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Los parados hablan: "Sin la economía sumergida no hubiéramos sobrevivido”
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LA REFORMA LABORAL “QUIERE REGULAR Y NO PRECARIZAR”

Los parados hablan: "Sin la economía sumergida no hubiéramos sobrevivido”

“No tenemos otra cosa”. Tan rápida como dura es la explicación que da Nuria González a su precaria situación laboral.  Esta madre de 37 años tiene

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Los parados hablan: "Sin la economía sumergida no hubiéramos sobrevivido”

“No tenemos otra cosa”. Tan rápida como dura es la explicación que da Nuria González a su precaria situación laboral.  Esta madre de 37 años tiene quince años de experiencia en el oficio de engarzadora, una trayectoria que, como explica a El Confidencial, “sólo me ha servido para estar trabajando en un taller de joyería sin contrato”. Pero reconoce que "sin la economía sumergida no hubiéramos sobrevivido y el banco nos habría quitado la casa".

A Nuria la despidieron en 2010 después de ocho años trabajando en su empresa. ¿La razón? La crisis. La misma que la llevó a ella a aceptar un puesto por el que no cotiza y donde trabaja “los días y las horas que mis jefes quieren. Una crisis que desde su estallido ha provocado un aumento del desempleo de 2,8 puntos en la UE y de 14,6 puntos en España.

Su caso no es el único, entre el 22,8% de la población activa que hay en situación de desempleo encontramos a jóvenes, muchos y muy formados. Es el caso de María, que desde que acabó la Licenciatura de Derecho hace año y medio y pese a tener un máster y dominar el Inglés, cuenta a este periódico que no ha tenido ninguna oportunidad laboral para lo que se ha formado.

“Estoy frustrada, pero no tengo tiempo de lamentarme, tengo que conseguir dinero como sea”. Actualmente trabaja como administrativa en una de las grandes operadoras de telefonía móvil, donde sus condiciones laborales “dejan bastante que desear porque tengo un contrato de cuatro horas diarias, pero trabajo ocho, así que cotizo la mitad”, explica resignada. En la misma situación está Antonio, que con 26 años y la Licenciatura de Economía bajo el brazo, ha pasado de empleado a autónomo para “salvar a la empresa y mantener mi puesto”.

La economía sumergida como tabla de salvación

¿Fraude o simplemente instinto de supervivencia? Las dramáticas cifras de paro han disparado la economía sumergida en nuestro país, que ya casi representa el 25% del PIB español -un porcentaje muy superior a la media europea, donde el fraude equivale aproximadamente al 15,1% del PIB-. Sin embargo, lo que para muchos parados es la única vía por la que obtener recursos económicos, para el Estado supone una ostensible reducción de los ingresos.

Este deterioro del mercado de trabajo, y sus consecuencias, han hecho saltar las alarmas del estado de bienestar. Prueba de ello son los últimos datos de la Seguridad Social, que en enero registró un descenso medio de 283.684 afiliados, situándose en niveles de 2003. Lo que se traduce en que el número total de cotizaciones se haya situado por primera vez en ocho años por debajo de los 17 millones.

Para frenar esta tendencia negativa el Gobierno aprobó este viernes la quinta reforma laboral de España. Una reforma que “facilita la contratación, busca estabilidad en el empleo y ofrece flexibilidad interna a las empresas para que el despido sea la última opción”, como anunció la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. La reforma tiene una cuarta función: controlar. Controlar el fraude, la economía sumergida y el absentismo laboral.

¿A quién va dirigida la reforma?

Es una reforma para “jóvenes y parados de larga duración”, apuntó Santamaría. Minutos después, la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, señalaba la intención de convertir a los autónomos y pymes en los “grandes contratadores”. La fórmula que vinculará a unos con otros, es el nuevo contrato indefinido para empresas de menos de cincuenta trabajadores.

Un contrato que establece una bonificación de hasta 3.600 euros a la contratación de jóvenes parados de entre 16 y 30 años, y de 4.500 euros en el caso de los parados de larga duración mayores de 45 años.

Descartados los ‘mini-jobs’ por precarios” y el contrato único por “inconstitucional”, tal y como señaló Báñez, el nuevo contrato indefinido es la nueva esperanza de los más de cinco millones de parados. Sin embargo, por las palabras de Mariano Rajoy, que ya anunció que la tasa de desempleo “empeorará” en 2012, la esperanza tendrá que esperar.

“No tenemos otra cosa”. Tan rápida como dura es la explicación que da Nuria González a su precaria situación laboral.  Esta madre de 37 años tiene quince años de experiencia en el oficio de engarzadora, una trayectoria que, como explica a El Confidencial, “sólo me ha servido para estar trabajando en un taller de joyería sin contrato”. Pero reconoce que "sin la economía sumergida no hubiéramos sobrevivido y el banco nos habría quitado la casa".