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El sector público se gasta 91.300 millones más de lo que ingresa y arruina los objetivos de déficit
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MONTORO YA TIENE ARGUMENTOS PARA RECLAMAR UNA SUAVIZACIÓN DEL CALENDARIO

El sector público se gasta 91.300 millones más de lo que ingresa y arruina los objetivos de déficit

El año 2011 fue un ejercicio perdido desde el punto de vista de la reducción del déficit público. O dicho en otros términos, las distintas administraciones

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El sector público se gasta 91.300 millones más de lo que ingresa y arruina los objetivos de déficit

El año 2011 fue un ejercicio perdido desde el punto de vista de la reducción del déficit público. O dicho en otros términos, las distintas administraciones (Gobierno central, comunidades autónomas, ayuntamientos y Seguridad Social)  gastaron 91.344 millones de euros más de los que ingresaron. Es decir, el 8,51% del Producto Interior Bruto. Lo relevante, sin embargo, no es sólo el porcentaje, el tercero más alto de la reciente historia de España (sólo superado por los años 2009 y 2010), sino, también, la desviación respecto de lo previsto por el anterior Gobierno.

En la comunicación enviada a Bruselas por la ex vicepresidenta económica, Elena Salgado, hace apenas seis meses (en septiembre del año pasado) se comprometió a cerrar el año con un déficit equivalente a 65.355 millones de euros. Pero la realidad ha sido muy diferente. El sector público se ha gastado 25.262 millones más de lo comprometido, lo que da idea del nivel de desviación. Nada menos que un 39,7%.

No se trata, por lo tanto, de una desviación menor. Supone, de hecho, que España no está en condiciones de cumplir el objetivo de situar el déficit presupuestario en el 4,4% en 2012, como manda el Programa de Estabilidad pactado en su día con la UE. Básicamente por dos razones. Primero, porque el desequilibrio es mucho mayor del previsto, pero también por el hecho de que la actividad económica se contraerá este año por encima del 1%, como ha reconocido el propio presidente Rajoy, con lo que ello supone desde el lado de los ingresos.

Estos dos argumentos son los que esgrimirá el Ejecutivo español para renegociar con Bruselas el escenario de consolidación fiscal, y eso es lo que explica que ayer el Gobierno, y por sorpresa, anunciara el avance de liquidación correspondiente a 2011, aunque sin ofrecer datos concretos sobre el nivel de presión fiscal ni sobre el volumen total del gasto público, que rondará el 45%, según sugirió Montoro tras la conferencia de prensa.

Los ingresos, por su parte, habrán rondado el 36,5% del PIB, prácticamente igual que el año anterior pese a la subida del IVA. El ministro de Hacienda, en todo, caso, continúa ajustándose al guión e insiste en que España no ha pedido ninguna suavización del calendario de reducción del déficit fiscal.

Las dificultades del sector público para encauzar sus cuentas siguen siendo, en todo caso, extraordinarias. Hasta el punto de que entre 2008 y 2011 -los cuatro años de la crisis- el déficit acumulado asciende a nada menos que 329.561 millones de euros que se ha gastado de más el sector público que lo que ha ingresado, lo que explica que el nivel de endeudamiento  se haya prácticamente duplicado en apenas cuatro años. Incluso se situará -contabilizando sólo lo que entra en el marco del Protocolo de Déficit Excesivo- por encima de los 733.419 millones comprometidos en su día con Bruselas.

Lo ocurrido, en todo caso, no es ninguna sorpresa. Como ya publicó este periódico, la Contabilidad Nacional, ya había avanzado que el gasto público en términos reales continuó creciendo hasta 2011, y el año  pasado apenas se produjo un descenso del 2,2% en euros constantes (sin inflación).

 ¿Y qué administración es la responsable de tamaña desviación? Pues todas, aunque, en particular, las comunidades autónomas, que tendrían que haber cerrado con déficit equivalente al 1,3% de su PIB. Finalmente, sin embargo, han alcanzado un 2,94%, más de doble. Es decir, exactamente el mismo nivel que el año 2010, lo que significa que 2011 ha sido un año perdido.

En el caso de de la administración central, la desviación ha sido del 0,3%, hasta el 5,1%; mientras que la Seguridad Social se ha alejado del objetivo de déficit en 0,40 puntos de PIB -más de 4.000 millones de euros- en un contexto 'endiablado'. Más de medio millón de empleos perdidos en 2011. Las corporaciones locales, por su parte, fueron las que más de ajustaron a lo previsto, con una desviación de apenas ocho centésimas.

La Comunidad de Madrid fue la única que cumplió con el objetivo de déficit (1,13 del PIB); mientras que, por el contrario, la que más se alejó fue Castilla-La Mancha, con un increíble 7,30% de su PIB, seis veces más de lo comprometido. Nada menos que cuatro comunidades (Cantabria, Murcia, Extremadura y Baleares) cerraron con un desequilibrio superior al 4%, tres veces por encima de lo previsto.  

El año 2011 fue un ejercicio perdido desde el punto de vista de la reducción del déficit público. O dicho en otros términos, las distintas administraciones (Gobierno central, comunidades autónomas, ayuntamientos y Seguridad Social)  gastaron 91.344 millones de euros más de los que ingresaron. Es decir, el 8,51% del Producto Interior Bruto. Lo relevante, sin embargo, no es sólo el porcentaje, el tercero más alto de la reciente historia de España (sólo superado por los años 2009 y 2010), sino, también, la desviación respecto de lo previsto por el anterior Gobierno.