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La cúpula de Spanair cobraba sueldos millonarios mientras la aerolínea se iba a pique
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SORIANO PASÓ A GANAR 'SÓLO' 300.000 EUROS POR PROBLEMAS DE TESORERÍA

La cúpula de Spanair cobraba sueldos millonarios mientras la aerolínea se iba a pique

La crisis de Spanair ha puesto en el ojo del huracán a su presidente, Ferran Soriano, un joven empresario que no deja indiferente a nadie. En

Foto: La cúpula de Spanair cobraba sueldos millonarios mientras la aerolínea se iba a pique
La cúpula de Spanair cobraba sueldos millonarios mientras la aerolínea se iba a pique

La crisis de Spanair ha puesto en el ojo del huracán a su presidente, Ferran Soriano, un joven empresario que no deja indiferente a nadie. En los círculos económicos de Barcelona se le odia o se le admira, pero nadie discute que sabe moverse en los entresijos de las finanzas. “Es un hombre con muchos recursos y con una habilidad especial, pero el sector aeronáutico tiene unas peculiaridades que no llegó a comprender bien”, señala a El Confidencial un financiero de larga tradición en Barcelona.

Licenciado en Ciencias Empresariales, es MBA por Esade y habla cinco idiomas. Su experiencia profesional es poco conocida. Una de sus empresas señeras, Node Partners, se vio abocada al concurso en el 2010. Sus negocios han sido muchos y muy diversos, a pesar de que se le comenzó a conocer cuando accedió a la vicepresidencia del FC Barcelona en tiempos de Joan Laporta.

Pero la estrella se le ha apagado. En algunos sectores empresariales, su gestión es puesta en entredicho. Reclaman conocer el dinero que ha cobrado estos años. “Ahora ya sabemos que las Administraciones pusieron alrededor de 150 millones de euros y que las deudas, según el concurso de acreedores, sobrepasan los 400 millones. Pero mientras tanto, Soriano y los suyos han estado llevándose un pico. Porque se habla de millones al año en sueldos de un puñado de directivos mientras la compañía perdía dinero por todos los lados”, dice una fuente cercana al consejo de administración.

Otro empresario del sector aeronáutico apunta a que “su salario inicial era de 600.000 euros, aunque parece ser que se le rebajó a la mitad, 300.000, para que pudiera dedicarse a otras actividades. O sea, cobraba un montón por ser presidente a tiempo parcial”. Algo que confirman fuentes oficiales de la propia compañía, según las cuales el presidente (no ejecutivo), el director general y el comité de dirección tuvieron a bien reducirse el sueldo a la mitad para "contribuir a las dificultades de tesorería". Eso sí, se lo rebajaron en diciembre. Esto es, solo un mes antes de que se produjera la suspensión de pagos y cuando ya todo estaba perdido.

Y eso que ya sabía lo que era cobrar un pico. En los años 90, un grupo de jóvenes emprendedores catalanes creaba el grupo Cluster, que englobaba Cluster Consulting y Cluster Telecom BV. Era una consultoría que vio el camino expedito por las posibilidades que le daba la entonces incipiente industria de la telefonía móvil. Cluster conquistó Airtel como primer cliente y su gestión fue un éxito. Internacionalizó sus servicios y enseguida se situó líder del mercado en la consultoría estratégica con 500 consultores. Así no es de extrañar que la americana Diamond le echase el ojo encima y la comprase. Para entonces, Cluster tenía su sede en la Torre Mapfre de Barcelona e incluso un velero corporativo, señal de que las cosas iban viento en popa. Quienes salieron ganando fueron los emprendedores, entre los que se encontraba Soriano.

“Lo hicieron francamente bien y ganaron mucho dinero, porque había un genio empresarial que se llamaba Javier Rubio, aunque después la gestión que hizo Diamond fue pésima y acabó casi regalando la compañía a Oliver Wyman”, dice a El Confidencial una fuente conocedora de la operación.

Ferran Soriano tenía entonces 33 años y la vida resuelta por el pelotazo. Para entonces, ya había empezado a construir su propio imperio financiero. A comienzos de la década, había entrado como consejero en una pequeña empresa, Cevic, dedicada a la comercialización y producción audiovisual. En el año 97, creó Compte Icaria, una compañía para gestionar establecimientos de peluquería, en honor a su madre, que ejercía esta profesión. En el mismo domicilio, creó en el año 99 la sociedad Gakusei (estudiante en japonés), dedicada a consultoría, management y asesoramiento financiero de empresas, que se convirtió en su buque insignia.

El holding empresarial

Durante la pasada década, inició muchos negocios. En el 2003, creó Nauta Capital, una sociedad dedicada a servicios de consultoría y estudios de mercado. Soriano articuló su participación desde Gakusei. A través de Nauta, el grupo de socios controla las compañías Privalia y Groupalia, dedicadas al comercio por Internet. Soriano se introdujo también en el mundo del libro digital con El Lector Universal y probó suerte en el terreno inmobiliario con Rustic Corca, una compañía propiedad de Gakusei. En el 2002, creó también Catinvest Partners para asesoramiento de empresas y arrendamiento de instalaciones a compañías extranjeras.

