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Del Rivero-Sebastián, la defunción del modelo prestamista
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SU ECLOSIÓN Y SU CAÍDA COINCIDEN CON LA CARRERA DEL MINISTRO

Del Rivero-Sebastián, la defunción del modelo prestamista

Es lo que tienen las malas compañías. Luis del Rivero, un ingeniero que hizo sus dineros en la antigua Sacyr, se convirtió en personaje público aprovechando

Foto: Del Rivero-Sebastián, la defunción del modelo prestamista
Del Rivero-Sebastián, la defunción del modelo prestamista

Es lo que tienen las malas compañías. Luis del Rivero, un ingeniero que hizo sus dineros en la antigua Sacyr, se convirtió en personaje público aprovechando la llegada al poder del PSOE en 2004. Ahora que agoniza el mandato electoral de José Luis Rodríguez Zapatero, el murciano ha sido guillotinado por sus socios y por la falta de apoyo gubernamental.

La decapitación de Luis del Rivero como presidente de Sacyr Vallehermoso es la demostración más supina del fallecimiento de un modelo basado en carros de deuda y favores ministeriales. Del Rivero, un desconocido para el establishment financiero y político de Madrid, dio el salto al ruedo cuando en 2004 amenazó con convertirse en el primer accionista de BBVA. Lo hizo de la mano de Miguel Sebastián, entonces responsable de la oficina económica de la presidencia del Gobierno.

Desde Moncloa destaparon la caja de las miserias contra Francisco González y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) con acusaciones que pronto se vieron infructuosas. Fracasó en el intento de convertirse en el responsable del segundo banco español, asalto para el que contó con el talón de un Juan Abelló que dimitió meses antes del consejo de administración de Santander.

Al menos, la emboscada le salió bien desde el punto de vista financiero. Obtuvo unas plusvalías de casi 150 millones después de mercadear con el 3% de BBVA. Del Rivero, como en su día hizo Mutua Madrileña cuando ganó más de 500 millones con una operación similar, aunque amistosa, en Banco Santander, se vino arriba. Se creyó que, además de saber de cimientos, puentes y andamios, era un lince de las finanzas.

Las minusvalías de Repsol 

La aseguradora invirtió sus beneficios en Sacyr y en Repsol y lo perdió casi todo. El murciano se hizo con el 20% de la petrolera y sus minusvalías multiplican por diez lo ganado con el embate en BBVA. Ambos lo hicieron con deuda hasta las cejas, sin poner apenas dinero fresco -equity en el argot financiero- y con la certificación de Sebastián.

El ministro, que pasará a la historia por su contribución a la industria de la bombilla y del coche eléctrico, ha sido siempre su valedor. Su última alianza fue respaldar el acuerdo de Sacyr con Pemex para tomar la gestión de Repsol. El que fuera candidato a la alcaldía de Madrid se irá el próximo 20 de noviembre con más pena que gloria. Del Rivero, que quiso aprovechar la última etapa socialista para trapichear con lo suyo, ha sido precisamente víctima del nulo peso de Sebastián en los mentideros financieros del Reino -el propio Abelló lo ha matado- y de sus mejorables conocimientos bursátiles.

La escenificación de la muerte de un modelo que en su día fue utilizado por Acciona y que todavía está vigente en ACS.

Es lo que tienen las malas compañías. Luis del Rivero, un ingeniero que hizo sus dineros en la antigua Sacyr, se convirtió en personaje público aprovechando la llegada al poder del PSOE en 2004. Ahora que agoniza el mandato electoral de José Luis Rodríguez Zapatero, el murciano ha sido guillotinado por sus socios y por la falta de apoyo gubernamental.

Miguel Sebastián Luis del Rivero