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¿Pierde dinero en bolsa este año? Alégrese, pagará un 10% menos con el nuevo IRPF
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POR EL CAMBIO DE TRIBUTACIÓN DE LAS MINUSVALÍAS A CORTO PLAZO

¿Pierde dinero en bolsa este año? Alégrese, pagará un 10% menos con el nuevo IRPF

El endurecimiento de la tributación de las plusvalías a corto plazo que entrará en vigor el 1 de enero pretende formalmente castigar la especulación a corto

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¿Pierde dinero en bolsa este año? Alégrese, pagará un 10% menos con el nuevo IRPF

El endurecimiento de la tributación de las plusvalías a corto plazo que entrará en vigor el 1 de enero pretende formalmente castigar la especulación a corto plazo en los mercados. Sin embargo, incluye un verdadero chollo fiscal: que ahora también habrá minusvalías a ese plazo. Dichas minusvalías podrán reducir el conjunto de la base imponible del inversor (rentas del trabajo, de actividades económicas, inmobiliarias, etc.) hasta un 10%. Y dado que la mayoría de los inversores acumulan pérdidas a corto plazo, puede suponer un duro golpe a los planes del Gobierno de reducción del déficit.

Hasta ahora, no había distinción entre plusvalías a más o menos de un año (herencia de la legislación fiscal del PSOE) y todas pagaban un 21% hasta 6.000 euros, un 25% entre 6.000 y 24.000, y el 27% si superaban los 24.000, después de los recargos introducidos por el Gobierno este año. A partir de 2013, esta escala sólo se aplicará a las ganancias obtenidas a más de 12 meses, mientras que las logradas en un período inferior tributarán al tipo de cada contribuyente, que puede llegar al 52% en la escala nacional e incluso por encima en algunas comunidades autónomas (56% en Cataluña).

Esta medida trata de poner coto a la "especulación", entendida como la inversión a corto plazo -en ese mismo sentido va el mantenimiento de la prohibición de ponerse bajista en bolsa, inversión que el Gobierno también considera especulativa-. Y ha conseguido que España se sitúe como el segundo país de la UE con mayor tributación para estas operaciones, sólo superado por Dinamarca, según un estudio de Ernst&Young. Esto sólo se aplicará a las ganancias y pérdidas patrimoniales, no a los rendimientos del capital (hasta ahora tributaban indistintamente como rentas del ahorro).

Ahora bien, en términos de recaudación, es muy probable que el tiro le salga por la culata al departamento de Cristóbal Montoro. Según distintos asesores tributarios, "se han acabado las plusvalías a corto plazo". "Nadie que acumule ganancias en sus inversiones va a deshacer posiciones antes de un año, sino que va a aguantarlas hasta que se cumpla ese período para poder tributar a un tipo reducido y no al marginal", explica uno de ellos.

Pero la verdadera sangría se va a producir en las minusvalías. La nueva norma permite que esas minusvalías no sólo se compensen con las ganancias obtenidas en otras inversiones, sino con el conjunto de la base imponible del contribuyente. Por ejemplo, una persona que tenga rentas del trabajo por 100.000 euros y que acumule pérdidas a menos de un año de 10.000, sólo tendrá que tributar por 90.000. Y si las pérdidas exceden ese 10% de la base, puede guardárselas para reducir su factura fiscal en los próximos cuatro años.

También se puede bajar de tramo

Las ventajas no terminan ahí: "Al restar de la parte de arriba de la declaración, puedes conseguir bajar de tramo en la escala del impuesto y, por tanto, rebajar el marginal que se aplica al conjunto de tus ingresos", según otra de las fuentes. Es decir, la medida no sólo permite rebajar la cantidad por la que se pagan impuestos sino rebajar también el tipo que se aplica a esa cantidad. "Es mucho más favorable para el contribuyente hacerlo así que restar de la cuota el porcentaje de las minusvalías que corresponda a tu marginal".

Esta situación no es nada excepcional, puesto que el Ibex pierde el 6,2% en 2012, con casos dramáticos como Bankia, que cae casi el 80%, Popular (-70%) y Sacyr (-60%). Incluso se pierde dinero todavía con muchos bonos del Estado, pese a que la recuperación reciente de la prima de riesgo ha reducido las minusvalías acumuladas a mitad de año.

Por tanto, estamos ante una medida que, aunque puede ser eficaz en su fin social -frenar la operativa a corto plazo, con las consecuencias negativas que eso tiene para la profundidad y la liquidez de los mercados-, tendrá un efecto recaudatorio muy pequeño o incluso negativo. Algo parecido a lo ocurrido con la amnistía fiscal, que ha conseguido regularizar patrimonios por al menos 32.000 millones, pero sólo ha recaudado 1.200, menos de la mitad de los 2.500 previstos.

El endurecimiento de la tributación de las plusvalías a corto plazo que entrará en vigor el 1 de enero pretende formalmente castigar la especulación a corto plazo en los mercados. Sin embargo, incluye un verdadero chollo fiscal: que ahora también habrá minusvalías a ese plazo. Dichas minusvalías podrán reducir el conjunto de la base imponible del inversor (rentas del trabajo, de actividades económicas, inmobiliarias, etc.) hasta un 10%. Y dado que la mayoría de los inversores acumulan pérdidas a corto plazo, puede suponer un duro golpe a los planes del Gobierno de reducción del déficit.

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