A lo largo de la década, creó tres compañías de inversión y gestión de fondos a través de Nauta, donde reclutó como socios a Albert Costafreda, hijo de los propietarios de Panrico, y Joan Vergés, peso pesado de Europraxis y Promomed. En una de esas compañías logró que entrase como accionista el Instituto Catalán de Finanzas (ICF), el banco público de la Generalitat. En círculos económicos se afirma que ello se debe a las “inmejorables” relaciones que mantenía con el anterior consejero de Economía, Antoni Castells.

En el 2006, aterrizó en Node Partners como consejero delegado, una sociedad en la que poco después se incorporaba la semipública Barcelona Empren SCR SA, justamente cuando entraban Nauta Tech Invest I SCR y Refer Inversiones 2007, otra sociedad dedicada a estudios económicos, financieros, comerciales e inmobiliarios que Soriano compró. Node presentó concurso de acreedores en el año 2010. Sus últimas incursiones empresariales fueron la creación de Nauta Capital VC Partners en el año 2009 (para gestión de fondos de capital riesgo) y 36L Books, dedicada a la edición digital, a la que incorporó a Anna Xicoy, ex directora general del Barça despedida por Joan Laporta.

Su cara más mediática, sin embargo, le vino de la mano del fútbol. Formó parte del equipo de Joan Laporta cuando éste ganó las elecciones en el 2003. Dos años después, cuando varios directivos encabezados por Sandro Rosell se marcharon descontentos con la gestión de Laporta, Soriano fue nombrado vicepresidente del club y se convirtió en el hombre fuerte del mismo. En el año 2008, con motivo de la moción de censura que estuvo a punto de costarle el cargo al propio Laporta, abandonó el Barça.

En la aventura culé le siguió un antiguo colega: Marc Ingla, inversor también de Cluster y de Nauta. Ingla fue vicepresidente de Marketing del Barça entre el 2003 y el 2008, cuando abandonó el club junto a Soriano. En el 2010, el presidente de Spanair quiso competir por la presidencia, pero los empresarios de la aerolínea y el presidente de la Generalitat, José Montilla, no le dejaron, ya que eso le restaría tiempo para trabajar en la aerolínea. Entonces, Soriano puso al frente de la candidatura a Ingla y él formó parte de ella. Si no podía ser presidente del club, sí podía ser directivo, el hombre fuerte, el cerebro en la sombra.

Su gestión en el Barça

Los críticos con Soriano, sin embargo, le echan en cara su gestión al frente del Barça. De hecho, durante su etapa se realizaron los espionajes a los cuatro vicepresidentes que querían suceder a Laporta. En algunos círculos se le achaca también el pago de facturas a detectives para hacer informes sobre algunos socios. El propio Sandro Rosell denunció ante la Policía que era seguido y, cuando los agentes identificaron a los detectives, descubrieron que tenían buenas relaciones con el Barça. Fuentes del club señalaron entonces a este diario que se habían realizado algunos seguimientos a personas que estaban atacando públicamente al club y, por tanto, afectaban negativamente a su imagen.

La entonces oposición, sin embargo, no dudó en señalar a Soriano como el artífice de todos los seguimientos. En el caso de los vicepresidentes, sin embargo, fue el director general, Joan Oliver, quien asumió la responsabilidad de los seguimientos calificándolos como “auditoría de seguridad”. No hay que olvidar que los gastos en seguridad sobrepasaron, en la época de Laporta, los 3 millones de euros, la mayor parte de ellos facturados por dos empresas de detectives (Intelligence Bureau y Método 3), cuyos informes desaparecieron del club junto con la anterior directiva.

En el mundo de los negocios, Soriano es también discutido. Mientras hay quien le alaba por su trayectoria, en círculos empresariales también se le ataca por no haber podido salvar Spanair. Y eso que fue el hombre de consenso que los empresarios implicados en la aerolínea y las administraciones pactaron. “Esperábamos que captase inversores, ya fuesen nacionales o extranjeros, pero al final no trajo ni uno solo”, se duele un miembro del consejo de administración de la aerolínea.

En estos momentos, tiene una oferta para dirigir al Manchester City. De hecho, el ofrecimiento fue desvelado el viernes día 20 por un diario digital británico. Soriano había emprendido contactos con varios clubs para volver al sector deportivo si salía de Spanair. De hecho, según manifestaron a este diario fuentes de su entorno, si Qatar Airways hubiese comprado la aerolínea española, Soriano se hubiese ido. Con el cierre de la empresa, el camino le queda también expedito. Además, al club inglés quiere llevarse como su mano derecha a Txiki Begiristain, que ya ofició como director deportivo en el Barça de Laporta.

La crisis de Spanair ha puesto en el ojo del huracán a su presidente, Ferran Soriano, un joven empresario que no deja indiferente a nadie. En los círculos económicos de Barcelona se le odia o se le admira, pero nadie discute que sabe moverse en los entresijos de las finanzas. “Es un hombre con muchos recursos y con una habilidad especial, pero el sector aeronáutico tiene unas peculiaridades que no llegó a comprender bien”, señala a El Confidencial un financiero de larga tradición en Barcelona.