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Sebastián hace añicos el mensaje 'verde' de Rubalcaba al ahogar a la eólica
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VA A LA GUERRA CONTRA EL SECTOR A SEMANAS DE LAS ELECCIONES

Sebastián hace añicos el mensaje 'verde' de Rubalcaba al ahogar a la eólica

Uno siempre espera hostilidad de los ajenos. Pero a Alfredo Pérez Rubalcaba le llueven los reveses de los propios. Algunos se los infligen sin querer, como

Foto: Sebastián hace añicos el mensaje 'verde' de Rubalcaba al ahogar a la eólica
Sebastián hace añicos el mensaje 'verde' de Rubalcaba al ahogar a la eólica

Es el último tragicómico episodio de la esquizofrenia que ha movido al Gobierno en su ¿apoyo? a las energías renovables. Por un lado, el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, sacaba pecho fuera de España y presumía de su evolución. Hasta el de EEUU, Barack Obama, miraba con envidia a compañías como Gamesa y las ponía como modelo a seguir. Innovación, tecnología, menor dependencia del crudo... ¿Un mundo perfecto? No tanto. En paralelo, Sebastián se revolvía contra la parte onerosa de la apuesta y ajusticiaba a la industria fotovoltaica. No quería asumir las elevadas primas que recibía y que comprometían el recibo de la luz. Lo curioso es que él mismo había convertido los huertos solares en productos financieros con su generosa regulación.

En las últimas semanas parece haberle llegado el turno a la eólica, una industria ni de lejos comparable a la solar. No ha sufrido burbuja alguna, sus precios están cada vez más cerca del mercado y las primas que recibe son mucho menores. Sebastián respondió al vacío normativo que afectaba al sector a partir de 2012 en el tiempo de descuento. Y lo hizo con un recorte del 40% de los ayudas y una rebaja de 20 a 12 años en el plazo que las empresas podrían recibirlas. También apostando por primas variables en el tiempo en función de la potencia instalada. A finales de esta semana, el ministro parecía entrar en razón, remitía un borrador de real decreto suavizado a la patronal y aseguraba que no tomaría ninguna decisión sin su luz verde. Los cambios no convencen a los afectados, que no ven por ningún lado la rentabilidad del 8% que asegura el ministro. Y se quedan con el miedo metido en el cuerpo al tiempo que rezan por la nada legal antes que verse abocados a lo que consideran una moratoria encubierta.

Pase lo que pase, el daño electoral está hecho. No en vano los actos de su otrora compañero de gabinete casi ridiculizan el programa de Rubalcaba. El PSOE sitúa a las energías renovables como uno de los “sectores de futuro”, por su elevado componente tecnológico y su contribución a fomentar la sostenibilidad social. “Es uno de los que está experimentando mayores crecimientos anuales en todas las regiones del mundo (…) De ahí nuestra apuesta por este sector, un sector de futuro, con gran capacidad innovadora y exportadora, y con un gran potencial de creación de empleo en los últimos años”, reza el documento. La Asociación Empresarial Eólica (AEE) asegura que el modelo con el que amenaza Sebastián supondrá “pérdida de empleo, deslocalizaciones, destrucción del tejido industrial, pérdida de confianza de los inversores extranjeros, etc.”.

El programa electoral del PSOE, con su tono optimista, continúa como si no existieran las pretensiones del actual ministro de Industria: “Ante un escenario previsible de aumento de la demanda energética mundial, que va a generar tensiones en los mercados de combustibles fósiles, una apuesta firme por las energías renovables es una garantía de suministro continuo, con independencia de los mercados exteriores , y de cumplimiento de nuestros compromisos de reducción de emisiones”. En esta línea, promete una Ley de Energías Renovables, con horizontes de desarrollo bien definidos y “mecanismos de apoyo público a las distintas tecnologías renovables para que cada una de ellas pueda recuperar sus costes”.

Unas cuentas que no salen

La propuesta de Sebastián sí permite “recuperar los costes”, pero no retornos suficientes para las iniciativas, según las empresas. “La propuesta del Ministerio no garantiza la rentabilidad razonable de los proyectos. El análisis realizado por la banca (…) refleja que una regulación semejante frenaría el acceso a la financiación”, expone la AEE. De acuerdo con sus cálculos, dicha rentabilidad estaría entre el 4,38% y el 5,31%, tasas capaces de ahuyentar a las entidades financieras y lejos del 8,56% que maneja Industria. Los cambios de última hora introducidos por Sebastián no sirven para cambiar sustancialmente los guarismos. En términos cuantitativos, el ahorro que logra el Ministerio es -según datos de la AEE- de 145 millones entre 2013 y 2015, una cantidad que estima irrelevante para “poner en peligro todo el sector y su aportación a la economía española”.

Con su rechazo a la última propuesta del ministro, la patronal escoge bueno por conocer. El planteamiento de pasar el testigo al Gobierno que resulte del 20-N es más apetecible para las empresas eólicas que la nueva propuesta, que eleva de 12 a 20 el periodo de régimen de primas y “mejora la variabilidad de las primas para reducir la incertidumbre”. Si este es el desenlace, no faltará quien dentro del partido se pregunte si eran necesarias estas alforjas. Tal vez para entenderlo haya que rastrear en la propia heterodoxia del ministro, el mismo que se estrenó pidiendo compras made in Spain para afrontar la crisis o el que no se prodigaba en elogios al ministro de Economía, Pedro Solbes, cuando ocupaba la Oficina Económica del presidente del Gobierno.

Es el último tragicómico episodio de la esquizofrenia que ha movido al Gobierno en su ¿apoyo? a las energías renovables. Por un lado, el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, sacaba pecho fuera de España y presumía de su evolución. Hasta el de EEUU, Barack Obama, miraba con envidia a compañías como Gamesa y las ponía como modelo a seguir. Innovación, tecnología, menor dependencia del crudo... ¿Un mundo perfecto? No tanto. En paralelo, Sebastián se revolvía contra la parte onerosa de la apuesta y ajusticiaba a la industria fotovoltaica. No quería asumir las elevadas primas que recibía y que comprometían el recibo de la luz. Lo curioso es que él mismo había convertido los huertos solares en productos financieros con su generosa regulación.

Alfredo Pérez Rubalcaba Miguel Sebastián