Corporación Mondragón, el éxito vasco venido a menos

La Corporación Mondragón (MCC) ha vendido a propios y extraños su modelo de negocio como un éxito y ha conseguido convencer a la prensa internacional de su capacidad para combatir la crisis económica. Pero un vistazo a las cifras pone de manifiesto que la Corporación, uno de los buques insignia empresarial del País Vasco, no atraviesa su mejor momento.

El grupo destaca en sus documentos corporativos que han afrontado 2011, un ejercicio difícil por la recesión, dando un impulso a la internacionalización, potenciando la innovación y reposicionando algunos de sus negocios. Además, han aplicado medidas de choque -como ahorro en las compras o contención en los salarios- para minimizar el efecto de la crisis económica y la caída del consumo.

Esta idea de éxito es la que reflejaba hace unas semanas la cadena británica BBC en una información que publicó sobre Mondragón, “el pueblo vasco que tiene el secreto contra la crisis en España”. Ya hace un par de años el grupo vendía la idea de la economía social y la democracia como clave de la buena marcha de MCC. Desde la corporación subraya que el hecho de ser varias cooperativas les da algunas ventajas para hacer frente a los efectos de la crisis y destacan la importancia que dan a no eliminar empleos. 

La corporación no ha destruido empleo, asegura este portavoz, y sus compañías no han quebrado -ha cerrado alguna cooperativa, pero se ha reubicado a los trabajadores. "El año pasado reubicamos a 500 trabajadores de unas cooperativas en otras", afirman desde el grupo. El motivo: son socios y trabajadores, por lo que no se despiden a sí mismos. 

Pese a las fortalezas de la corporación, no son inmunes a la crisis y las cooperativas más expuestas al mercado español son las que peor lo están pasadno. Las cuentas que ha presentado el grupo reflejan una reducción de los activos de casi el 2% en 2011 y del 29,8% en los resultados consolidados. Los ingresos crecieron solo un 0,5%, aunque las ventas retrocedieron una décima porcentual.

Los beneficios de MCC, que cuenta con más de 170 cooperativas, se han desplomado –un 29% en 2011 respecto al año anterior-, pero hay que tener en cuenta que en la Corporación se equilibran con los beneficios de algunas compañías -como Orona o Ulma- las pérdidas del resto. Tanto Orona como Ulma siguen ganando dinero, aunque la caída del sector de la construcción en España les ha hecho daño, afirman fuentes consultadas por este diario.

"Unas cooperativas lo están haciendo muy bien, otras bien, otras menos bien y alguna mal", señala un responsable de MCC, que no quiere dar nombres ni sobre las que están salvando los resultados, ni de las que los están lastrando. Una fuente que conoce la situación señala que la mayor parte de las cooperativas están pasándolo realmente mal y que “solo aguantarán las cooperativas que consigan mantenerse en base a sus plantas productivas en China o en Brasil”. 

Además, añade que el porvenir de los grupos de menor tamaño es muy difícil -“preocupa tremendamente el futuro de este gran número de pequeñas cooperativas”, afirman- y éste pasa por tratar de reinventar su negocio. Sin embargo,desde el grupo comentan que las cooperativas pequeñas no lo están haciendo peor que las grandes. Aunque sí reconocen que las que se salvan son las que tienen una mayor internacionalización.

Eroski y Fagor, ahogadas por la deuda

Eroski, que ha sido una de las estrellas del grupo de cooperativas, está de capa caída. La compra de Caprabo -en 2007- le ha dejado una importante deuda y la crisis económica ha provodado la caída del consumo y el auge de cadenas con precios más baratos.  

Eroski ha perdido competitividad y salva sus cuentas por la hegemonía que todavía ostenta en su región de origen. Mercadona, que fuera del País Vasco le ha comido terreno a todas las cadenas de supermercados, ha retrasado su llegada a esta autonomía y a Navarra por varios factores y la consecuencia ha sido que Eroski ha conseguido mantener, hasta ahora, su fortaleza.

Pero las ganancias en el País Vasco no resuelven las dificultades de la cadena, que tuvo que renegociar con la banca el  aplazamiento del pago de su deuda. El pasivo financiero de Eroski supera los 2.300 millones de euros. Eroski ha perdido en el primer semestre del ejercicio fiscal 50 millones de euros y solo ha reducido su endeudamiento neto en 69 millones, tras recortarlo en 291 millones en el anterior.      

Por otra parte, Eroski -junto con Fagor- está envuelto en la polémica de las participaciones - Aportaciones Financieras Subordinadas - vendidas desde 2002.

Fagor está sufriendo, según fuentes conocedoras de la situación, “lo indecible para conseguir mantenerse en el umbral mínimo de rentabilidad”. De hecho, en el primer semestre mejoró el resultado operativo (Ebitda) gracias a los ajustes que realizó la compañía, pero las ventas se redujeron casi un 10% interanual.

La propia empresa destaca en su nota de presentación de resultados semestrales que “la colaboración con otras empresas del grupo cooperativo a través de los mecanismos de solidaridad están resultado claves para superar la actual situación económica”.  Los problemas de Fagor no son nuevos y tras entrar en pérdidas en 2009, en 2010 tuvo que pedir a sus bancos acreedores una prórroga para el pago de los intereses de más de 500 millones de deuda.