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Endesa se enzarza con el Gobierno por la ruptura del monopolio eléctrico en las islas
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BORJA PRADO ‘PINCHA EN HUESO’ CON ALBERTO NADAL

Endesa se enzarza con el Gobierno por la ruptura del monopolio eléctrico en las islas

La nueva ley de garantía de suministro y competencia en los sistemas eléctricos insulares y extrapeninsulares ha desatado las hostilidades entre Endesa y el Gobierno. La

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Endesa se enzarza con el Gobierno por la ruptura del monopolio eléctrico en las islas

La nueva ley de garantía de suministro y competencia en los sistemas eléctricos insulares y extrapeninsulares ha desatado las hostilidades entre Endesa y el Gobierno. La declaración de guerra se ha asociado a las últimas manifestaciones del secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, en las que denuncia el peso del Estado italiano en las decisiones de la que fuera primera compañía eléctrica española. Sin embargo, antes de que el representante del Ejecutivo desahogase la pasada semana su preocupación en el Senado, las chispas ya habían saltado tras un encuentro cargado de tensión entre el propio Nadal y el presidente de Endesa, Borja Prado.

La filial española de Enel ha ‘pinchado en hueso’ en su intento de persuadir al nuevo secretario de Estado para que apacigüe el programa de regulaciones que va a modificar el marco estructural del mercado energético en España. Antes de presentar en sociedad la reforma energética, Alberto Nadal ha lanzado un primer aldabonazo como botón de muestra de lo que ha de ser la gran apuesta legislativa del Gobierno. El laboratorio de pruebas de esta estrategia se sustancia a partir de la nueva normativa que ahora mismo se tramita en el Parlamento con vistas a asegurar el suministro y fomentar la competencia en las islas Baleares y Canarias.

El denominado sistema extrapeninsular ha sido uno de los feudos tradicionales de Endesa desde los tiempos en que la compañía pública operaba bajo pabellón español dentro del perímetro de consolidación del antiguo Instituto Nacional de Industria (INI). Desde entonces han llovido chuzos de punta en el mercado energético, incluyendo la histórica guerra de opas que se tradujo en la compra de la empresa española por su actual dueño estatal italiano. 

El suministro eléctrico a las islas genera un coste de 1.800 millones de euros y el Gobierno ha decidido abordar un programa de ajuste que además de reactivar proyectos que llevan años paralizados asegure un marco de competencia favorable para el desarrollo de futuras inversiones. A tal efecto, la normativa en ciernes establece en su artículo 1 una restricción básica en el régimen económico de primas establecido en dichos territorios por la Ley del Sector Eléctrico de 1997.

A partir de ahora, las retribuciones “no se podrán otorgar a nuevas instalaciones de empresas o grupos de empresas que poseen más del 40% de la potencia de generación” dentro del sistema extrapeninsular. En definitiva, el Ministerio de Industria rompe de golpe y porrazo un modelo que ha facilitado el monopolio de Endesa, pero que en los tiempos de carestía y déficit de tarifa no parece el más adecuado para asegurar la calidad del suministro eléctrico en las islas.

La nueva ley implicará también el traspaso a Enagás de las dos plantas de regasificación planeadas en Tenerife y Las Palmas desde la época de Manuel Pizarro como presidente de Endesa, además de la venta obligada a REE de los sistemas de bombeo eléctrico en Canarias y Baleares. No es extraño que Borja Prado haya manifestado su reacción más airada al Gobierno; pero esto tampoco ha servido, de momento, para suavizar la posición del secretario de Estado que, como dicen en el sector, ha decidido 'meter el turbo' a la reconversión eléctrica en España.

La nueva ley de garantía de suministro y competencia en los sistemas eléctricos insulares y extrapeninsulares ha desatado las hostilidades entre Endesa y el Gobierno. La declaración de guerra se ha asociado a las últimas manifestaciones del secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, en las que denuncia el peso del Estado italiano en las decisiones de la que fuera primera compañía eléctrica española. Sin embargo, antes de que el representante del Ejecutivo desahogase la pasada semana su preocupación en el Senado, las chispas ya habían saltado tras un encuentro cargado de tensión entre el propio Nadal y el presidente de Endesa, Borja Prado.

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