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Indignación popular contra Kirchner tras el apagón de Endesa y el desplome de YPF
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CACEROLADA MASIVA EN LAS CALLES Y EN LA RED #8N CONTRA LA PRESIDENTA

Indignación popular contra Kirchner tras el apagón de Endesa y el desplome de YPF

La Casa Rosada se tambalea. Cientos de miles de argentinos salieron ayer a las

Foto: Indignación popular contra Kirchner tras el apagón de Endesa y el desplome de YPF
Indignación popular contra Kirchner tras el apagón de Endesa y el desplome de YPF

La Casa Rosada se tambalea. Cientos de miles de argentinos salieron ayer a las calles de Buenos Aires y de distintos puntos del país para protestar contra el Gobierno de Cristina Fernández Kirchner. Movilizada a través de las redes sociales, el seguimiento de la cacerolada popular contra la presidenta CFK tuvo eco internacional y en ciudades como Madrid los ciudadanos de origen argentino se congregaron bajo el efecto llamada, que tuvo como epicentro de la proclama la famosa Plaza del Obelisco porteño. La calle es ahora de los indignados contra la viuda de Néstor Kirchner, que a pesar de haber revalidado su mandato presidencial a finales de 2011, cuenta con una ferviente oposición popular.

La base del descontento contra CFK es muy amplia, aunque episodios como el vivido este mismo miércoles, un apagón eléctrico que sumió en el caos a la gran urbe y a todo su cinturón provincial durante casi cuatro horas, alimentan la indignación creciente. El incidente, en plena hora punta y con casi 36º de temperatura, dejó sin luz y sin servicio de suburbano y ferrocarril a toda la ciudad porteña y su área metropolitana. Según la versión oficial, la caída de dos líneas de alta tensión que tumbó la red, operada por Edesur, filial de Endesa, y por Edenor, participada por EDF, fue fruto de un sabotaje, aunque el pico de demanda de electricidad estuvo muy cerca de su máximo de capacidad.

Para el sentir de una parte de la población, sin embargo, el fallo es el último ejemplo de una pésima gestión gubernamental que ha colmado su paciencia a sólo un día de la cacerolada masiva que estaba ya convocada. Más allá de la presidenta, las críticas afectan al conjunto de su equipo, entre los que destaca el secretario de Política Económica y Planificación del Desarrollo, el popular Axel Kicillof, ministro en la sombra al que se atribuyen parte de las medidas más controvertidas, como la expropiación de YPF, la pesificación de la economía, la ocultación de la inflación real, las restricciones cambiarias, la injerencia en las compañías de seguros… y unas cuentas públicas cuyo déficit creció un 35% al tercer trimestre.

Aunque no todo es economía. Los manifestantes se movilizaron también indignados por muchos y variados asuntos que socavan la base de su sistema democrático, para el que reclaman mayor seguridad (12 muertos sólo en partidos de fútbol), garantías para ejercer la libertad de prensa (acoso a los medios críticos como Clarín) y una justicia más independiente (polémica dimisión del procurador de Argentina). Y es que como telón de fondo aparece la amenaza de una eventual reforma constitucional que habilite a Kirchner a competir en 2015 por un tercer mandato presidencial. Una preocupante deriva que amenaza de nuevo un posible escenario de colapso financiero como los de épocas pasadas.

Y es que los números no acompañan. Esta misma semana, la petrolera estatal YPF presentó sus primeros resultados trimestrales tras su escisión de Repsol. La compañía bandera argentina reveló una caída en sus beneficios del 50% (ganó 126 millones de euros), que justificó por el incremento de los costes (los gastos de funcionamiento -salariales- se duplicaron), la menor aportación de las filiales y las inversiones realizadas. A pesar de lo significativo del dato, el verdadero drama al que se enfrenta la compañía es a la falta de acceso a los mercados financieros de deuda. De momento, sigue sin socio para financiar la explotación de Vaca Muerta y sólo ha conseguido emitir bonos por 400 millones de dólares.

En este contexto socioeconómico, la suerte de Kirchner para cuadrar las cuentas públicas descansa en el éxito de la cosecha de soja, principal motor de la balanza exportadora. Hasta entonces, las necesidades de caja del Estado van determinando los pasos de su Gobierno, que acaba de arrogarse la potestad de decidir en qué sectores de la economía productiva deben invertir las compañías de seguros. De esta manera, mientras una parte de la sociedad se moviliza activamente, tanto en la calle como en las redes sociales (#8N), otra parte, la abrazada al discurso oficialista, reniega de la verdadera intención de los críticos, a los que tilda de golpistas. Para combatir a los disidentes, Propaganda K

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