Telefónica, Endesa, BBVA y Santander, también en el punto de mira

'Hay que respetar las reglas del juego, son fundamentales, cualquier cambio drástico en la legislación podría influir y se podría volver a la situación de hace meses'. Estas eran una declaraciones que en agosto de 2012 hizo Francisco Luzón, el hombre fuerte de Banco Santander en Latinoamérica hasta finales del pasado año, cuando Argentina vivía una situación parecida a la que hoy sufre Repsol con los depósitos bancarios. El Senado había aprobado un decreto que congelaba la repatriación de capitales, medida que tenía que ser aprobada por la Cámara de los Diputados.

Diez años después, las empresas españolas sufren amenazas parecidas. La más conocida y grave es la de Repsol con YPF; pero otras como Endesa o Telefónica Argentina también padecen las decisiones gubernamentales que no respetan las normas más elementales. La eléctrica presidida por Borja Prado ya vio cómo en 2010 el partido peronista de Cristina Fernández de Kirchner le impidió pagar dividendos.

La situación se complicó el pasado año, ejercicio en el que Endesa, ahora en manos de Enel, tuvo que reconocer unas pérdidas de más de 200 millones de euros en Argentina. Fue el único país que le reportó minusvalías por la depreciación del valor de sus filiales.

Telefónica también anda con la mosca detrás de la oreja después de que Telecom Argentina, empresa propiedad de Telecom Italia, de la que la española es uno de sus máximos accionistas, se viera obligada a supender el pago de dividendos a petición de Kirchner. Por si fuera poco, el Ejecutivo acaba de anunciar que le impondrá  "las sanciones máximas" a Movistar por la avería que dejó durante varias horas sin servicio a unos 16 millones de abonados a finales de marzo. "Tenemos instrucciones precisas del ministro (de Planificación, Julio de Vido) de que impongamos el máximo de las multas que tenemos que poner hacia las empresas", indicó en una rueda de prensa el interventor de la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC), Ceferino Namuncurá.

Santander y BBVA son también dos de los grandes bancos del país. El primero tiene más de dos millones de clientes argentinos, un país donde el pasado año ganó casi 400 millones de dólares, un 8% más. Con cerca de 800 oficinas, su negocio en Argentina es uno de los más eficientes, ya que obtiene una Rentabilidad sobre Recursos Propios (ROE) del 50%. Por su parte, la entidad con sede en Bilbao ganó 135 millones de euros, con una mejora del 21%. Es el segundo banco en depósitos y el tercero en créditos.

BBVA, a través de su filial BBVA Francés, está tan contento con Argentina que este año ha decidido esponsorizar a los dos grandes clubes de fútbol del país, Boca Juniors y River Plate. La mejor manera de engancharse a los clientes locales, los cuales son excelentes pagadores: la morosidad apenas llega al 1%.

Todo lo contrario del Gobierno, que en 2006 ya nacionalizó una empresa de gestión de aguas propiedad de la española Aguas de Barcelona y de la francesa Suez. La pérdida fue de 700 millones de dólares. El que firmó aquella expropiación fue Néstor Kirchner, el marido de Cristina, que por lo visto ha heredado las costumbres del ya difunto presidente de la república.