Los consejeros discrepantes en Pescanova ya suman más capital que Fernández Sousa

Los consejeros discrepantes siguen creciendo y, en este momento, ya suman más capital que el que controla el presidente de Pescanova, Manuel Fernández Sousa-Faro. Ayer se unió a los rebeldes la firma de capital riesgo Iberfomento. Su consejero en el grupo pesquero, José Antonio Pérez-Nievas, volvió a dejar en evidencia la versión oficial de Pescanova. Así, Iberfomento (3,39%) se une a Damm (6,2%) y Luxempart (5,83%). En total, los consejeros díscolos ya representan el 15,42% de Pescanova, más que el 14,4% que mantiene Fernández Sousa.

De nuevo, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) es el canal que escogen los accionistas para comunicarse entre ellos, lo que también demuestra el nivel de aislamiento en que se mueve Fernández Sousa desde que estalló esta crisis.

En un hecho relevante, Iberfomento desmiente a Fernández Sousa en varios puntos, entre otros que el auditor BDO no compareció en el consejo del pasado 14 de marzo para explicar las cuentas a los accionistas. Y que Pérez-Nievas se ausentó antes de que acabase el consejo, con lo que tampoco votó a favor de la reestructuración financiera del grupo, pese a que el presidente de Pescanova aseguró en nota oficial a la CNMV que la reestructuración había recibido el apoyo del consejo por unanimidad.

Esta unanimidad ya fue cuestionada por otro hecho relevante en el que Damm y Luxempart aseguraban que tampoco habían votado a favor de renegociar la financiación y pedían un nuevo consejo extraordinario.

Lo que está claro es que a medida que van aflorando las irregularidades contables, los consejeros se van desmarcando de la gestión de Fernández Sousa, con lo que legalmente se cubren de las posibles consecuencias futuras. Fuentes financieras calculan que Pescanova tiene una deuda oculta por operativa cruzada entre filiales de cerca de 1.500 millones, casi tanto como la deuda oficial declarada: 1.522 millones. 

La marcha de Houlihan Lokey

La firma de Los Ángeles Houlihan Lokey estuvo una semana trabajando en la reestructuración de la deuda de Pescanova. Justo el día antes de que estallase la crisis del grupo pesquero y congelador, Pescanova informó a la CNMV que había suspendido su contratación.

Pero fuentes financieras también cuestionan esta versión de los hechos. Estas fuentes aseguran que Houlihan Lokey detectó los desfases de deuda de Pescanova y solicitó que se informase de manera urgente al consejo de administración, a la banca acreedora y a la CNMV, al tratarse de una empresa cotizada. Las evasivas de la dirección de Pescanova, que optó por dar largas, hicieron que Houlihan Lokey se retirase y no sería, en este sentido, el grupo pesquero el que prescindió de sus servicios.

Ahora Houlihan Lokey aspira a reengancharse en el proceso asesorando a la banca acreedora, que ya suma 45 entidades y que se reúne hoy para analizar la crisis de Pescanova. Portavoces de la firma estadounidense no han querido hacer declaraciones.

Inquietud en la banca

Los bancos cada vez están más inquietos. En la reunión de hoy se espera que además del asesor, se escoja a la firma auditora. Fuentes financieras apuntan a que KPMG será la elegida, si bien las otras tres grandes -Deloitte, PwC y Ernst & Young- también aspiran a este contrato, según explican dichas fuentes.

En la cuestión de asesorar a la banca, Houlihan Lokey quiere hacer valer su experiencia en la actividad de reestructuración y su conocimiento previo de la problemática de Pescanova. A esta tarea también aspiran bancos de negocios o firmas financieras como Banca Rothschild, Lazard, N+1 o Arcano, entre otros.