indicó. Y precisó que la Fed entiende como tasas normales un paro comprendido entre el 5,2 y el 6%. Como matiz adicional, y dentro de su teoría de que la política monetaria "no es la panacea", resaltó que otras facetas, como la educación y un mejor funcionamiento del mercado laboral, también ayudarían a promover el empleo.

En cuanto a los precios, el presidente de la Fed mostró mayor preocupación por los bajos niveles de inflación actuales que por las posibles presiones inflacionistas que puedan surgir como consecuencia de la actual política de la entidad. "La Fed es ciertamente consciente de que una baja inflación supone un riesgo para la evolución de la economía e incrementa la amenaza de caer en deflación", advirtió. Y añadió: "Vigilaremos esta situación muy de cerca y actuaremos como sea necesario para devolver a la inflación a nuestro objetivo del 2%".

4. "Wall Street no se ha beneficiado más que Main Street"

Además de defender su diagnóstico sobre la economía y subrayar los pilares fundamentales de su estrategia monetaria, Bernanke también tuvo que hacer frente a las preguntas de los congresistas. "No sé qué significa que los mercados sean adictos", respondió a una cuestión acerca de si considera que los inversores se han enganchado a las políticas expansivas de la Fed. Matizó que lo que impulsa los mercados es un mayor crecimiento económico y que, en todo caso, la Fed ha podido ayudar a los mercados en la medida en que ha podido "suministrar un mayor crecimiento con baja inflación". Sobre una cuestión similar, se despachó con una polémica declaración: "Wall Street no se ha beneficiado de las políticas de la Fed más que Main Street". O lo que es lo mismo, la economía real -Main Street- ha salido igual de favorecida, a su juicio, que la financiera -Wall Street- con su estrategia monetaria contra la crisis.

5. "No podemos prevenir las burbujas"

Bernanke también se enfrentó a un viejo clásico: ¿puede hacer algo la Fed para prevenir las burbujas? Y la respuesta, de nuevo, transmitió esa sensación de impotencia que suelen dejar los banqueros centrales sobre esta cuestión. "Tenemos algunas armas (...), pero no creo que podamos garantizar que podemos prevenir una burbuja", afirmó. O lo que es lo mismo, la pregunta que su predecesor al frente de la Fed, Alan Greenspan, se formuló en diciembre de 1996 sigue sin respuesta. No la dio -ni la aplicó- el propio Greenspan. Y tampoco la ha dado -ni aplicado- Bernanke. Tal vez el siguiente presidente de la Fed tenga mayor fortuna.

Todo es posible con Ben Bernanke. El presidente de la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, dejó claro ayer, en su comparecencia ante la Cámara de los Representantes, que no tiene nada que envidiar a los gimnastas. Tirando de cintura monetaria, se dejó todas las opciones abiertas con respecto a la retirada de los estímulos menos convencionales, los correspondientes a la tercera ronda de estímulos cuantitativos (QE3), mediante los que la institución viene inyectando 85.000 millones de dólares al mes con la compra de deuda privada y pública. Eso sí, en el ejercicio de equilibrismo que ejecutó, también se esforzó en subrayar una idea fundamental: la política monetaria expansiva no terminará cuando finalice el QE3. Y aún hubo más, hasta un total de cinco mensajes principales.