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Zapatero se apoya en el banquero de Reagan para poner en valor su rigor económico
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EL PRESIDENTE SE DESHACE EN ELOGIOS DE PAUL VOLCKER

Zapatero se apoya en el banquero de Reagan para poner en valor su rigor económico

'Cosas veredes, amigo Sancho…’, decía el clásico. Y a juzgar de lo que sucedió ayer en Moncloa durante la presentación del cuarto Informe Económico del presidente

Foto: Zapatero se apoya en el banquero de Reagan para poner en valor su rigor económico
Zapatero se apoya en el banquero de Reagan para poner en valor su rigor económico

'Cosas veredes, amigo Sancho…’, decía el clásico. Y a juzgar de lo que sucedió ayer en Moncloa durante la presentación del cuarto Informe Económico del presidente del Gobierno, no le faltaba razón a don Quijote. Hay cosas sorprendentes. Como oír a Rodríguez Zapatero deshacerse en elogios del banquero central de Ronald Reagan durante los primeros años 80. El mismo banquero que durante mucho tiempo fue la bestia negra de una parte importante de la opinión pública mundial.  No sólo de los demócratas de EEUU (pese a ser nombrado por Carter en 1979), sino también de la izquierda europea por su inveterada lucha contra la inflación mediante el expeditivo -y eficaz- método de elevar los tipos de interés.

 

El gigantesco Paul Volcker (1927), con sus casi dos metros de altura, está en Madrid. Ayer almorzó con el presidente Zapatero y apareció en un acto que año tras año se va convirtiendo en liturgia. La presentación de un informe en el que el presidente del Gobierno destripa los principales problemas de la economía española ante lo más granado de la aristocracia económica (Botín, AliertaIsidoro ÁlvarezRato, Rosell, Fainé, Brufau, Florentino Pérez, Falcones, Del Rivero…), pero  también ante los responsables de los principales servicios de estudios del país. Y como recordaba uno ellos en tono irónico antes de comenzar el acto: “Esperemos que no diga lo del año pasado, estamos saliendo del túnel y no os dais cuenta”, en clara referencia a las previsiones económicas que por esas fechas habían presentado los expertos en coyuntura.

Zapatero no hizo ninguna mención a cuánto falta para salir de la crisis (más allá de estimar que la economía puede crecer entre un 2% y un 2,5% hasta 2015), pero en esta ocasión tiró de la autoridad de Volcker, que la próxima semana presentará en Madrid un informe realizado por PricewaterhouseCoopers sobre España y en cuya elaboración ha participado un viejo compañero de Zapatero, el ex ministro Jordi Sevilla, que ahora trabaja para la consultora estadounidense.

Volcker es hoy copresidente de The Conference Board, un prestigioso instituto de análisis económico -sus índices de confianza son libros de cabecera en Wall Street- , y para muchos ha sido el mejor banquero central del siglo XX por su decidida y eficaz lucha contra la inflación tras el segundo choque petrolífero de los años 70.

 

Un halcón en política monetaria

Considerado un ‘halcón’ en política monetaria, siempre receló, sin embargo, de la desregulación del sistema financiero, que permitió a la banca de inversión arriesgar en los mercados de derivados con dinero de sus clientes. Obama lo rescató como asesor, pero Volcker se ha ido alejando del presidente de EEUU porque no le gusta su reforma del sistema financiero.

Zapatero ayer, sin embargo, confesó que disfrutaba con el asesoramiento de Volcker, criticado durante años por economistas como StiglitzKrugman, que en su día también asesoraron al propio Zapatero. Lo que se criticaba es que una política de tipos de interés tan retrictiva conducía a EEUU a la recesión.

Ayer, sin embargo, tocaba rigor. Mucho rigor. Y en un análisis formalmente impecable, Zapatero aseguró que la “austeridad y la transparencia tienen que ser, ya y para siempre (sic), pautas inexcusables de la gestión de todas las administraciones públicas”. Pero no sólo eso, según el presidente del Gobierno, “corregiremos cualquier desviación que se produzca respecto a los objetivos de consolidación fiscal”.

Rigor también sobre el sistema financiero. Zapatero insiste en que es solvente, pero dicho esto reconoce ya abiertamente que en los mercados “subsisten dudas sobre su vulnerabilidad frente a una evolución adversa de la economía y, en particular, de las consecuencias de la crisis del mercado inmobiliario”. Por eso propone, que “todas” las entidades mejoren lo antes posible su estructura de capital y la calidad del mismo para que se pueda normalizar el flujo de crédito.

De ahí que Zapatero haya recordado la existencia del Frob como “mecanismo de capitalización y reestructuración ante situaciones sobrevenidas”. Todo un claro aviso para navegantes sobre futuras crisis en el sistema financiero.

Y por si quedara alguna duda, Zapatero dejo bien claro que las mejores reformas son las que se aprueban por consenso de los agentes económicos, pero en su ausencia “hay algo peor”, que es no hacer reformas. Atrás quedaban los tiempos en que el presidente decía ufano en el Congreso que no haría nada sin el consenso con los sindicatos. Sus secretarios generales, Toxo y Méndez, asiduos en otras convocatorias de este tipo, excusaron en esta ocasión su presencia. Al contrario que Volcker, el banquero de la ortodoxia monetaria.

'Cosas veredes, amigo Sancho…’, decía el clásico. Y a juzgar de lo que sucedió ayer en Moncloa durante la presentación del cuarto Informe Económico del presidente del Gobierno, no le faltaba razón a don Quijote. Hay cosas sorprendentes. Como oír a Rodríguez Zapatero deshacerse en elogios del banquero central de Ronald Reagan durante los primeros años 80. El mismo banquero que durante mucho tiempo fue la bestia negra de una parte importante de la opinión pública mundial.  No sólo de los demócratas de EEUU (pese a ser nombrado por Carter en 1979), sino también de la izquierda europea por su inveterada lucha contra la inflación mediante el expeditivo -y eficaz- método de elevar los tipos de interés.

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